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La fusión de las antiguas casas-faro de los pescadores de Villajoyosa con los rugientes coches y motos americanos

La fiesta Iberia Motor Fest ofrece una estampa de contraste y colorido junto al Mediterráneo alicantino, en un derroche de decibelios, potencia mecánica y rock

Ruta gastronómica y de procesiones: dónde comer y qué ver en la Semana Santa Marinera de Valencia

Vehículos americanos durante una exhibición de sonido de motores durante el Iberia Motor Fest en Villajoyosa, este fin de semana. ABC
José Luis Fernández

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Un sutil contraste de dos culturas y lugares del planeta sin conexión hasta ahora: las fachadas pintadas en colores vivos para ser visibles a distancia como 'faros' por los pescadores de Villajoyosa desde las aguas del Mediterráneo y los estruendosos coches y motos americanos con su rugir de motores. Es la estampa que ha ofrecido por primera vez el Iberia Motor Fest este fin de semana a orillas del mar en esta playa alicantina.

Aparte de esta curiosidad que habrá pasado desapercibido para los cientos de visitantes de esta ciudad también referencia nacional para el chocolate -con varias de las empresas elaboradoras más conocidas de España-, porque sólo los oriundos vileros conocen aquella tradición de antaño en sus edificios de primera línea de playa, el evento no ha defraudado por la participación y la exhibición de monstruos de la mecánica.

Motos aparcadas junto a la playa en Villajoyosa. ABC

Para dar ambientación, el encuentro se ha amenizado con bandas de rock & roll y música de este estilo selecionada por varios dj, y ha habido oferta gastronómica de los food trucks y tiendas de productos moteros, un público que ha acudido de muchos puntos de la geografía española, con varios clubs de propietarios del Ford Mustang, el Chevrolet Camaro y, por supuesto, las máquinas de dos ruedas y más ruidosas, las reinas de la mítica carretera Route 66 en Estados Unidos, las Indians y las Harley-Davidson.

Además, con los últimos y más sofisticados modelos aparcados junto a auténticas piezas de coleccionista que disparan su precio por encima de los 100.000 euros, como un Dodge único en España que participó en una demostración, o una pick up (camioneta) de 1952.

La estética es un rasgo distintivo de las motos custom norteamericanas. ABC

En esta edición, el acceso ha sido gratuito para todos y desde la organización, el Sureste Bike Week, Vicente Saval ha resaltado la colaboración del Ayuntamiento, así como el compromiso de celebrar las próximas ediciones en este mismo emplazamiento. Desde que inició su trayectoria, este acontecimiento se ha celebrado sin ánimo de lucro y toda la recaudación se ha donado a ONG o a otras causas solidarias, como la ayuda a una niña con una enfermedad rara.

En definitiva, el espíritu de este encuentro anual tiene como principal aliciente la afición por estos vehículos peculiares de una estética impactante y sin similitudes con los europeos o asiáticos. Eso sí, sin trasnochar demasiado para no molestar a los vecinos, aclara Saval. Sin duda, durante el largo fin de semana, durante el horario diurno ya han tenido una prueba del derroche decibelios durante las exhibiciones, con motores de 5.000 centímetros cúbicos en adelante, que casi piden más octanos de los que ofrece la gasolina convencional.

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