Zozobra en Alicante ante una fusión del BBVA y el Sabadell por la pérdida de la sede social
La operación dejaría a la ciudad sin el domicilio social del banco de origen catalán y Mazón se ofrece para manternerla
Mazón prefiere «cautela» ante una posible fusión BBVA-Sabadell aunque ofrece Alicante como sede
La posible fusión del BBVA y el Banc Sabadell tendría en caso de consumarse una repercusión especial en la provincia de Alicante, por la estructura implantada de la entidad catalana en esta operación al haber absorbido hace una década y media la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y, sobre todo, porque situó su sede social en plena vorágine independentista en 2017.
El imponente inmueble de su domicilio en la céntrica avenida Óscar Esplá de la capital alicantina se volatizará al menos como icono de otra época de esplendor económico en caso de la absorción de la entidad por el BBVA al convertirse en el segundo banco de España por tamaño, dado que con toda probabilidad no mantendrá allí este centro neurálgico.
Este mismo miércoles, desde el banco de origen vasco ya han anticipado en un comunicado que la entidad resultante de la fusión tendría una de sus sedes operativas del grupo en Cataluña, que se establecería en el centro corporativo de Banc Sabadell en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Por si llega ese escenario en la economía nacional, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se ha apresurado nada más saltar la noticia este martes sobre la operación de envergadura a la actualidad para ofrecer que Alicante se mantenga como sede de la entidad financiera resultante. No obstante, ha mantenido la «prudencia» y ha preferido ser »cauteloso» dado que no tiene «referencias» sobre si se va materializar la fusión.
De hecho, este miércoles han parecido enfriar esa vía desde el Sabadell, que no entienden el interés tras no cuajar otra tentativa en 2020, si bien se han conocido más detalles de las condiciones que oferta el BBVA, como una vicepresidencia y una prima del 30% sobre el valor de la entidad a fecha de 29 de abril al cierre de la Bolsa, antes de anunciarse la fusión, para los catalanes. Así como un canje de una acción de nueva emisión del BBVA por cada 4,83 del Sabadell.
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En la provincia de Alicante, ambos tienen unos 1.500 y 500 empleados, respectivamente, con más peso proporcional en el conjunto de su masa de personal para el banco que preside Josep Oliu, por esa herencia anterior de la extinta CAM. Una tercera parte de esos trabajadores están en servicios corporativos para toda la entidad, uno de ellos el departamento de informática situado en las afueras de la ciudad, en la zona de Aguamarga, reconvertido para otros fines operativos.
Los sindicatos UGT y CCOO ya han alertado en este Primero de Mayo sobre la posible destrucción de empleo como consecuencia de esta hipotética fusión, como suele ocurrir por solapamiento de las redes de oficinas, con medio centenar en el caso del BBVA en los municipios alicantinos y una cifra algo superior en el Sabadell.
Aunque ese desenlace no desencadenería una ruptura comparable a la desaparición de la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo, una entidad prácticamente omnipresente en sus tiempos y vinculada a la economía alicantina en mayor medida que su comprador, con una dimensión mucho mayor y unos objetivos más diversificados a escala nacional e internacional, esta nueva fusión hará revivir esa percepción de perder protagonismo en el sector financiero.
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