ACOTACIONES DE UN OYENTE
Un día negro
Se trata del día más negro para la democracia española desde el 23F
Lee aquí el resto de acotaciones de un oyente, por J. F. Peláez
![El expresidente catalán, Carles Puigdemont](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/05/30/acotaciones-de-un-oyente-puigdemont-U6053495186816B-U602588230300oVH-1200x840@diario_abc.jpg)
La sesión en la que el Congreso aprobaba la Ley de Amnistía pasará a la historia por varios motivos. El primero, porque se trata del día más negro para la democracia española desde el 23F. Entonces fue un pequeño grupo de exaltados el ... que intentó dar un golpe de Estado. En esta ocasión han sido 177 diputados, con sus nombres y apellidos, los que han decidido ponerse por encima de las leyes -es decir, del pueblo del que emanan-, para borrar los delitos de un grupo de golpistas, sediciosos y malversadores, así como las penas a las que fueron condenados por el tribunal competente, en un juicio justo y con todas las garantías procesales. Todo ello a cambio de que el PSOE permanezca en el poder unos meses, en un ejercicio de corrupción política sin precedentes. El Legislativo se pone, así, por encima del Judicial, termina con la separación de poderes, con el imperio de la ley y con el principio de igualdad de todos los españoles. Esta vez no han hecho falta tiros, aunque yo no dejaría pasar la oportunidad de regalar a sus señorías un disfraz completo de Tejero, con su bigotito y todo, para que vuelvan así a sus respectivas demarcaciones y dejen claro a sus votantes quiénes son y qué defienden.
La sesión tuvo dos partes diferenciadas. Una primera marcada por Nogueras y Rufián, ambos manteniendo ese tono petulante necesario para autoconvencerse de que un jueves vulgar es un día histórico. Rufián comenzó felicitándose por la «derrota del régimen del 78», es decir, se felicitaba por haber derrotado la Constitución, la democracia y la libertad. Se ve que prefería a Franco. A punto estuvo de sacar una guitarrita y ponerse a tocar 'Al vent' hasta el coma diabético. Nogueras fue más clara: «Miren, hoy no se perdona nada. Hoy se gana una batalla entre la nación catalana y la española. Esta ley no es perdón ni clemencia, es victoria. Pero la lucha continúa. Hemos demostrado que podemos ganar lo que ustedes no tienen el valor de afrontar». Cortita y al pie, sin engañar a nadie, dejando al PSOE con el culo aire, tirando el relato de la reconciliación a la basura y humillando a nuestra democracia. Les debió gustar tanto ese discursito bananero que Josep María Cervera se emocionó. Donde esté un buen golpe de Estado que se quite una canción de amor.
La siguiente parte nos llevó a uno de esos parlamentos salvajes que vemos a veces en el telediario, en países como Georgia, poniéndonos en un ambiente de tensión desconocida donde a punto estuvieron de pasar de las palabras a otra cosa. Porque los nacionalistas pueden ser lo que sean, pero son educados. Esta dinámica la reventó Pisarello con una intervención histórica. ¿Es Pisarello la inteligencia más discreta de la Cámara? Es posible. ¿Es Pisarello el diputado que mantiene un discurso más profundamente antidemocrático, fascistoide y ultra? No tengo ninguna duda. En esta sesión volvió a demostrarlo en un discurso repleto de exabruptos y consignas de dictadorzuelo muy aplaudidas, eso sí, por los restos del PSOE, ya un partido marginal más.
A ello respondió Abascal con un discurso por debajo de lo que el momento histórico requería, priorizando la táctica y el electoralismo. En él se refería a Pisarello, que pidió la palabra a Armengol por alusiones, para proseguir con su discurso ultra, fundamentalista y fanático, insultando gravemente a Vox, que pidió la palabra por el mismo motivo, aunque Armengol decidió arbitrariamente no dársela. Ahí se reventó la sesión. De nuevo Armengol tomando decisiones injustas y abusando de su poder. Y, a partir de ahí, el caos: diputados de Sumar y de Vox provocándose hasta que algunos de los últimos perdieron el control y el decoro y comenzaron a proferir insultos y gritos, en un bochorno tercermundista que remató el portavoz del PSOE acusando a la derecha de filonazi, neofascistas y camisas negras.
La tercera parte, Feijóo, único a la altura del momento histórico. Su parlamentarismo y liderazgo crece por momentos y lo demostró en un discurso duro, bien argumentado y manteniendo la cortesía. Lo que debería ser lo normal, vaya. Pero, en realidad, es la excepción. Mientras pasaba todo esto, Sánchez escondido. En todo este proceso no ha dicho una sola palabra en el Congreso, parapetado siempre detrás de sus peones. Al final, se salió con la suya y todos los grupos excepto PP y Vox se lo hicieron saber con un largo aplauso de agradecimiento. Bienvenidos a la realidad.
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