«A mi mamá le pasa algo»: una niña de cuatro años llama al 112 y salva a su madre en Valencia
La pequeña dio la voz de alarma a los servicios de emergencia ante la crisis epiléptica que sufría su progenitora. La enfermera que la atendió destaca la entereza con la que la mejor se enfrentó a la situación
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Imagen de archivo de una ambulancia del SAMU
Una niña de cuatro años ha salvado la vida a su madre en Valencia tras alertar a los servicios de emergencia mientras la progenitora sufría una crisis epiléptica.
Los hechos se produjeron a las nueve y media de la noche de este lunes, cuando se solicitó la intervención del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) de la Generalitat para asistir a una mujer de 32 años en su domicilio.
La llamada al 112 la realizó su hija de cuatro años, quien pedía ayuda porque su madre «no podía hablar y le pasaba algo», según indicaba en el aviso. Fue la pequeña quien, pese a enfrentarse sola a esta situación, supo ofrecer la dirección de su casa a la operadora.
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Una enfermera del CICU mantuvo la comunicación con la niña, que le explicó con sus palabras cómo se encontraba la mujer, y activó inmediatamente una unidad del SAMU.
Poco antes de su llegada, la madre se recuperó parcialmente y pudo transmitir a la profesional que padecía epilepsia. El equipo médico asistió a la progenitora por crisis epiléptica recuperada. Más tarde, fue trasladada a un centro hospitalario de Valencia en una ambulancia del Servicio Vital Básico.
«Fue mis ojos»
María Guinot, la enfermera que tranquilizó a la menor, destaca la «entereza brutal» con la que la niña se enfrentó a la situación, algo poco habitual para los equipos de emergencias. «Nos comentó que su madre había estado dormida, después que estaba tirada en el sofá, y que no abría los ojos. Le pregunté si podía abrirles la puerta a los compañeros de la ambulancia y a los policías, para que no les tuviera miedo, y me respondió que no sabía si llegaría al botón porque era pequeña», relata a ABC esta profesional sanitaria.
«Fue una heroína. No paraba de llorar, pero conseguí calmarla y que fuera mis ojos. Con lo que me iba contando llegué a saber lo que le pasaba realmente a su madre», explica. «Le dije que no le iba a colgar en ningún momento, que la ayuda iba de camino, y le hice una serie de preguntas con un lenguaje más infantil para intentar saber si la madre estaba consciente y si respiraba o no», agrega.
Imagen de María Guinot, la enfermera de emergencias sanitarias que atendió este caso
Una historia con final feliz gracias a un aspecto clave: «Que una niña de solo cuatro años sepa que tiene que llamar al 112 cuando le pasa algo y sepa dónde vive es muy importante». Es, precisamente, lo que María y sus compañeros intentan transmitir durante las charlas formativas que ofrecen en colegios valencianos, para que los menores sepan reconocer una emergencia e informar al 112 de dónde están, pues la geolocalización de las llamadas no siempre es precisa.
«Vemos que los niños cada vez identifican más rápido este tipo de cosas, pero por el miedo del momento o la frustración de no saber qué hacer, llaman a un vecino o salen corriendo a la calle a pedir ayuda. Lo de este caso es extraordinario», concluye la enfermera.
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