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Benidorm logra bajar los termómetros cuatro grados en pleno efecto 'isla de calor' y se anticipa al verano

Un plan de choque que combina diferentes aspectos de movilidad y urbanismo alivia a los turistas del bochorno por asfalto y edificios en las inmediaciones de sus playas

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Turistas en la terraza de la piscina de un hotel en Benidorm, soportando el calor. JUAN CARLOS SOLER
José Luis Fernández

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Las altas temperaturas que este fin de semana ya anticipan un verano tórrido en buena parte de la Península Ibérica tienen remedio -al menos, para atenuarlas un poco- si uno visita Benidorm, un destino turístico que vive en gran medida de visitantes españoles y británicos, ambos huidizos ante estas perspectivas. El Ayuntamiento ya ha ensayado con éxito algunas medidas con las que logran bajar cuatro grados los termómetros para combatir el efecto 'isla de calor'.

¿En qué consiste ese fenómeno? El bochorno propio de las condiciones atmosféricas se agrava porque el asfalto de las calles y los edificios -en el caso del 'Manhattan del Mediterráneo' sus rascacielos- retienen ese calor y lo retroalimentan, de alguna manera, con lo que todavía se hace más insoportable.

Para combatirlo, se favorece la movilidad peatonal de forma que circulen menos vehículos en la zona más próxima a sus playas, donde se limita la velocidad incluso a sólo 10 kilómetros por hora en algunas vías públicas muy transitadas (como la avenida del Mediterráneo), con lo que prácticamente se llega más rápido a pie, además de potenciar el uso de la bicicleta -con módulos-cabina de protección frente a robos- y ofrecer aparcamientos disuasorios cercanos y gratuitos.

Paseantes por la zona litoral del destino alicantino. JUAN CARLOS SOLER

De esta forma, un tráfico rodado mucho menor, alivia ese subidón térmico, una política combinada también con un urbanismo en el que se acondiciones zonas de sombra en algunas calles, con mayores espacios peatonales y aceras amplias.

Específicamente sobre el efecto 'isla de calor', el equipo de gobierno municipal del alcalde Toni Pérez ha incluido en su su proyecto 'Benidorm Visión 360' un plan de estudio con una dotación presupuestaria de 602.000 euros, para evaluar otras posibles acciones que mitiguen esas altas temperaturas.

Ese informe forma parte del primero de los cuatro ejes con 13 actuaciones en total, el denominado de 'Transición verde y sostenible' que contempla también ese equipamiento de sombras en espacios públicos o el Plan de gestión integral de la huella hídrica de Benidorm (465.0000 euros).

Más allá de episodios puntuales de olas de calor, la estrategia en Benidorm responde también a su afán por desestacionalizar al máximo. En el sector hostelero, desde la asociación de restaurantes Abreca señalan cómo los turistas británicos suelen venir más en primavera y hasta junio -o luego a partir de septiembre- que en los meses de más subida térmica del verano, en julio y agosto, precisamente porque no soportan ese ambiente extremo. Por eso, cualquier forma de atenuarlo, puede contribuir a ganar cuota de mercado.

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