El detenido por el asesinato del niño de Ceuta: «Primero lo vi vivo y luego ya estaba muerto»

Cristian B., vecino de 34 años de la barriada ceutí de Los Rosales, detenido por la Policía como presunto autor de la violación y muerte de Mohamed, de ocho años, mostró una frialdad absoluta mientras era interrogado por los agentes de la UDEV encargados del caso, como si los hechos le fueran ajenos. Admitió, eso sí, que estaba con el niño justo antes de que muriera y también inmediatamente después. Él lo explicó con una frase terrible: «Primero lo vi vivo, y luego ya estaba muerto», sería el resumen de su declaración, según las fuentes consultadas por ABC. También admitió que había discutido con el chico. No fue, por tanto, una confesión completa y total, pero los investigadores no tienen duda alguna de que es responsable de los hechos.

Mohamed fue víctima además de una agresión sexual, algo que ya se presumía por el hecho de que su cuerpo fuera encontrado desnudo de cintura para abajo. El sospechoso, como informó ayer ABC, tiene un antecedente policial por un delito similar, que data de 2017, cuando fue arrestado por un ataque cuya víctima fue un compañero de su asociación. No llegó a pasar a disposición judicial. Antes, en 2013, también fue capturado por un robo con intimidación.

Las fuentes consultadas dibujan un individuo de personalidad compleja, límite, que por momentos parece ajeno a la realidad, aunque insisten en que médicamente no tiene diagnosticada enfermedad mental alguna, No obstante, a lo largo de la instrucción se le va a practicar un examen forense para determinar si sufre una patología de esa naturaleza.

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El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Ceuta, en funciones de guardia, ha ordenado a primeras horas de la tarde, a petición de la Fiscalía –solicitud a la que se ha adherido la acusación particular de la familia–, su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. En el centro penitenciario de Mendizábal se han tomado las medidas oportunas para garantizar su seguridad, ya que este tipo de delincuentes no son bien recibidos por la población reclusa.

Durante su comparecencia judicial Cristian se ha acogido a su derecho a no declarar. Las diligencias las instruye el Juzgado de número 6 de Ceuta, al encontrarse de guardia cuando ocurrieron los hechos. La autoridad judicial mantiene además el secreto de sumario.

Según las fuentes consultadas por este periódico el sospechoso mantuvo en todo momento durante los interrogatorios una frialdad absoluta y no confesó parcialmente los hechos hasta verse acorralado por las pruebas que los investigadores le pusieron delante. Una cámara de seguridad lo grabó junto al pequeño poco antes del crimen en la zona donde fue encontrado el cadáver de Mohamed. Una vez reconocido esos hechos no mostró arrepentimiento alguno, según las mismas fuentes.

Ayer por la tarde Cristian acompañó a los investigadores hasta su vivienda para estar presente en el registro. La Policía intervino allí varias evidencias que ahora son analizadas en los laboratorios de Policía Científica. Por la noche permaneció en Los Rosales un retén policial para evitar que los vecinos tomaran represalias contra la familia del detenido. La sensibilidad entre las personas que viven allí es muy alta como consecuencia del fuerte impacto que provocó el asesinato en la Ciudad autónoma y se quería evitar cualquier tipo de incidente.

La familia de Mohamed, mientras tanto, respira aliviada, tanto por la detención del asesino de su hijo como por el hecho de que el presunto autor del crimen no fuera vecino suyo, algo que les preocupaba de forma especial. «Muchas gracias a la Policía y a todos», han dicho tras acudir a las dependencias de la Jefatura Superior de Policía, donde fueron informados de los resultados de la investigación. Y han hecho una petición a los medios de comunicación: «Dejadles trabajar».

El detenido, según informa 'El Faro de Ceuta', trabajaba en una empresa de la ciudad y hace más de cinco años estuvo prestando servicios de limpieza en lo que antiguamente se conocía como Apros, Asociación Plena Inclusión, de donde se le despidió por un incidente. En concreto habría perpetrado un robo en un colegio que había contratado a la asociación. Fue despedido por ese asunto. En la actualidad trabajaba de repartidor de bombonas de butano.

El pequeño desapareció de su casa la tarde del domingo 18 de diciembre y fue a la mañana siguiente cuando la dotación de un 'zeta' de la Policía encontró su cuerpo sin vida. Estaba cerca de su vivienda, a solo unos minutos a pie. Los agentes vieron una chaqueta en un árbol que les resultó sospechosa y al acercarse hallaron el cuerpo semidesnudo. Su familia había denunciado los hechos en comisaría la noche anterior.

El cadáver de Mohamed presentaba signos de violencia. Todo apuntaba a un asesinato. La autopsia fue la que reseñó que el pequeño no sufrió un accidente, sino que alguien lo golpeó con un objeto contundente en la cabeza. No se aclaró entonces si fue víctima de abusos sexuales, pero el hecho de que el cuerpo estuviera desnudo de medio cuerpo hacia abajo y los antecedentes del detenido abonan la teoría de un asesinato con móvil sexual, que es la que aprecia también el juez.

La detención de Cristian B. se produjo exactamente un mes después de la desaparición. Desde el primer momento los expertos en Homicidios de la UDEV de la Jefatura Superior de Ceuta se volcaron en las investigaciones, conscientes del shock que el suceso produjo en la ciudad. Ha sido un trabajo muy discreto -está declarado el secreto de sumario- y se han analizado cámaras de seguridad y tomado declaración a numerosos testigos.