Elecciones 23J: segunda vuelta del plebiscito sobre el sanchismo
España elige hoy entre cambiar de modelo o dar continuidad al gobierno de coalición aliado con secesionistas
Los indecisos tienen la llave. Feijóo les promete cambio y concordia. Sánchez les augura un retroceso si gana el PP
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Las urnas decidirán esta noche el camino que seguirá nuestro país durante los próximos cuatro años. El 23J nació de la derrota electoral que sufrió el PSOE en las elecciones autonómicas del 28 de mayo, una cita que el jefe del ... Gobierno, Pedro Sánchez, convirtió en un plebiscito sobre su gestión, y que no puede leerse sino como una segunda vuelta a ese órdago.
El líder socialista aspira a que los españoles se «arrepientan» del fuerte apoyo que dieron al PP en esa cita de mayo, y que provocó un vuelco de poder que ha cuajado en pactos entre el partido de Alberto Núñez Feijóo y el de Santiago Abascal en varias autonomías —no en Aragón y Murcia— y numerosos ayuntamientos. Es decir, Sánchez aspira a «corregir» la pérdida del plebiscito sobre su gestión y reeditar su fórmula de un gobierno de coalición con alianzas externas con partidos independentistas.
Gobernar en solitario o sin el secesionismo no es una opción para los socialistas, según todas las encuestas publicadas. Pero Sánchez y Yolanda Díaz ofrecen como diferencia gobernar «mejor», presentándose como capaces de formar un equipo cohesionado, sin las broncas públicas que tenían lugar cuando los líderes de Unidas Podemos dirigían la acción del socio pequeño de la coalición.
Los independentistas de ERC y EH Bildu, en cambio, prometen cobrar a PSOE y Sumar un peaje mucho más caro que el que exigieron a la coalición en la anterior legislatura. Tanto, como la convocatoria de un referéndum. Sánchez ha dicho que no pagará ese precio pero, a diferencia de las elecciones de 2019, esta vez se presenta con la credibilidad minada precisamente por todo lo que entonces dijo que no haría y acabó haciendo. Por ejemplo, que no haría pactos con EH Bildu que no concedería indultos a los líderes del 1-O.
El PP, favorito en los sondeos, pretende expulsar a Sánchez del poder y cambiar el rumbo que ha llevado España desde que el socialista alcanzó la presidencia del Gobierno en 2018. Con el bipartidismo mucho más recuperado que en las dos elecciones generales de 2019, el enfrentamiento ya no es puramente entre bloques sino entre modelos, porque Alberto Núñez Feijóo se presenta prometiendo que no renunciará a gobernar en solitario. O, lo que es lo mismo, a gobernar sin Vox dentro del Consejo de Ministros.
Ninguna de las encuestas publicadas hasta el lunes pasado otorgaba mayoría absoluta a los populares. Ni siquiera los 160 escaños con los que sueña Génova para poder cuadrar su investidura con partidos pequeños, superando a la ecuación que pueda conformar el PSOE. Con los datos del último tracking de GAD3 para ABC del pasado lunes, el PP obtendría 151 escaños frente a los 89 que logró en noviembre de 2019, pero sus opciones para conformar una aritmética de gobierno sin Vox podrían pasar únicamente por PNV y Teruel Existe. Y esta suma (157) no superaría a la alianza de PSOE, Sumar, EH Bildu, ERC, Junts y BNG (165).
El precedente de Podemos
Existe el riesgo de que el PP no tenga más opciones de pacto ya que el citado sondeo anticipaba que partidos como UPN o Coalición Canaria, con los que los populares podrían llegar a entendimiento, no obtendrían representación, y tanto el PRC como Foro Asturias han renunciado a presentarse.
En este marco es donde no puede descartarse que se produzca una situación de bloqueo. Es decir, un escenario en el que Alberto Núñez Feijóo obtenga la mayoría pero no los apoyos necesarios para resultar investido, pero que Pedro Sánchez, con su segunda plaza, tampoco pueda conformar esa mayoría, porque en este caso no hay duda de que PP y Vox votarían juntos en su contra alcanzando una mayoría absoluta de 'noes', si se cumplen los datos que pronostican las encuestas.
El bloqueo político es una posibilidad lejana, pero las cifras de los sondeos publicados hasta el lunes no permiten descartarla
Génova espera que las cifras del lunes cambien hoy pero la realidad es que afronta el riesgo claro de tener que acabar entendiéndose con Abascal, cuyo partido podría bajar de 52 escaños a 29, de nuevo según los sondeos. Una treintena de diputados que podrían resultar absolutamente necesarios para que el PP pudiera expulsar a Sánchez del Gobierno, y que no por suponer un fuerte retroceso frente a 2019 forzarían necesariamente a Santiago Abascal a rebajar sus expectativas de entrar en un eventual gobierno del PP.
Hace cuatro años, Unidas Podemos sufrió una caída similar frente a su resultado de 2016 y este desplome sirvió de gran acicate para que su entonces líder, Pablo Iglesias, exigiera entrar en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez como estrategia para disfrazar precisamente la pérdida de apoyo social. Desembarcó en el poder para enmascarar la pérdida de diputados. Una línea que vuelve a seguir Sumar porque si bien es cierto que el PSOE podría sacar peor resultado que en 2019 -115 escaños contra 120-, los partidos que integran la coalición de la todavía vicepresidenta podrían retroceder de 38 escaños hace cuatro años a 25.
Cambios desde 2019
De honda fragmentación en la derecha...
En noviembre de 2019, los conservadores se presentaban fragmentados en tres partidos: PP, Vox y Cs. Estos dos últimos pugnaban por desplazar a los populares como partido hegemónico en la derecha.
...a liderazgo indiscutible
Ahora sin embargo, nadie disputa al PP el liderazgo en la derecha, Vox se encuentra en retroceso y Ciudadanos ni siquiera se presenta a las elecciones.
De pulso y bloqueo en la izquierda...
Las elecciones anticipadas de abril de 2019 certificaron que los tiempos en los que Unidas Podemos podía soñar con dar el 'sorpasso' al PSOE habían pasado a mejor vida. Pero la digestión de ese baño de realidad fue difícil para el partido morado. El PSOE fue el que soñó entonces en que podría engullir a su rival y no logró entenderse para formar gobierno hasta que repitió las elecciones.
... a aspirar a reeditar un gobierno de coalición
La alianza del PSOE con todos los partidos situados a su izquierda ideológica no solo no genera dudas sino que ha sido expuesta por sus protagonistas como la única arma posible para hacer frente al eventual pacto entre Vox y PP. Una coalición que el partido de Alberto Núñez Feijóo aspira a evitar.
En cambio, el sondeo del lunes daba 180 diputados a PP y Vox. Por tanto, el problema de Feijóo podría no ser, como le sucede al PSOE, tener números suficientes para armar una mayoría, la componga quien la componga, sino tener las cifras necesarias para gobernar como pretende.
Indecisos, la clave
La clave tanto para la remontada de última hora con la que sueña Sánchez como para el ascenso final por el que reza Feijóo está una vez más en los indecisos. Hace una semana, los sondeos apuntaban que un 30 por ciento de los electores aún no habían decidido su voto. El Centro de Investigaciones Sociológicas los cifró en 4,5 millones de votantes, de los cuales 650.000 votaron al PSOE en las anteriores elecciones generales.
Tanto el jefe del Gobierno como el líder de la oposición han echado el resto en la campaña electoral para atraerlos y sumar a los votantes de centro. Sánchez insistiendo en el «retroceso» social que augura para el país si gana el PP, asimilándole con Vox. Y Feijóo prometiendo concordia y orillar a los extremismos para cambiar el rumbo del país. En manos de quienes han decidido su voto en los últimos días está la llave de la gobernabilidad.
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