Españoles en el crimen europeo: las mafias más amenazantes para la UE tienen a nacionales entre sus filas
Un informe de Europol constata que la española es una de las principales nacionalidades entre las redes criminales activas en espacio europeo
'Mocro Mafia': el clan de narcos holandeses que escogió España para blanquear
«La seguridad europea sigue amenazada por la delincuencia organizada«, advierte el último informe elaborado por Europol. A partir del análisis de 821 redes criminales activas con más de 25.000 individuos, exponen distintas características de estos grupos, entre las que resalta la nacionalidad española como una de las principales entre sus componentes. Algo que estaría relacionado con la posición geográfica de nuestro país, que le convierte en la puerta de entrada del narcotráfico en Europa.
Este mapa del crimen organizado a nivel europeo deriva del impulso de la la presidencia rotatoria belga del Consejo de la Unión Europea (UE), quien busca que se convierta en una herramienta esencial para las fuerzas de seguridad. «Los delincuentes prosperan en la clandestinidad, pero nosotros estamos cambiando esta situación«, ha afirmado Catherine De Bolle, Directora Ejecutiva de Europol.
En ese sentido, entre los distintos datos recabados con la colaboración de todos los Estados miembros de la UE y de 17 países socios de Europol, destaca que si bien todavía existen mafias cuya composición es homogénea (es el caso de la italiana, rumana o polaca), la mayoría (concretamente el 68%) contienen miembros de múltiples nacionalidades. Entre estas, además de la española, están la albanesa, la belga, la francesa, la alemana, la italiana, la neerlandesa, la turca o la ucraniana.
Siguiendo la tendencia, el informe de Europol señala que «casi todas las redes delictivas con miembros clave españoles están compuestas por múltiples nacionalidades«. Estas se dedican en su mayoría »al tráfico de drogas (cocaína y cannabis), delitos contra el medio ambiente, fraude contra los intereses públicos de la UE17 y blanqueo de capitales«.
Despuntan en estos grupos mafiosos plurinacionales, aquellos dirigidos por miembros oriundos de Bélgica o Países Bajos, por su proximidad a centros estratégicos para el tráfico de drogas (cocaína y cannabis) como el puerto de Rotterdam o Antwerp. Sin embargo, Europol advierte que muchos de sus componentes, pese a tener la nacionalidad de estos países de la UE, son originarios de otros como Marruecos o Turquía. Algo que coincide con el significante aumento de la actividad de la Mocro maffia en esta zona, además de en otros puntos de Europa e incluso de España, como es el caso de la Costa del Sol. Además de los anteriores, el informe apunta a las redes con individuos de Europa del este (Bielorrusia, Chequia, Hungría, Moldavia, Polonia, Rusia, Eslovaquia y Ucrania) y de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania). Todos ellos con actividad en España.
España, campo del narcotráfico
Y es que este último es otro de los puntos en el que destaca nuestro país. La elevada presencia de actividades dedicadas al narcotráfico. Según apunta el organismo que coordina la acción policial en Europa, la mitad de las redes delictivas más amenazadoras están implicadas en el «tráfico de drogas como actividad delictiva principal» y, aunque casi todos los Estados miembros de la UE han notificado su existencia, la mayoría de las operaciones de tráfico de drogas «se localizan con mayor frecuencia en Bélgica, Alemania, Italia, los Países Bajos y España».
Yendo al detalle. Entre las 113 redes identificadas dedicadas al tráfico de cocaína, la nacionalidad española es una de las mayoritarias entre sus miembros, y España está entre las principales zonas de su actividad. Lo mismo ocurre con las 44 organizaciones dedicadas al tráfico de cannabis (no tanto a las drogas sintéticas) y a las 11 dedicadas al politráfico (comercio con distintas sustancias).
En términos generales, Europol identifica cuatro aspectos clave representativos de estas redes, entre los que se encuentra su heterogeneidad. Pero, más allá de esto, también sorprende la agilidad que tienen para adaptar su operaciones (el 86% usan negocios legales en sus prácticas), el control sobre su sector (el 82% de estas se establece en el país donde desarrolla su actividad o de donde son sus hombres clave) y su carácter destructivo (además de estar implicadas en el narcotráfico, el 70% trata de corromper las instituciones y el 68% usa la violencia y la intimidación).
Esta guía, según De Bolle, está «arrojando luz sobre las actividades de las redes delictivas más amenazadoras de la UE», con lo que, los datos centralizados en Europol «darán a los organismos encargados de la aplicación de la ley la ventaja que necesitan para orientar y llevar a cabo mejor las investigaciones criminales transfronterizas«.
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