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El recorte al trasvase Tajo-Segura empeorará el agua del grifo para 2,4 millones de habitantes por el boro

Ingenieros de la Universidad de Alicante se preguntan dónde habrá caudales necesarios para mezclar en la desalación al cerrarse también los pozos en 2027

UEPAL llama a la movilización con una plataforma cívica y empresarial contra los recortes al trasvase Tajo-Segura

Un hombre se sirve agua del grifo. A. GÓMEZ
José Luis Fernández

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Colegios de ingenieros de Alicante, Murcia y Almería ya alertaron de que los recortes al trasvase Tajo-Segura empeorarán la calidad del agua del grifo y un experto del Instituto Universitario del Agua y de las Ciencias Ambientales, Javier Valdés, ha detallado que además del cambio en el sabor, al utilizar la desalación como alternativa harán falta tratamientos adicionales por el excesivo contenido en boro y la falta de minerales.

Aunque de las mayores repercusiones económicos de las que se habla por el decreto del Gobierno son las de la agricultura, con unos 15.000 empleos en peligro y más de 5.600 millones de euros de pérdidas, hay otras consecuencias sensibles para el conjunto de la población, en sus hogares. La Mancomunidad de Canales del Taibilla suministra agua potable a 2,4 millones de habitantes en municipios murcianos y alicantinos, cifra que se disparar hasta 3,1 millones en verano con la llegada de turistas y población flotante.

Al apostar la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, por las plantas desalinizadoras para suplir la merma de los trasvases a la mitad, harán falta más procesos de mejora de ese agua de consumo urbano.

«El agua desalada por ósmosis inversa requiere de una post-mineralización que restituye una parte de las sales que se han perdido durante el proceso de desalación y que son necesarias para cumplir con los estándares del agua para su distribución en abastecimiento urbano», explica Valdés, «amén del tratamiento para eliminar el boro».

Y no es por capricho: «Sin este tratamiento posterior, el agua desalada no puede utilizarse directamente». En la actualidad, ya se cumple con este protocolo, al mezclar el caudal procedente de la desalinización con otros, como los trasvases y los pozos subterráneos.

Ahora bien, preguntado este investigador del Departamento de Ingeniería Civil en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Alicante acerca de cómo se va a contar con agua de las transferencias desde el Tajo para ese tratamiento o mix con desalada a partir de 2027, fecha también en que se prohibirán las extracciones de los acuíferos, sus palabras son elocuentes: «Esa es una gran pregunta para la cual no dispongo de respuesta».

«No será nociva»

Tampoco se puede alarmar a la población acerca del agua que seguirá llegando a sus casas, porque en ninguno de los casos será «nociva», según Valdés, quien también relativiza con otros factores la influencia en la calidad, como ocurre ahora según la zona de extracción de pozos.

«La calidad del agua que ahora bebemos depende de las condiciones en que este agua se encontraba en la naturaleza. En el caso de la provincia de Alicante, por ejemplo, donde el abastecimiento urbano depende notablemente del agua subterránea, la calidad del agua está íntimamente ligada a las características geológicas del acuífero de donde ha sido extraído el agua», explica.

En principio, «la presencia de boro en el agua desalada puede llegar a ser un factor limitante cuando procede del mar (en contraposición a aguas continentales saladas o salobres) cuyo contenido inicial en boro no es tan alto», describe el profesor de la Universidad de Alicante.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) limita en sus recomendaciones el contenido de este componente a 0.5 mg/l para agua potable (WHO, 2008), mientras que la legislación española lo limita a 1 mg/l. y contenidos superiores a 1 mg/l pueden ser dañinos para un número elevado de especies vegetales. Asimismo, existen estudios realizados en la propia Universidad de Alicante para evaluar el coste económico de esta eliminación (Arias et al, 2011). Así lo ha precisado Valdés.

En cuanto a las cantidades que se deben añadir de otros caudales, «no existe una proporción concreta de mezcla de agua porque depende de múltiples factores como son el contenido inicial de boro en el agua de mar (con variaciones de hasta el 25% según el punto de extracción), el tipo de membranas utilizadas, las condiciones de trabajo del proceso de desalación, y/o la presencia del mismo elemento en el agua utilizada para su mezcla», ha señalado.

Por dar una idea aproximada, con frecuencia cada litro conseguido en una planta desalinizadora requiere medio litro más de agua de otra procedencia para entrar dentro del límite legal de boro.

Tratamiento con «rigor»

En cuando a la procedente de desalación, «probablemente tenga una composición química o facies diferente a la que normalmente puede existir en la mayor parte de los acuíferos de la región (con un marcado carácter kárstico), pero suponiendo que el proceso de desalación y posterior tratamiento se realiza con rigor, dudo mucho que el cambio en la calidad del agua sea mayor al que puede existir actualmente entre el agua de unas zonas y otras de la provincia», añade Valdés.

En resumen, «un usuario podría notar el agua procedente de desalación 'diferente', pero en ningún caso pienso que esta agua sería nociva para la salud, de igual modo que una persona puede notar diferencias entre las diferentes marcas de agua embotellada de acuerdo a su composición mineralógica», ha matizado.

En cuanto al precio, «no hay duda» de que también afectará volcarse en la desalación, con un coste de producción mayor. Y tampoco se presenta como solución factible el uso de la energía fotovoltaica: «En el presente momento esto es un futurible que todavía no ha sido puesto en marcha ni tiene visos de que lo esté en el corto plazo, y como mínimo en el plazo que está manejando el Gobierno para sustituir con agua desalada el agua actualmente procedente de otras fuentes».

Buena tolerancia, con límites

Desde la compañía internacional Condorchem Envitech, especializada en tratamiento de aguas residuales y emisiones atmosféricas, corroboran que «la presencia de boro no es motivo de riesgo, en su proporción adecuada. ese a ser necesario para la vida de las plantas, y ser bien tolerado por los seres humanos y los animales, existen límites que no deben superarse para que no resulte nocivo», puntualizan.

De hecho, señalan que «una de las soluciones técnicas que se viene utilizando desde hace muchos años para combatir la sequía, es la desalación por ósmosis inversa, pero el concentrado es rico en este elemento y además el agua desalada se suele quedar por encima de las 0,5 ppm establecidas como límite máximo por la OMS, lo que requiere de tratamientos complementarios que separan más boro».

Así, las opciones consisten en hacer pasar el permeado por un segundo paso de ósmosis inversa, o bien por un lecho de resinas específicas. En el caso de las resinas, se elimina la práctica totalidad del boro presente.

En ambos casos queda un concentrado que podrá ser recuperado previa concentración en un sistema de evaporación a vacío, en que Condorche Envitech tiene probada experiencia.

«Investigar para optimizar su manejo»

Igualmente, para su uso en el riego se requieren ciertas precauciones, tal como quedó patente en la II Jornada Cátedra Trasvase y Sostenibilidad José Manuel Claver Valderas, de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y el Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo Segura (Scrats).

El investigador de la UPCT Victoriano Martínez, que dirige los trabajos de investigación y formación, defendió en este encuentro que el agua marina desalada «es de gran calidad, pero muy singular». Por eso, alentó a profundizar en su conocimiento: «Debemos investigar para optimizar su manejo y no cometer errores. Tiene alto contenido de cloro y boro y baja presencia de magnesio y calcio, por lo que se complementa con el agua superficial de la cuenca y el trasvase y con la subterránea salobre, mejorándola».

Por lo que ha abogado igualmente por comprobar, mediante la monitorización de los cultivos, qué resultados se consiguen con las distintas mezclas de agua.

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