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España lidera por primera vez las maniobras de EE.UU. en Europa

Hasta 6.000 militares españoles y de otras cuatro nacionalidades participan desde hace diez años en estos ejercicios

España reforzará su despliegue en el Este con el avión A400M

Varios militares se despliegan sobre el terreno en uno de los ejercicios ABC
Angie Calero

Angie Calero

San Gregorio (Zaragoza)

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Son las seis y media de la mañana y dos aviones A400, dos Eurofighter y dos F-18 de las Fuerzas Armadas sobrevuelan la base militar de San Gregorio, en Zaragoza. A ellos se suman seis aviones C17 y tres C130 americanos, además de otro C130 italiano. A bordo de estos medios aéreos, un total de 1.400 paracaidistas esperan la orden para lanzarse sobre el campo de maniobras más grande de toda Europa, que acoge este mes de mayo el 'Defender Europe' (DE-23), las mayores maniobras que realiza Estados Unidos fuera de su territorio y que desde hace diez años se realizan en España con carácter anual.

Desde el día 7 y hasta el próximo 20 mayo, el Ejército de Tierra español está volcado en liderar el 'Swift Response 23 (SR-23)', el segundo de los tres ejercicios –está entre el Inmediate Response 23 y el Saber Guardian 23– que forman las maniobras DE-23, en las que un total de 6.000 militares de más de diez nacionalidades simulan una agresión extranjera que llevaría a la activación del artículo 5 de la OTAN de defensa colectiva. El próximo día 18 está previsto que Felipe VI asista a la segunda operación de asalto aéreo, que tendrá lugar en el aeródromo de Ablitas, en Navarra.

Pese a que no deja de ser un escenario ficticio, resulta inevitable que el supuesto sobre el que entrenan las tropas recuerde a la invasión de Rusia a Ucrania: un grupo de países llamados 'Ocassus' intenta crear inestabilidad en los miembros de la Alianza Atlántica mediante maniobras militares intimidatorias en la frontera, la incursión de compañías militares privadas y la influencia en la población provocando altercados y revueltas.

Desde el Ejército de Tierra, declaran que «el presente contexto internacional, que recientemente nos está mostrando su realidad más compleja y exigente, nos impulsa a mantener la preparación de nuestras unidades como principal objetivo». En definitiva, según señala el capitán Marco Bonelli, se trata de «un ejercicio multinacional en el que tres brigadas paracaidistas internacionales actúan conjuntamente lideradas por una división española, que es la División 'Castillejos', y que tiene lugar en tres lugares diferentes», que son España, Estonia y Grecia. Bonelli afirma que «el objetivo de la operación es la disuasión para que el conflicto no siga escalando»: «Mostrar el alto espectro de capacidades de la Alianza con el objetivo de servir de disuasión y contribuir a la defensa común».

Los paracaidistas, el pasado miércoles, preparados para saltar en la base militar de San Gregorio ABC

 

El DE-23 pretende además poner a prueba la interoperabilidad de los países aliados. Un «ejercicio disuasorio» en el que además de EE.UU. y España participan también Francia, Italia, Portugal y Hungría y que demuestra «una clara unidad de la OTAN con países aliados», la capacidad operacional de las naciones anfitrionas, además de las participantes y contribuyentes a cada uno de los eventos.

El viento suspende el salto

Se trata de un reto «exigente y complejo», que lo es más todavía para las Fuerzas Armadas, ya que por primera vez España asume el mando de SR-23, por el que el pasado miércoles se esperaba el salto de los paracaidistas, que tuvo que ser suspendido por las condiciones del viento. Este ejercicio simulaba el desembarco en zona hostil para liberar un aeródromo controlado por el enemigo, con el objetivo de disuadir cualquier acción hostil.

«Durante el salto tendríamos el puesto de mando sobre la mula águila. Y, 24 horas después de saltar, se activaría el puesto de mando en tierra», explica la comandante Rebeca Galán. Y añade: «En este caso estaba previsto que el salto de los 1.400 paracaidistas se produjera en oleadas de tres aviones, de tres minutos en tres minutos. Con una primera rotación de 900 paracaidistas y una segunda y una tercera de unos 200». «Tenemos unos límites de viento que en este caso eran de 13 nudos y ya estábamos con rachas de 20 o 22», explica Galán. En una situación real «se esperaría a tener unas condiciones óptimas para poder realizarlo». La distancia a la que estaba previsto que saltaran era de unos 400 metros »para que el enemigo no les detectara».

'Defender Europe 23'

Demostración de unidad

EE.UU. realiza estas maniobras, las 'Defender Europe', desde hace diez años en España. El de esta edición es un ejercicio disuasorio, que responde al principio de defensa colectiva de la OTAN

España lidera un ejercicio

El 'Defender Europe' está compuesto a su vez por tres ejercicios: Inmediate Response 23, Swift Response 23 y Saber Guardian 23. España lidera el segundo y supone el esfuerzo principal del Ejército de Tierra para este año, ya que tiene además tres escenarios en Europa: Estonia, Grecia y España

Desarrollo en la península

El desarrollo del Swift Response 23 en España tiene lugar en Huesca, en el Centro de Adiestramiento San Gregorio de Zaragoza y en el aeródromo de Ablitas, en Navarra

Del 7 al 20 de mayo

El ejercicio finalizará el 20 de mayo, siendo la Brigada 'Almogávares' VI de paracaidistas la que lidera una de las operaciones

Por otro lado, la noche antes al día del salto, se realizó una infiltración de personal en el terreno que dio seguridad «y nos ha dado el okey»: «Si hubiera habido las condiciones climatológicas óptimas, hubiéramos saltado porque estaba la zona asegurada».

Una vez realizado el salto, los militares se hubieran reagrupado en tierra y se hubieran dirigido a diferentes áreas en el terreno, donde hubieran realizado unas misiones concretas. Al trabajar con efectivos de tantos países diferentes, uno de los retos es el del idioma, según explica la comandante Galán, el siguiente es la logística para poder llevar a cabo el ejercicio.

Toda esta coordinación se lleva a cabo desde la División 'Castillejos', en Huesca. Un puesto de mando compuesto por más de 150 militares de cinco nacionalidades diferentes (España, EE.UU., Italia, Polonia y Países Bajos) que ha exigido un importante despliegue de medios y sistemas de telecomunicaciones para mantener el mando y control de la operación.

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