La confusión por la DANA golpea al turismo en la ciudad de Valencia: «Nos decían que cómo íbamos a venir con lo que ha pasado»
El impacto internacional de la tragedia frena la actividad económica en la capital
La celebración con éxito de la maratón y la campaña navideña son la esperanza para remontar su imagen
El Gobierno emplaza a un acto civil y no confirma si Sánchez asistirá al funeral por las víctimas de la DANA en Valencia
![Imagen de archivo de visitantes en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/06/ciudad-artes-valencia-RuX97dl41XoHIQYPuyv1SUM-1200x840@diario_abc.jpg)
Las calles del centro de Valencia ofrecen desde hace más de un mes una estampa diferente. Los grupos de visitantes internacionales que se agolpan ante sus monumentos históricos han desaparecido. Las terrazas están a medio gas. Y sobre la capital del Turia sobrevuela un ... ambiente de tristeza desde que la barrancada mortal arrasó municipios enteros del área metropolitana y de varias comarcas de la provincia.
Tres de las pedanías de Valencia quedaron gravemente afectadas por la peor catástrofe natural del siglo en España, pero la ciudad no sufrió directamente los efectos de la DANA del 29 de octubre. Los días posteriores a aquel fatídico 29 de octubre, la imagen de centenares de vehículos amontonados mientras se recorría la Pista de Silla -una de las principales vías de acceso a la capital desde la zona cero- contrastaba con el escenario de normalidad que ofrecía la urbe a quien venía de fuera y había visto el horror a pocos kilómetros.
Pese a ello, el impacto internacional de lo ocurrido se ha dejado sentir en los hoteles de la ciudad en noviembre. Tras una cascada de cancelaciones, los establecimientos registraron una ocupación del 62,5% frente al 80,4 del año pasado, según cifras de la patronal Hosbec. Una caída de casi veinte puntos que se sostuvo por la acogida de equipos de emergencia o afectados por la riada que dejó 222 muertos. De momento, las previsiones para diciembre apuntan a una ocupación del 65,8%.
Las plazas previstas en cruceros, de acuerdo con los datos de la Fundación Visit Valencia, también se redujeron: de 23.570 el 21 de octubre pasaron a 4.713 el 2 de diciembre. No ayuda a ello, por ejemplo, que la embajada alemana recomendará no viajar a Valencia porque estaba inundada. Una imprecisión que ha propiciado una queja de las autoridades locales. Para contrarrestar estas informaciones, el Ayuntamiento ha activado ya una campaña turística millonaria en 22 países.
«Las imágenes son dramáticas y hay confusión. Pero aquí no ha ocurrido nada»
El trasiego en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, uno de los puntos turísticos más visitados, tampoco es el habitual. «Se nota mucho que hay menos turistas», comenta Lula, una visitante de Ecuador que recorre Valencia por segunda vez. «Nuestros amigos nos decían que cómo íbamos a venir a Valencia con lo que había pasado. Pero aquí no ha ocurrido nada. Es una ciudad hermosa y nos han tratado genial», relata su amiga Nancy. Ambas sabían que no había peligro para viajar porque un familiar que vive en la capital las tranquilizó, pero coinciden en que «las imágenes son dramáticas y hay confusión». «En nuestro país ocurre lo mismo. La gente cree que es muy inseguro, pero son sólo determinadas zonas», afirma Nancy.
Caída del consumo
En el mismo complejo, Maroesjka observa el desmontaje de la meta de la maratón que se celebró el domingo. Acaba de aterrizar procedente de Países Bajos y también era consciente de que las inundaciones se habían producido en otros puntos. Pese a la preocupación inicial, decidió mantener sus planes de viaje. La estampa de miles de corredores por las calles reforzó su idea de que la ciudad es segura. Era, precisamente, el objetivo de los organizadores de la carrera.
Mantener su celebración fue un acierto, apuntan Albert y Esther, dos guías oficiales que acompañan a un grupo de trabajadores de una editorial italiana que visita los principales reclamos de Valencia. Cuentan que la única sensación de normalidad que han tenido en un mes ha sido el pago de la cuota de autónomos. «El hecho de que la ciudad y la provincia se llamen igual acaba confundiendo fuera de España», explica él. «Pero hemos tenido también cancelaciones de viajes de institutos», agrega su compañera.
Como ellos mismos avanzan, el ambiente en el centro histórico no es el habitual a mediodía de un miércoles. A la hora de la comida, muchos locales de hostelería notan la falta de clientela. «Las cajas están a menos de la mitad en un mes que suele ser relativamente bueno», lamenta Tamara, responsable de un restaurante junto al Mercado Central. Los problemas de movilidad -el Metro ha recuperado esta semana el 80% del servicio- para trabajadores y clientes, no solo extranjeros, también han sido un factor clave estas semanas. «La gente del área metropolitana que atendíamos está ahora intentando salvar su casa», añade.
«Se ha generado una desconfianza en el mercado nacional e internacional y la población local sigue en shock», asevera Manuel Espinar, presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia y propietario de varios locales en la zona cero. Calculan que este mes se ha perdido entre un 65 y un 85% de la facturación.
Las perspectivas para diciembre no son buenas, teniendo en cuenta que en este mes se acumulan entre el 15 y el 20% de las ventas anuales y ya se han cancelado más de la mitad de las comidas y cenas de empresa navideñas. «La zona afectada tiene que salir adelante con el esfuerzo económico de todos», incide Espinar, apuntando al efecto que tiene la bajada del consumo en las contrataciones de personal y en las compras a proveedores locales.
Tampoco los comerciantes lo están teniendo fácil, con descensos del consumo de entre el 50 y el 80% en los establecimientos de una ciudad engalanada para recibir la Navidad. El encendido de las luces y la instalación de la decoración prevista antes de la tragedia fue, precisamente, una petición expresa del sector al Ayuntamiento para que la infancia encontrara un refugio ante el duelo compartido y se evitara el cierre de negocios.
«La falta de información ha creado un estado de alarma fuera. Es una bola de nieve. Si se cancelan los vuelos y hoteles, tampoco trabajan los taxis, ni vendemos nosotros», recalca Rui, encargado de una tienda de souvenirs en la Plaza de la Virgen. Es un ejemplo más de la difícil tarea que tienen por delante: intentar volver a la normalidad mientras miles de valencianos, a pocos kilómetros, siguen luchando contra el barro.
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