Díaz y Montero guardan las formas pero siguen sin hablarse
Ambas han vuelto a verse este martes en la reunión ordinaria del Consejo de Ministros
La comunicación entre las dos es prácticamente inexistente lo que se extiende también a la líder de Podemos, Ione Belarra
Cuatro días después de consumarse la exclusión de Irene Montero de las listas electorales de Sumar –que aglutinan a varias formaciones, entre ellas Podemos– la líder de la formación y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, volvió a encontrarse este martes con la ministra de ... Igualdad en la reunión ordinaria del Consejo de Ministros.
Ambas guardaron las formas, pero evidenciaron lo que a estas alturas de la legislatura, y de su conflicto interno, no es un secreto para nadie, y menos aún para quienes comparten cada semana la reunión ordinaria del Gabinete, precedida de un café previo en el que los veintidós miembros del Ejecutivo suelen departir de manera más distendida. Y es que la comunicación entre las dos es prácticamente inexistente, a estas alturas, lo que se extiende también a la líder de Podemos y titular de la cartera de Derechos Sociales, Ione Belarra.
Una frialdad de trató que se ha venido repitiendo durante todo el último año, por ejemplo en las sesiones del Congreso de los Diputados, si bien allí, y dado el mayor rango de la vicepresidenta y también titular de Trabajo, ésta se sienta muy distanciada en la bancada azul de Montero y Belarra, lo suficiente como para guardar las distancias. De hecho, es lo que ocurre también en la larga mesa del Consejo de Ministros, aunque en esta ocasión sin otros testigos y las cámaras, como sí ocurre en el Hemiciclo de la Cámara Baja.
Otro foco de tensión dentro del Gabinete de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, en la clave del acuerdo para concurrir juntos a las elecciones del 23 de julio entre Sumar y Podemos, es la presencia del ministro de Consumo y líder de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, quien con su movimiento de descartarse para ir en esas candidaturas abrió el camino al veto a Irene Montero, finalmente consumado la semana pasada.
Varias reuniones más
La del martes ha sido la primera reunión ordinaria del Gobierno después del último capitulo de la lucha fratricida que se viene produciendo en el espacio a la izquierda del PSOE, pero no será la última. Antes incluso de que Pedro Sánchez y todos sus ministros empiecen a estar en funciones, lo que ocurrirá justo al día siguiente de las elecciones, el 24 de julio, quedan al menos cinco reuniones más en el complejo de La Moncloa.
Fuentes gubernamentales dejan claro que entre ambas no hay clima alguno de relación, después de casi cuatro años de la legislatura que comenzó con la investidura de Sánchez en enero de 2020. Entonces Díaz era simplemente la titular de Trabajo, Belarra no era aún ministra, sino secretaria de Estado, y Pablo Iglesias ocupaba la vicepresidencia segunda. En marzo de 2021, y después del adelanto electoral realizado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ante el temor de que Ciudadanos (CS), entonces su socio de gobierno, le presentase una moción de censura como la que los liberales habían intentado con el PSOE en Murcia, Iglesias dejó de manera sorpresiva el Gobierno para ser candidato de Podemos a la Asamblea de Madrid. En ese momento designó a Díaz como su sucesora tanto en la vicepresidencia segunda como para ser la candidata a las siguientes elecciones.
Apenas han transcurrido dos años y unos meses de ese momento, y las cosas no han parado de ir a peor entre la cúpula de Podemos y la ahora líder de Sumar. El desencuentro de Díaz con los aliados parlamentarios preferidos del partido morado, ERC y EH Bildu, con motivo de la reforma laboral, aprobada en febrero de 2022 pese al rechazo de los independentistas catalanes y vascos; la cumbre de la OTAN del año pasado en Madrid, a cuyo boicot no se sumó la vicepresidenta o el escándalo por las rebajas de penas a delincuentes sexuales tras la entrada en vigor de la ley del 'solo sí es sí' han sido tres de los hitos más significados de ese desencuentro, que ha terminado en una guerra abierta entre los dos bandos, pese a que finalmente se haya alcanzado un acuerdo para ir juntos a las urnas.
Pese a ello, Podemos sigue reclamando una rectificación de Sumar para que se levante el veto a la titular de Igualdad, que el propio Iglesias considera «regalarle una victoria a la mafia», según ha dicho recientemente.
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