Hazte premium Hazte premium

AL PUNTO

DANA con sifón

«La muy dadivosa oferta de condonar la deuda de todas las comunidades autónomas escondía el escandaloso beneficio que suponía para Cataluña»

A los que ya les salió el Gordo

Pedro Sánchez saluda a Carlos Mazón, a su llegada a la XXVII Conferencia de Presidentes EFE
José Luis Torró

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No es cierto que la conferencia de presidentes de las autonomías españolas, forzada ante la desgana de Pedro Sánchez por evitar el tener que celebrarla, haya sido una soberana pérdida de tiempo, no. Ha servido para constatar, una vez más, que para el actual presidente del Gobierno de España sólo hay dos autonomías que le interesan y por las que se preocupa: Cataluña y el País Vasco. En ambos casos porque cediendo a las espurias exigencias de los independentistas él puede ser disfrutando de su condición de inquilino de La Moncloa. Y, por las mismas cesiones, el socialista Salvador Illa, puede ocupar el Palau de la plaça de Sant Jaume.

Otra autonomía, la de Madrid, le obsesiona y encorajina hasta el desvelo porque su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, no se arruga sino todo lo contrario, frente los constantes y repetidos ataques monclovitas y sus terminales mediáticas.

De la revista La Codorniz tomo prestado el título de la sección que Alfonso Sánchez dedicaba a la crítica cinematográfica: Nada con sifón. Y, adaptado a la conveniencia del momento vamos de aquella nada a la dana, palabra que acaba de incorporar la RAE al diccionario de la lengua, con una definición que no parece que los académicos hayan hecho un excesivo gasto de sesera como para parir este ratón: «Depresión en niveles altos de la atmósfera, que, aislada de la circulación general atmosférica, se mueve de forma independiente y puede producir grandes perturbaciones con precipitaciones muy intensas».

Y tan intensas que han sido esas precipitaciones, como que han provocado las más grandes y graves perturbaciones. Y, lo peor de todo, doscientas veintitrés víctimas, incalculables daños y perjuicios, pero ni así, siendo tan apocalípticos los quebrantos, han provocado en Pedro Sánchez la reacción propia de un buen presidente de Gobierno, que mucho prometer, pero muy poco meter sus tan cacareadas ayudas a disposición de las decenas de miles de arruinados valencianos para ayudarles a salir de su embarrada situación.

Por eso, la conferencia de presidentes ha sido para los valencianos lo mismo que la nada con sifón. A Carlos Mazón le impidió Sánchez que su intervención apenas sobrepasase el raquítico y muy escaso turno de diez minutos concedido a cada presidente autonómico. Y la muy dadivosa oferta de condonar la deuda de todas las comunidades autónomas escondía el escandaloso beneficio que suponía para Cataluña.

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con un par, se opuso a la sanchista oferta de perdón de las deudas para todas las autonomías, salvo para la Comunidad Valenciana como ayuda efectiva, y en su caso afectiva, para paliar los daños catastróficos ocasionados por diluvios, inundaciones, riadas, desbordamientos por la maldita dana. Daños que reclaman ayudas reales y no promesas si no queremos que la hecatombe que provocó la dana termine siendo, todavía más, la nada con sifón.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación