Un grueso búnker de hormigón no frenó la explosión que ha matado a tres trabajadores en Ibi
La caldera que estalló con una lluvia de cascotes como proyectiles genera vapor de agua para la fabricación de envases de poliestireno expandido
Una cadena humana retiró con rapidez escombros y productos amontonados tras la deflagración para rescatar a los atrapados en los primeros momentos
Tres muertos y siete heridos en la explosión de una fábrica de la localidad alicantina de Ibi
La caldera de grandes dimensiones -unos ocho metros de altura- en el origen de la tragedia ocurrida este miércoles en Ibi (Alicante) al explotar y causar la muerte de tres trabajadores está rodeada por un auténtico búnker de hormigón con muros de aproximadamente un metro de espesor. A pesar de esta barrera, el estallido colapsó el techo y catapultó buena parte de la estructura en una onda expansiva brutal.
Habitualmente, allí se genera vapor de agua necesario en la producción de envases para alimentos como marisco y pescado, frutas y verduras o lácteos, entre otros, así como embalajes, fabricados con poliestireno expandido, un material que parte de una especie de polvo sometido a presión en unos moldes donde se hace sólido en bolas minúsculas y se compacta con la forma deseada. En plena actividad, de esa caldera sale una densa y abundante columna que visualmente parece humo, pero se trata de la condensación hídrica, no contaminante
La Guardia Civil investiga las causas del accidente y la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé agradeció este miércoles el trabajo de los empleados y voluntarios, que formaron una cadena humana para retirar escombros y envases amontonados tras la deflagración, un esfuerzo de urgencia para la búsqueda de atrapados al que se sumaron incluso profesionales de los medios de comunicación que habían llegado con prontitud al lugar. En ese momento había 39 personas dentro de las instalaciones y se temía por sus vidas.
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De hecho, se realizaron hasta tres recuentos para cerciorarse de que no había más atrapados bajo los escombros y la chatarra en que se había convertido la mayor parte de la nave, tal como detalló el alcalde, Sergio Carrasco. El Ayuntamiento decretó tres días de luto oficial por esta tragedia y desde el primer momento, un equipo de atención psicológica de Cruz Roja ha dado su apoyo a las familias de los fallecidos y a los operarios de la fábrica.
Por su parte, el sindicato CCOO ha anunciado que ha presentado una denuncia ante Inspección de Trabajo contra la empresa Climber por la muerte de los tres trabajadores.
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