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Señal de radio

Mi amigo Fernando...

«Era como ese futbolista de talento que pide el balón en momentos en los que nadie lo quiere, cuando el público aprieta y el rival pega patadas»

Imagen de archivo del periodista Fernando Ferrando LP
Vicente Ordaz

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Esta semana nos ha dejado Fernando Ferrando. No se como presentarlo, porque Fernando, era muchas cosas. Fue empresario, asesor político y periodista. Fernando se enorgullecía como empresario de haberse arruinado «seis o siete veces». Me decía «Vicente el modelo es el americano, para triunfar como empresario hay que tropezar varias veces, no hay otro camino». Tenía razón, Fernando en los negocios triunfó, después de más de un trompazo.

Fue asesor político, estuvo en el Ministerio de asuntos exteriores en el tiempo de García Margallo como jefe de la diplomacia española. Como todo tipo normal que entra en la administración 'flipó', con los procedimientos, con la burocracia, con el sistema. Era un tipo normal, con ideas normales y métodos normales en un mundo en el que para mover un papel tienes que visitar tres despachos, rellenar dos instancias y poner un timbre. Pero disfrutó, porque Fernando lo hizo en todo aquello que emprendió.

Pero todos recordaremos al Fernando periodista. Al analista fino y mordaz. Al contertulio capaz de levantar cualquier programa radiofónico o televisivo. Era como ese futbolista de talento que pide el balón en momentos en los que nadie lo quiere, cuando el público aprieta y el rival pega patadas. El que dice a sus compañeros «dadme el balón a mí y no os preocupéis de nada». Leía el formato como nadie. Si por invitados, temas o propia inercia del debate las opiniones escoraba hacia un lado Fernando era el contrapeso. Siempre con humor, con ironía, con inteligencia.

Pero del Fernando Ferrando que más aprendí fue del de los últimos años. Una cruel dolencia lo llevó a maltraer. Daba igual como de fastidiado estuviese, o cuanto de largo fuese el ingreso hospitalario, siempre lo encontrabas con una sonrisa, siempre de buen humor, siempre Fernando. Nos deja mil frases, mil recuerdos, todos buenos, pero me quedo con una frase que le escuché a su hija hablando de su padre, «desconecta eso que papá sabe más que google». Pues sí, también esto era cierto. Fernando sabía más que google, pero sobre todo, era mucho más divertido. Te echaré de menos amigo.

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