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El renacer de Bonaire, el centro comercial devastado por la dana que esquivó una tragedia mayor

Un centenar de tiendas y restaurantes del complejo valenciano abren sus puertas tres meses y medio después de la barrancada en Aldaia: «La clave está en tener los protocolos preparados y dar formación»

Metrovalencia recupera la frecuencia habitual de sus líneas reducida por la dana

Imagen de la reapertura del centro comercial Bonaire, este jueves, tras la dana EP
Toni Jiménez

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En Bonaire, como en gran parte de la provincia de Valencia, el tiempo se detuvo un martes por la tarde. Inaugurado hace un cuarto de siglo, uno de los centros comerciales más grandes de España ha podido reanudar su actividad -al 70%- tres meses y medio después de la catastrófica dana del 29 de octubre que arrasó con todo a su paso en una zona inundable.

Aunque a mediados de diciembre empezaron a abrir los establecimientos del exterior, más de la mitad de las tiendas de moda, todos los restaurantes o la bolera de la galería comercial no han recibido de nuevo a sus clientes hasta este jueves. Las marcas que todavía no han subido la persiana -como Primark, que lo hará en marzo- siguen actualizando la imagen de sus espacios de cara a reabrir en las próximas semanas. Entre los 99 establecimientos abiertos al público, tres aterrizan por primera vez en el complejo.

«Después de todo, hay muchas más personas de las que esperábamos. Teníamos esa incertidumbre, pero se nota que la gente tenía ganas», comenta una de las tres mil trabajadoras del centro. Para el personal, la jornada de hoy también ha sido especial. El desbordamiento del barranco de la Saleta obligó a muchos a ponerse a salvo en la planta alta del complejo.

Las salas de cine, donde vuelven a proyectarse películas, se convirtieron en refugio durante horas. «No nos dio tiempo de nada. El agua entró en cuestión de tres minutos y estuvimos aquí hasta las siete u ocho de la mañana. A mi casa no llegue hasta las nueve de la noche porque las carreteras estaban cortadas», relata Sandra, una de las trabajadoras sorprendidas por la riada.

Como estipula el protocolo del centro comercial, que considera «espacio seguro» la planta superior de la galería en caso de inundaciones, el personal de seguridad cerró las rampas de acceso y evitó que los clientes y trabajadores que estaban allí aquella fatídica tarde bajaran al aparcamiento subterráneo a por sus vehículos antes de que quedara completamente anegado. De hecho, sigue en obras.

Imagen tomada este jueves en la reapertura del centro comercial Bonaire EFE

«Se hablaba de barbaridades, de cementerios, de un enorme número de fallecidos. Uno sólo ya era un drama. Había que ser muy prudentes», ha recordado Guillermo Luján, alcalde de Aldaia, la localidad en la que se ubica esta extensa zona comercial y de ocio. Sus responsables tenían la tranquilidad -por las imágenes de las cámaras de seguridad- de que el protocolo había funcionado.

Pero las redes sociales avivaron la zozobra de los primeros días, con el foco mediático sobre el aparcamiento. La imagen de uno de los efectivos con la mano en la cara -y un texto augurando lo peor- corrió como la pólvora, pese a que el hombre simplemente se estaba limpiando la cara o bostezando.

Se llegó a decir que en el parking -gratuito y al que se accedía sin ningún control- se habían expedido 700 tiques, pese a que es habitual que los visitantes dejen su coche en las plazas disponibles en superficie. La noche del 4 de noviembre de 2024, ABC publicaba en exclusiva que la primera inspección de los buzos descartaba que hubiera muertos en Bonaire.

«Volvemos a latir»

«Hemos tenido que convivir con esta situación», ha señalado Carlos Homet, director general de Asset Management para el sur de Europa de URW, propietaria de Bonaire, al ser cuestionado sobre el daño que estos bulos han podido hacer a la imagen del centro. La información sobre lo ocurrido realmente en el aparcamiento subterráneo, ha apuntado, la ofrecían los cuerpos -UME, Policía Local, Policía Nacional y Guardia Civil- que trabajaban allí y que han sido invitados a la reinauguración.

Además, Homet ha explicado que los protocolos están «en permanente revisión»: «La clave está en tenerlos preparados y dar formación para que se puedan implementar». Sobre la intención de Castellana Properties de comprar el complejo, que recibe 15 millones de visitantes al año, Homet sólo ha indicado que se encuentran en un «proceso de exclusividad» con esta empresa.

«Hemos sido capaces de recuperarnos con mucho esfuerzo», ha valorado. «Volvemos a latir», como reza el lema elegido para la ocación, tras «meses intensos». Para unos la reapertura de Bonaire es «una fiesta», para la que se han programado actividades a lo largo de los próximos días. Para otros es, además, «un rayo de esperanza» para todo el comercio que sigue peleando por subir la persiana tras la tragedia. Como ha sostenido el alcalde de Aidaia, «queda mucho, pero es un paso importante».

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