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Muere a los 100 años José Peiró, el sacerdote más longevo de la diócesis de Valencia

Este próximo 29 de junio hubiera cumplido 75 años de su ordenación sacerdotal

D. V.

VALENCIA

El sacerdote valenciano José Peiró Durá, el de mayor edad de la Archidiócesis -con 100 años cumplidos el pasado mes de marzo- y el que más años llevaba ordenado presbítero -75 este mes de junio-, ha fallecido esta pasada noche en la Casa Sacerdotal Betania de Quart de Poblet.

La misa exequial por su eterno descanso será presidida por monseñor Enrique Benavent, arzobispo de Valencia, este miércoles a las 10 horas en la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, en Benaguasil, su localidad natal, donde fue nombrado «Hijo Predilecto». Acto seguido será inhumado en el cementerio de la misma población.

Sus restos mortales serán velados en el Tanatorio «Benaguasil» del municipio valenciano este martes, desde las 16 hasta las 21 horas.

«Muy contento y con muchas ganas de seguir viviendo». Así declaró sentirse José Peiró el 10 de marzo de este año cuando cumplió 100 años. Para celebrarlo, la residencia sacerdotal Betania, donde vivía, organizó una fiesta y también le rindió un cariñoso homenaje su localidad natal, Benaguasil, dos días después, con una misa de acción de gracias -oficiada por Luis Molina, delegado diocesano para el Clero- en la que sacerdotes, autoridades locales y numerosos fieles le manifestaron su cariño y reconocimiento.

Después de la misa, el alcalde de Benaguasil, Joaquín Segarra, entregó a José Peiró su nombramiento como «Hijo Predilecto de Benaguasil», destacando su labor sacerdotal y humana. Peiró mostró su agradecimiento cariñosa y humildemente a todos los presentes con unas emocionadas palabras: «No agradezcáis mi trabajo pastoral. Ha sido posible gracias a la ayuda del Señor y de la Virgen. No es mérito mío».

José Peiró nació el 10 de marzo de 1923 en Benaguasil. Tras su ordenación sacerdotal en Valencia el 29 de junio de 1947 -en pocos días habría cumplido los 75 años-, Peiró fue vicario parroquial en San Miguel Arcángel, en Burjassot, y estuvo adscrito en la parroquia de su pueblo natal. Fue párroco en el Santísimo Cristo de la Fe (La Cañada-Paterna), de 1954 a 1959; en Navarrés, de 1959 a 1964; y en la pedanía valenciana de Benimàmet, de 1964 a 1977.

Igualmente, fue durante 19 años vicario parroquial en la Asunción de Nuestra Señora, en Llíria (de 1977 a 1996) y en Benaguasil durante 24 años (de 1996 a 2020).

Desde que se jubiló hasta que se marchó a la residencia de Betania con 95 años, el sacerdote asistió como capellán el Santuario de Montiel, regido por las Terciarias Capuchinas en Benaguasil, donde celebraba misa y visitaba a los enfermos en sus casas.

Según reconoció, lo que más le llenó fue acompañar a los enfermos. «La muerte es un momento decisivo, el final de la vida, es el paso más importante, el último, y es mejor darlo acompañado y preparado», explicó con sus propias palabras.

«Una buena persona, muy humilde y sencilla, que habla con todos, muy alegre y atento, y que se preocupa mucho de los demás». Así definía a José Peiró la madre Teresa, superiora de la comunidad de las religiosas Cooperadoras de Betania, en cuya residencia vivió el sacerdote desde su jubilación.

También destacaba su fuerza de voluntad y su constancia: «todos los días, Peiró reza laudes y vísperas con su móvil», añadía la superiora el pasado mes de marzo.

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