Feijóo: «Sánchez ha llevado al PSOE fuera del constitucionalismo y de la dignidad. Se han sobrepasado todos los límites»
El presidente del PP hace un balance crudo de 2023 por entender que ha acelerado la crisis institucional, a la que ha añadido una crisis ética y una deriva económica que ha confrontado con el triunfalismo del Gobierno
El PSOE culmina la entrega de Pamplona a Bildu
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha hecho hoy una radiografía cruda y descarnada de la realidad del país. En diferentes ámbitos. En el económico, donde ha blandido datos que pretenden desmontar el triunfalismo del Gobierno, y muy especialmente en el ámbito institucional y moral.
Ha arrancado Feijóo con la economía, denunciando que en España se tiene hoy «el mismo poder adquisitivo que hace 15 años», a lo que ha seguido una batería de «datos oficiales» que pretenden arrojar luz sobre la situación de la economía real: «La inflación sigue por encima de la media de la UE. Hay 14 países con menos inflación interanual. Los alimentos han subido un 30% el último año. El déficit está descontrolado y muy lejos de los objetivos. Uno de cada cuatro españoles vive en el umbral de la pobreza». Y ha proseguido: «De acuerdo con Unicef somos el primero en pobreza infantil (de la UE), padecemos la tercera peor tasa de abandono escolar». Todo ello le ha llevado a remachar que la española «es una de las peores economías de la UE».
Feijóo ha lamentado que los ministerios económicos no han querido negociar con el PP las medidas incluidas en el decreto anticrisis pese a que desde Génova se hicieron varias aproximaciones. El presidente del PP ha denunciado la «trampa» que supone no querer negociar con el PP y luego acusarlo de no querer apoyar al Gobierno. «Apoyaremos las medidas que el Gobierno ha publicado si nos aseguramos que favorecen a las clases medias y bajas», ha dicho Feijóo. Refiriéndose a la rebaja en el impuesto de la renta y la bajada del IVA a la carne, el pescado y la conserva. Que es lo mismo que decir que no apoyarán su convalidación tal y como ha sido aprobado por el Consejo de Ministros.
«Es insólito que el Gobierno tenga que negociar primero consigo mismo y luego con sus socios y no tenga un minutos para negociar con la primera fuerza de España. Queremos negociar las medidas», ha dicho Feijóo, que equilibra así su postura entre la enmienda total a Pedro Sánchez y la decisión de mantener abierta la posibilidad de acuerdos. En el PP consideran que esta apelación constante dificulta el relato del Gobierno. O que al menos sirve para dejar claro que Sánchez ha elegido socios.
«Somos el único partido con el que no se han puesto en contacto. El Gobierno excluye al partido mayoritario para hacerle luego responsable de que no cuenta con su apoyo es una trampa bastante infantil. Están haciendo todo para que el PP no apoye», ha dicho Feijóo. Que, no obstante, ha recordado que desde que está al frente del partido ha venido haciendo propuestas en esta materia y que cuando el Gobierno las ha asumido no ha tenido problema en apoyarlas.
Feijóo ha puesto como contraste de las políticas del Gobierno la gestión de los gobiernos autonómicos de su partido. «Son el mejor anverso de la insensibilidad social que el Gobierno está acreditando», ha dicho el presidente del PP. Ha presumido de que solo en seis meses sus gobiernos han ejecutado bajadas fiscales por valor de 2.500 millones de euros. «Es llamativo que Sánchez haya negociado con decenas de partidos su investidura y ninguno le haya pedido que baje impuestos. Salvo los socios de Sánchez que logran privilegios económicos nadie ha salido ganando», ha dicho Feijóo en referencia a la investidura.
Una grave crisis institucional
Tras el choque económico, Feijóo se ha concentrado en la «grave crisis institucional» generada por un presidente al que «le molestan los contrapesos» fundamentales en cualquier régimen democrático. El presidente del PP ha cuestionado en primer lugar la manera en que Sánchez utiliza los nombramientos que le corresponden al Gobierno: «Lo ve como una agencia de colocación. El presidente cree que se trata de controlar y poner a los damnificados o cesados por sus políticas o nombramientos» al frente de las instituciones públicas.
En este sentido, se ha comprometido a intentar que «esto no ocurra también en el CGPJ. Vamos a vigilar de cerca la renovación y el método de elección. El Consejo tiene que ser elegido con métodos de independencia», ha dicho. Por el momento no hay novedad y en el PP creen que la Comisión Europea no definirá su propuesta de supervisión hasta entrado el mes de enero.
A este respecto, Feijóo ha insistido en que «no vamos a cambiar de opinión». Esto es, el PP quiere que en paralelo a la renovación del CGPJ debe hacerse un cambio en la ley para tener otro modelo de elección. Y aseguran que serán especialmente estrictos porque entienden que algunas cuestiones que fueron pactadas con el Gobierno hace un año han quedado superadas e inutilizadas, por ejemplo con los nombramientos de Juan Carlos Campo y Laura Díaz como magistrados del TC. «Lo que habíamos acordado lo han incumplido en su totalidad», ha dicho Feijóo, considerando que desde entonces «el nivel de acoso a la Justicia y a las instituciones no ha dejado de aumentar». Y pese a todo ello, Feijóo ha destacado que se ha comprometido a «volver a intentarlo».
Y aquí ha justificado su propuesta de una supervisión por parte de la Comisión Europea. «He tenido que decirle a una institución española como la CE que garantice que las negociaciones puedan llegar a buen término. Comprendo la sorpresa el tener que acudir a la Comisión. Pero le aseguro que es la única posibilidad que tenemos. Nos han engañado y con tanta intensidad… es la única manera».
Feijóo se ha referido también a la «crisis ética» que vive el país. Y ha señalado 2023 como el año en que Sánchez ha cruzado todas las líneas rojas. Y ha entrado de lleno en la actualidad del día: «Hay una especialmente indigna si cabe. La moción de censura que otorga la alcaldía de Pamplona a Bildu». Feijóo ha trasladado su apoyo a Cristina Ibarrola, a la que en ese momento le quedaban apenas minutos al frente del consistorio.
El PP entiende que esta moción es «el pacto encapuchado de Otegi y de Sánchez», y que con esta operación «hoy España pierde un partido de Estado». Feijóo ha insistido en el cambio cualitativo de que ya no es el PSOE quien acepta los votos de Bildu sino el PSOE quien es capaz de apoyar a Bildu: «Nos mintieron, nos engañaron. El señor Sánchez ha llevado al PSOE fuera del constitucionalismo y de la dignidad. Se han sobrepasado todos los límites».
Respecto a los retos de 2024, Feijóo ha planteado que el rechazo al Gobierno no debe hacerse solo en las instituciones y ha recordado que el primer semestre ofrece tres ventanas electorales a las que el PP otorga gran importancia. La primera será Galicia ya el 18 de febrero. Luego llegarán las vascas. «En Galicia nos jugamos mantener la estabilidad y el autonomismo constitucionalizo. En Euskadi el PP es única alternativa a la gestión del PNV, al constitucionalismo del PSOE y a la moral de Bildu», ha dicho.
El presidente del PP ha vuelto a evidenciar que su proyecto no pasa exclusivamente por la reagrupación de la derecha, aunque una mejor optimización de ese voto hacia el PP y en detrimento de Vox es fundamental. Feijóo persiste en la idea de ampliar la base: «En 2023 el PP se h afianzado como casa común del constitucionalismo. Y en 2024 hay que seguir haciendo más grande esta casa». Los populares han recuperado estos días el choque económico con el Gobierno como una para más de su acción de oposición. Pero sin olvidar lo nuclear: «El Gobierno quiere que este año se olvide. El PP seguirá en 2024 contra la amnistía».
Reforma de la Constitución
Sobre el posible acuerdo con el Gobierno para reformar el artículo 49 de la Constitución y eliminar el termino 'disminuidos', Feijóo ha confirmado que ya ha habido un contacto. Pero por el momento no está cerrado que pueda cumplirse con lo acordado el pasado viernes en su reunión con Pedro Sánchez. De ahí salió un principio de acuerdo para registrar antes del 31 de diciembre una proposición de reforma constitucional limitada a esa cuestión. Y luego en enero celebrar un pleno monográfico para aprobar la reforma. Pero el PP sigue demandando que se le aporten las garantías de que no servirá para abrir la Constitución a otros cambios ni para solicitar un referéndum.
Feijóo no ha dicho una sola palabra de Vox en su balance del año 2023, un curso en el que se ha normalizado la coalición con la formación De Santiago Abascal con los pactos autonómicos y en algunas ciudades. Pero en la rueda de prensa, preguntado por el estado de las relaciones con Vox, después de que desde la calle Bambú se anunciase una ruptura de relaciones a nivel nacional con el PP. Feijóo ha dejado clara su incomodidad con la estrategia de Vox, planteando a la vez que su hoja de ruta no pasa principalmente por atender cada choque que pueda producirse con quien es su socio en cinco gobiernos autonómicos. «En el momento en que vive España tramitándose una amnistía (..) En este escenario sí algún partido en España crítica más a Feijóo que a Sánchez se equivoca. No voy a perder ni un minuto en desorientarme». Ha dicho Feijóo. El presidente del PP ha vuelto a plantear que su horizonte «es ofrecer una casa grande del constitucionalismo» y que «España ha votado a cambio». Y en ese sentido ha hecho un llamamiento al voto útil a su partido, ya que habiendo 11 millones de votos que no quieren a Sánchez de presidente, una mejor distribución de ese sufragio habría sacado a Sánchez de La Moncloa: «Eso al cambio son más de 190 escaños».
Feijóo ha querido destacar el crecimiento electoral que el PP ha experimentado este año. «Nos han convertido en primera fuerza política», ha puesto en valor todas esas victorias y ha defendido que desde los gobiernos autonómicos se proyectará el modelo del Partido Popular: «No tenemos ningún interés en gobernar desde trincheras y detrás de un muro». Eso sí, Feijóo ha reconocido que «no hemos alcanzado el 100% de nuestros objetivos». Algo que él encarna en primera persona. Y ha vuelto a dejar una muestra más de que su intención es mantenerse al frente del partido en busca de una última oportunidad de alcanzar La Moncloa: «Le debo a España el Gobierno que muchos españoles esperaban que alcanzase en julio. El cuándo lo decidirá el independentismo. El cómo les aseguro que será con dignidad», ha dicho, defendiendo la gran responsabilidad de la oposición ante el «Gobierno más débil y con menos crédito ético» de la democracia. Y ante ello ha proyectado «un proyecto de país capaz de reestructurar la concordia».
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