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Polémica por el cobro de 20 euros de un restaurante a una clienta por una reserva que hizo su ex

El establecimiento hostelero se basó en su política de cancelación para cargar el dinero en la tarjeta de crédito facilitada después de que nadie acudiera a la cita

«Son horas de inducción»: el eufemismo de un hostelero para pagar menos a sus camareros

Imagen de archivo de la terraza de un restaurante ajeno a esta noticia JUAN CARLOS SOLER
David Maroto

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Bares y restaurantes españoles se enfrentan cada día al temor de colgar el cartel de completo, no aceptar más reservas para comer o cenar y que, llegada la hora de la velada, no se presenten los comensales. Una situación habitual que muchos establecimientos hosteleros están poniendo fin con una estricta política de cancelación y retrasos mediante la que pueden cargar una cantidad de dinero a una tarjeta de crédito previamente facilitada por el cliente.

No obstante, se dan casos que escapan de una solución que resulta bastante lógica para asegurar parte de la caja que prevén cada día. Por ejemplo, la experiencia de una clienta con una reserva 'fantasma' de su ex, ya sea por intentar volver con ella o simplemente por fastidiar, que publica en sus redes sociales el popular influencer Jesús Soriano, más conocido como @soycamarero.

La conversación entre el restaurante y la afectada, compartida en los perfiles del creador de contenido valenciano, se han viralizado pocas horas después y cuentan por decenas de miles sus reproducciones y reacciones. En ella, se puede comprobar como la comensal no tiene ni idea de que tenía una reserva en el citado local.

«Hola, te llamábamos por una reserva que tienes con nosotros para hoy a las 13.30 horas», comienza el hostelero en un mensaje enviado 22 minutos después de esta hora. Sigue explicando que la reserva «está asociada a una política de cancelación», por lo que «se cargarán diez euros por persona a la tarjeta que se introdujo en el momento de hacerla si finalmente no acuden». «Quedamos a vuestra disposición», remata.

Lejos de conocer su retraso a la cita, la clienta va más allá y da el motivo de por qué no estaba ya en el restaurante. «Yo no he hecho ninguna reserva con vosotros. Eso ha sido el hijo de p... de mi ex, que va liándola», argumenta, al mismo tiempo que espera que «se busque a otra y le deje en paz».

Incrédulos pero siguiendo la política de la empresa, el bar le comenta a la afectada que sintiendo mucho las molestias, tienen que proceder al cobro en la tarjeta que se introdujo, no sin antes esperar que «fuera del señor que nos comentas en este caso».

Como era de esperar, las reacciones y comentarios no se han hecho esperar en el perfil de X de @soycamarero, en el que algunos seguidores apuntan a que «el restaurante hace lo que debe de hacer y que «usar la tarjeta de otra persona es ilegal». «Cuando llegue la policía con la denuncia a ver si siguen tan chulos», explica otro 'follower' aludiendo que el negocio puede estar «metiéndose en un problema» por cobrar a alguien que no ha efectuado la reserva. El propio Jesús Soriano bromeaba: «No fue San Valentín para todos».

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