Feijóo asume en primera persona el debate inicial en el Congreso sobre la amnistía
El PP sugiere que investigará en las Cortes las negociaciones opacas en el extranjero
Las comunidades de los populares avisan al Gobierno de que no admitirán un pacto a dos sobre la financiación de Cataluña «con el dinero de todos»
Alberto Núñez Feijóo será quien tome este martes la palabra en el Congreso de los Diputados en representación del grupo parlamentario popular en el debate en el que se tomará en consideración la proposición de ley de amnistía. Se inicia una tramitación parlamentaria que el PSOE y sus socios han querido acelerar solicitando la vía de urgencia, pero que a la vez el PP va a dilatar cuando la norma llegue al Senado.
Feijóo desea asumir la representación de una causa, el rechazo a la amnistía, que los populares consideran mayoritaria. Y contraponerla con la ausencia del presidente del Gobierno en el debate. «Si fuese tan positivo y tan bueno para la convivencia, Sánchez no perdería la oportunidad de rentabilizarlo», transmiten desde la dirección popular. El PP hará énfasis en que «la primera ley de la legislatura» sea ésta y que no se trate de ninguna que contenga medidas para ayudar a las familias, sino que incluye beneficios para acusados por corrupción y por terrorismo. Hará también hincapié Feijóo en que se trata de que la ley que empieza su tramitación es «la misma que el Gobierno rechazaba por inconstitucional». Incluso no llegó a poder debatirse en el Congreso la pasada legislatura por la negativa de los letrados de la Cámara Baja.
Feijóo pretender asumir en su discurso la defensa de una posición que el PP entiende que es absolutamente mayoritaria. Así lo reflejan los primeros sondeos publicados al respecto. «Es una ley que rechazan la inmensa mayoría de españoles. La rechazaba Sánchez hasta que perdió las elecciones«, dijo este lunes el portavoz del Comité de Dirección del PP, Borja Sémper, tras la reunión semanal de este órgano.
Feijóo hará este martes un discurso contundente. El PP considera la amnistía un fraude electoral y una evidente inmoralidad política. Y tratará de presentar a su partido como única alternativa a ella, porque insisten en que el rechazo a la amnistía «convoca no solo a ciudadanos que hayan votado al PP o a la derecha», sino que suscita un rechazo transversal. Y el PP ve en esto una palanca fundamental de ensanchar su base electoral también por el centro del electorado. En su rueda de prensa de este lunes, Sémper aseguró que no se descarta «ninguna iniciativa parlamentaria contra esta ley y contra los atropellos que el señor Sánchez diseñe en beneficio propio», sin especificar más. Previamente, en una entrevista en televisión, Feijóo cuestionó «las reuniones clandestinas en Suiza y Bruselas con mediadores que nadie sabe lo que cuestan, ni quien les paga« y aseguró que pedirá a Sánchez información al respecto »y si no, lo investigaremos«. La posibilidad de una comisión de investigación es algo de lo que se ha hablado en el Comité de Dirección del PP, pero fuentes de este órgano aseguran que no es una cuestión todavía definida. Desde luego encaja con su estrategia de optimizar su condición de fuerza más votada y su mayoría absoluta en el Senado.
El control en el Senado
El de este lunes será el primer acto de la travesía parlamentaria de la amnistía. Un tránsito que el PP prolongará todavía unos meses gracias a su control del Senado. De puertas para fuera el principal partido de la oposición insiste en que es factible detener la aplicación de la amnistía, aunque esa esperanza tiene más que ver con la posición que adopte la Comisión Europea y no tanto con las posibilidades parlamentarias aquí. El PP no ve factible la insistencia de Vox de frenar la tramitación de la ley cuando llegue al Senado, pero tampoco quiere generar expectativas respecto a un freno de su puesta en práctica porque cree que podrían terminar generando una gran desazón.
El PP espera un debate muy bronco por parte del PSOE, que en principio estará representado por Patxi López. Entienden los populares que será una agresividad propia de quien es un «converso» en la materia y necesita justificar su nueva posición ante el electorado. La estrategia popular pasa por señalar cómo los acuerdos a los que Sánchez ha llegado con los partidos independentistas, lejos de mejorar el clima político y social en España, están convirtiendo la política en un elemento de división, muy en la línea de lo que pasaba en Cataluña en los momentos álgidos del proceso independentista.
También cuestionarán que esos pactos no sirvan para recuperar la multilateralidad en la negociación con las comunidades autónomas, sino que consagren una relación bilateral con Cataluña, como ejemplifica la ausencia este lunes de la Generalitat en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. El discurso que vertebra al PP en todos los territorios tiene ahí su vértice: la denuncia de unos pactos que sitúan al resto de comunidades en un estatus inferior a País Vasco y Cataluña.
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