«¿Cómo puede llegar un anillo vibrador (sexual) al vaso de un restaurante?»: una foto a debate en redes

José Luis Fernández

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03/03/2024 a las 17:41h.

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Infinidad de objetos pueden encontrarse dentro de un vaso en un restaurante, aunque poco frecuente seguramente será que se trate de un artilugio sexual de los que se acopla al pene para ayudar en el coito. «¿Cómo puede llegar un anillo vibrador al vaso de un restaurante?«, ha revelado el influencer valenciano Jesús Soriano, con una foto del extraño y poco higiénico hallazgo, un poco para interrogar a su audiencia acerca de las hipótesis de sus seguidores en X (antes Twitter).

Un reto complicado en el que no se aprecia consenso entre los primeros que han reaccionado a su difusión en Internet. Tan sólo se ve alguna coincidencia en que podría tratarse de los excesos de una «despedida de soltero» o de «soltera», mientras que otros apuntan al «camarero» del establecimiento como posible usuario del artículo de apoyo a la estimulación carnal.

«No pagan las horas más allá del cierre. Si tardas una hora o dos en acabar de recoger el bar es problema tuyo como camarero», especula alguien que parece del gremio y que achaca a esa prolongación de jornada habitual tras el cierre que algún colega suyo de profesión mantenga relaciones en su puesto de trabajo. Aunque tampoco justifique eso utilizar un vaso como cubo de la basura o envase para algo tan íntimo. De hecho, él mismo completa su tuit con ironía: «Ahora bien, recuérdame no pedirme un smoothie en tu local».

En el colmo de la imaginación, por asociación de ideas hay otro tuitero que alude a la anécdota de la presentadora televisiva Mercedes Milá cuando quiso medirle el pene al acto porno Nacho Vidal durante una entrevista y él le espetó que coincidía con las dimensiones de un vaso de tubo. La periodista confesó que desde entonces no ha vuelto a beber en este tipo de recipiente. «Te pongo un link y te imaginas el resto…», invita este lector en el hilo difundido en la cuenta de @soycamarero.

Varios comentarios más bromean con la falta de limpieza o el tipo de consumición previa que podría haber pedido el cliente antes de dejarse su 'juguete': «No lo sé, pero yo tiraría ese vaso ya», y también «lo habrán pedido agitado, no removido…»

Y otro trabajador de la hostelería advierte de que hay hallazgos peores incluso: «¿Cómo puede alguien limpiarse el culo con una pared? Hay cosas inexplicables que sólo vemos los camareros».