Las escuchas del caso Supercopa: «Rubiales sólo está a dar el palo»

La crítica no pasaría de anécdota si no fuera porque la UCO estaba escuchando y ha tomado buena nota de los ejemplos de ese «dar el palo» que puso ante su interlocutora. Y todo había empezado porque estaba molesto. Rubiales le recriminó en su día que fichase a su propia hija para el equipo jurídico de la Federación.

«¿Te puedes creer?, le dijo el presidente de la UEFA, Ceferin, 'oye, me gustaría ayudarte, ¿cómo podríamos hacerlo?' Y sin preguntarme, dice, joder...dale 400.000 euros a Tomás al año y que él me los pague a mí luego», subrayó. Llama la atención porque no se concreta en qué fecha habría hecho Aleksander Ceferin ese supuesto ofrecimiento, pero el contexto es el del cese de Rubiales, a quien sentó en la vicepresidencia de la UEFA y que fue expedientado en primer lugar no por este organismo, sino por la FIFA, por su conducta con Hermoso.

Para González Cueto, «este, cuando va ahora por ahí, lo único que quiere es dar palos, no se ha planteado trabajar, sino dar palos... pero no de 15 o 20.000 euros sino de 200.000 para arriba, ¿sabes?...porque dice que él necesita 100.000 euros al mes. Es que dice unas cosas...». «Está como una puta cabra», zanjó.

La conversación tuvo lugar el pasado 25 de enero y González Cueto señaló dos ejemplos más de su tesis sobre aquello en lo que se habría convertido Rubiales. Contó a su interlocutora que quería embarcarles en un asunto de una «amiga coreana suya» que «traía un espónsor, un patrocinador coreano que iba a pagar siete millones en cinco años, para empezar a pagar con dos años de antelación, simplemente para abanderar una escuela de fútbol en Corea».

«Yo creo que era un chanchullo para trincar pasta, pero que quería cobrar el 20%, 200.000 euros al año durante siete años (...) porque claro, era el 10 para ella y el 10 para él. Quería trincar 100.000 de ahí», añade.

El último ejemplo ya es sobre hacerse con un millón de euros de una operación de financiación de cien millones para la que un tercero, había pedido ayuda a González Cueto, que rebotó el recado a Rubiales pensando que sus contactos en Arabia Saudí podrían servir: «Y lo primero que dice es que él quiere un kilo para él. Todo de aurora boreal».

González Cueto es un hombre clave en la RFEF y clave también para los investigadores en esta causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda, y no sólo porque en esa misma conversación reconoce haber estado «haciendo enjuagues para pagar algo de dinero a tíos a los que él (Rubiales) necesitaba darles dinero».

Además del crecimiento exponencial de la facturación de su despacho al abrigo de la RFEF, la UCO cuestiona que hubiera subcontratado servicios por cuenta de la institución o que intentase sufragar gastos de abogados de Rubiales cuando el ente había cerrado ya esa puerta. Se investigan además dos pagos de la sociedad de Nene, el amigo del expresidente, salidos de una constructora.