Feijóo asume errores en Cataluña porque su partido no sabe explicarse
Insiste ante los empresarios en rebajar el IRPF y reformar el Impuesto de Patrimonio
Elecciones generales, en directo

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, protagonizó ayer la última jornada del ciclo de charlas y conferencias organizadas por el Círculo de Economía de Barcelona con la intención de enviar un doble mensaje a los empresarios catalanes: si llega al Gobierno, después del 23J, llevará a cabo reformas para mejorar la economía y tratará de transformar el PP para que sea un partido «útil», preparado para gobernar y sepa explicarse en Cataluña, asumiendo que los populares han «cometido errores» en la comunidad y otros «lugares» de España, lo que se interpretó también en clave vasca.
El líder de los populares jugó en un foro a favor y, como es habitual en sus intervenciones en el Círculo de Economía, mostró su versión más complaciente con el catalanismo. El apoyo de gran parte de los empresarios e invitados se puso de manifiesto cuando fue aplaudido al recordar que bajará el IRPF,si llega a La Moncloa como apuntan las encuestas, y por el cariño que le mostró el presidente del Círculo, Jaume Guardiola.
Respecto a la situación de su partido en Cataluña, Feijóo reconoció errores. «El PP ha cometido errores en Cataluña y en otros lugares de España» y concretó en que «aunque tengas razón, si miras para atrás y la gente no te sigue, tendrás que cambiar cómo te explicas, no lo que piensas». Fue un mensaje directo y claro. El problema, desde su punto de vista, es la forma en que se comunican los populares en una de las comunidades más hostiles para sus intereses. Y añadió que no cree que el «problema catalán» sea irresoluble.
En esta línea, aunque no se le preguntó por la escuela y la educación directamente, el líder del PP quitó importancia al problema lingüístico en las aulas catalanas provocado por la insubordinación de la Generalitat. «El gallego y el catalán son lenguas españolas» y sus hablantes también, llegó a señalar, sin distinciones, y recordó que «en Galicia en público -mientras era presidente de la Xunta- nunca me he expresado en castellano».
Feijóo centró parte de su intervención en el PP catalán. Sobre los resultados de los populares el 28M en Cataluña, dijo que estos han pasado del 4,6 al 8,2 por ciento de apoyo, creciendo en más de 450.000 votos y fijó como uno de sus «objetivos» que el PP sea en la región «un partido de gobierno», «el partido de la política útil» y dé soluciones a los problemas de la ciudadanía.
El líder de la oposición también tuvo palabras para Pedro Sánchez. Criticó la fecha escogida por el presidente del Ejecutivo para convocar las elecciones generales. A pesar de defender la celebración de los comicios, se preguntó si la elecciones, en verano, «¿busca la mejor participación o que los ciudadanos no puedan votar?». Él mismo respondió: «No lo sé». Añadió que «los ciudadanos se habrían ahorrado mucho tiempo, centenares de millones e incomodidades» si la cita de las generales hubiera coincidido con el 28M, tal y como el PP pidió hace semanas, pero, en cualquier caso, «los ciudadanos tienen más responsabilidad y ganas de votar que nunca».
«Unos patriotas»
El otro mensaje que envió a los empresarios catalanes iba dirigido a tranquilizar las perspectivas económicas y fiscales, para un futuro en caso de llegar a La Moncloa. Llevará a cabo las reformas sociales y económicas que considera que necesita el país. «A mi edad, no vengo al Gobierno para estar o quedarme. Vengo para ser útil a mi país. Lo importante no es el tiempo que esté como presidente», dijo, para añadir que en su propósito está consensuar las reformas necesarias con otros grupos políticos, pero si no las llevará a cabo igualmente.
Así, Feijóo apuntó una rebaja del IRPF para las rentas bajas y las medias, y se comprometió a estudiar una modificación del Impuesto de Patrimonio, un impuesto que considera «injusto», pues «no se puede pagar todos los años por lo mismo». Una opinión, tras preguntas de los asistentes, que fue muy aplaudida por el auditorio. Sobre este impuesto, el líder del PP indicó que, de todas formas, «hay que ver cómo está la situación del déficit» para tomar una decisión en la dirección de eliminarlo. Y dejó para gozo de los presentes una frase con más de un sentido: «Los catalanes son los más espléndidos de todos los españoles porque son los que más impuestos pagan. Son unos patriotas».
Fuentes del PP aseguran que el partido mantiene la misma hoja de ruta en materia fiscal que ha ido deslizando en los últimos meses y que, en muchos casos, ya se ha desarrollado en las autonomías donde gobierna. La clave de bóveda de este planteamiento es la deflactación de la tarifa del IRPF para las rentas bajas y medias, entendidas como las que declaran unos rendimientos del trabajo por debajo de los 40.000 euros, para aliviar el efecto de la inflación al 80 por ciento de los contribuyentes (la reforma del Gobierno de Sánchez sólo alcanzó al 20).
Los populares también tienen en su punto de mira los tres nuevos gravámenes aprobados por el Gobierno en la recta final de 2022 mediante una tramitación muy controvertida. Prevén derogar el gravamen a la banca y el impuesto de solidaridad a las grandes fortunas y reformular el gravamen a las energéticas para adaptarlo al modelo defendido por Bruselas, que deja fuera a las empresas eléctricas.
Los populares entienden que se trata de figuras que arrastran problemas de inconstitucionalidad y que pueden generar un agujero de entre 10.000 y 12.000 millones a las arcas públicas si no se derogan, porque están seguros que caerán en los tribunales. Respecto al Impuesto de Patrimonio y al de Sucesiones y Donaciones, su posición es aligerar su peso y permitir que cada comunidad autónoma lo gestione como considere oportuno, sin imponer ni su eliminación ni su armonización.
También abordó el tema de la financiación de las comunidades y pidió que este asunto se trate con «honestidad», pero recordó que el actual modelo fue pactado por un Gobierno del PSOE, bajo la presidencia de Zapatero, con el tripartito catalán en el Govern. Pidió mayor coordinación desde el Ejecutivo: «No se pueden tomar decisiones que afectan a las comunidades desde el Gobierno central sin hablar con los presidentes autonómicos».
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