Carta del embajador cesado en Bélgica a Albares: «Siembra el miedo entre los que defendemos los intereses de España en el exterior»

«Me preocupa especialmente esta situación cuando pienso en nuestros compañeros más jóvenes, recién ingresados en la Carrera, cuya ilusión y ganas de servir al Estado pude comprobar en mi anterior puesto de Embajador Director de la Escuela Diplomática», explica Antón en la carta, a la que ha tenido acceso ABC.

El nombre de Antón se ha dado a conocer entre las informaciones diplomáticas en las últimas semanas porque a la decisión de Albares para cesarle podría haber contribuido el hecho de que se quedó dormido durante la intervención del ministro en la IX Conferencia de Embajadores, que tuvo lugar a mediados del pasado mes de enero. En la carta, el embajador explica que aquella mañana se encontraba enfermo, «con gripe y bajo los efectos de antihistamínicos», pero que le «merecía la pena el esfuerzo» por encontrarse «con los compañeros que defendemos cada día los intereses y la buena imagen de España por todo el mundo».

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«Al finalizar tu intervención, pude visualizar un vídeo en el que se veía a varios compañeros, entre los que me encontraba yo, echando un «sueñecito»», continúa Antón en la carta. Dice que le llamó la atención «que se señalara a algunos de los «durmientes» con unas llamativas flechas rojas»: «Desconozco quién grabó el vídeo, quién lo editó con flechas y quien lo distribuyó, pero habrá ocasión de saberlo. En aquellos momentos el vídeo fue simplemente una anécdota que comentamos entre compañeros en clave de humor. No le concedí al tema mayor importancia, pero tampoco descarté que, en el contexto actual del Ministerio que tú diriges, si se quería, se podía encontrar en el vídeo «munición» para tratar de descalificar, amedrentar y eventualmente destituir a alguien llegado el momento oportuno».

Cuenta Antón que fue el 29 de enero cuando recibió la llamada del Subsecretario, Xavier Martí, para informarle de que Albares había decidido que él cesara en la Embajada de Bruselas y que debía pedir el plácet de su sucesor, «sin demora». «Me precisó que mi cese no se debía a mi desempeño profesional», señala.

«La llamada del Subsecretario hizo que me interesara por los rumores que corrían por los pasillos, los cuales, en general, suelen ser acertados. Cuando escribo esta carta,se han confirmado los rumores, la situación queda aclarada y es del dominio público. Ciñéndome a lo que me atañe directamente, el asunto afecta a un triángulo de Embajadas (Lituania, Luxemburgo y Bélgica) siendo yo, sin haber cumplido en el puesto el tiempo mínimo habitual (entre tres y cuatro años), el único que salgo perjudicado por tus calculados ajustes», espeta Antón a Albares.

Y añade: «Entretanto se disparan las interpretaciones de lo sucedido, quedando bien explicada la operación de cambios en las embajadas. Simultáneamente se difunde ampliamente en los medios de comunicación la idea de que he sido cesado por dormirme en el acto solemne de tu discurso». En este sentido, confiesa Antón que «esta maniobra, aparte de torpe, ridícula y mezquina, como se ha reconocido ya públicamente» le «incomoda y consterna», no solo porque suponga «un intento de ensuciar y poner en entredicho» su reputación profesional, «labrada a lo largo de cuarenta años de carrera como servidor público», también porque pone de manifiesto la falta de criterio de Albares.

Antón concluye la misiva al ministro diciéndole que, en su condición de servidor público, acata la decisión de su «cese inesperado». «Pero siento que implica desaprovechar un capital de contactos, en los diferentes sectores de la vida política, cultural y económica de este país, que he ido acumulando desde mi incorporación», apunta el embajador, al tiempo que aprecia que «dichos contactos habrían resultado de gran utilidad para reforzar nuestras relaciones con Bélgica precisamente en un año en el que tendrá lugar un acontecimiento tan importante como el festival Europalia 2025, en el que España es el país invitado y que será inaugurado por SSMM los Reyes en octubre». «Habría deseado contribuir con mi trabajo al éxito de la visita de nuestros Reyes, a los que profeso un enorme respeto y admiración siendo nuestro Jefe del Estado el mejor representante de España en el exterior».

A partir de la publicación de su cese en el BOE, Antón iniciará los preparativos de su salida del puesto, que espera poder realizar en los plazos reglamentarios. Volverá a los servicios centrales del ministerio, en Madrid, «para seguir sirviendo a España», como viene haciendo desde su ingreso en la Carrera diplomática.

Cuando en la carta dice que él es el único que sale perjudicado en los «calculados ajustes» de Albares, se refiere al movimiento que el ministro ha realizado para favorecer a Marcos Alonso, compañero de promoción de Albares y al que mandó como embajador Representante Permanente en la UE. Su mujer, la también diplomática Nieves Blanco, es la actual embajadora en Lituania y le habría dado la jefatura de misión en Luxemburgo, una embajada que se encuentra más cerca de Bruselas, donde se encuentra su esposo.

Este es solo un ejemplo de lo que vienen denunciando los diplomáticos desde hace tiempo sobre la política de ceses y nombramientos de Albares –y que también recriminó el presidente de la ADE, Alberto Virella, el pasado sábado en su entrevista a ABC–, que obedecen en muchos casos a cambios arbitrarios más que discrecionales.