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Los bomberos defienden su intervención en el incendio de Valencia: «Siempre pedimos que se queden en casa»

El hallazgo del cadáver del décimo desaparecido cierra la lista de fallecidos de esta tragedia, mientras sigue la identificación de los restos mortales

Zozobra entre los vecinos de un edificio de la misma promotora que el incendiado en Valencia: «Me quiero ir de aquí»

En directo | Última hora del incendio en Valencia

Imagen de los trabajos realizados este sábado en el edificio incendiado en Valencia EFE
Toni Jiménez

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El hallazgo del cadáver de la última persona desaparecida dejó ayer sábado en diez muertos y quince heridos el balance oficial del incendio que el jueves arrasó dos edificios en Valencia. Las autoridades dan la lista por cerrada, aunque se seguirán haciendo inspecciones entre los escombros. Al dolor de los seres queridos de las víctimas, se suma el drama de centenares de familias que lo han perdido todo.

Tras descartarse el riesgo de colapso del esqueleto de hormigón que las llamas dejaron a su paso, los equipos de bomberos y Policía Científica pudieron seguir trabajando en el interior del inmueble para peinar todas las estancias. Preocupaba que el viento y la apertura del inmueble hicieran prender cualquier material combustible. Los agentes encargados de la investigación judicial abierta -bajo secreto de sumario- también pudieron empezar a trabajar para dar respuesta a todos los interrogantes que se mantienen abiertos. El más importante: qué origino el fuego y por qué se extendió por la fachada con esa virulencia.

El inspector jefe de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia, Enrique Chisbert, defendió la actuación de su equipo tras recibir el aviso. Algunas informaciones apuntan a que fueron sus hombres quienes pidieron a algunas víctimas mortales, como la familia de cuatro miembros que no pudo salir de la finca, que se mantuviesen en sus pisos.

«Las primeras dotaciones sufrieron el peligro muy de cerca», aseveró Chisbert. Varios bomberos llegaron a despedirse por radio de sus compañeros cuando se vieron rodeados por la rápida expansión de las llamas y han tenido que recibir asistencia psicológica. Solo uno de ellos continúa hospitalizado, aunque no se teme por su vida, mientras otro recibió ayer el alta médica tras pasar por la UCI.

Imagen del inspector jefe de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia, Enrique Chisbert, atendiendo a los medios este sábado EFE

Siguiendo con el protocolo habitual, «a las viviendas que tienen peligro si se meten en la caja de escalera o se evacúa en condiciones de humo, recomendamos siempre que se queden en sus casas mientras extinguimos el incendio», indicó el responsable del cuerpo. «Si las condiciones de sectorización funcionan, es lo mejor. Lo contrario puede ser una evacuación desordenada que puede provocar, ahora y en lo sucesivo, múltiples víctimas en muchos incendios», agregó.

En paralelo, continúan las complejas tareas de identificación de los restos mortales encontrados en las torres, para lo que se están haciendo pruebas de ADN. La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, rechazó dar una fecha para los funerales de las víctimas. «Queremos que se haga con total garantía para que las familias puedan despedir como merecen y como corresponde» a sus seres queridos, afirmó, al tiempo que confirmó que el número de cuerpo encontrados «corresponde con el número de personas que tenemos como ilocalizables», a partir de las denuncias de las familias y de la lista elaborada por la Policía.

En esa labor de filiación fue clave Julián, el conserje del edificio que alertó a los residentes y ayudó a salvar a muchos de ellos de morir calcinados. En el acto en memoria de las víctimas, el público lo recibió con aplausos.

Una «ciudad de gigantes» enmudecida

El centro de Valencia enmudeció durante un minuto de silencio en respeto a las víctimas celebrado a las puertas del Ayuntamiento, al que asistieron representantes de todas las administraciones y signos políticos para lanzar un mensaje de unidad ante los vecinos afectados que estuvieron presentes. Algunos preguntaron a las autoridades si podrán volver a pisar su casa para ver el desastre con sus ojos y poder pasar página. Los dirigentes, de momento, solo pueden asegurar que las ayudas a los damnificados llegaran pronto. Las reuniones de coordinación entre la Generalitat y el Ayuntamiento se han acelerado en las últimas horas. Las 131 viviendas prometidas estarán listas la semana que viene.

El consistorio aprobó por unanimidad una moción en un pleno extraordinario para trasladar el pésame a las víctimas en el segundo de los tres días de luto oficial, que concluyen el lunes a mediodía. En el minuto de silencio participaron, entre otros, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón; la alcaldesa de Valencia, María José Catalá; la ministra de Ciencia, Diana Morant, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

«Vamos a tener que fabricar a través de la ciencia soluciones para que esto no vuelva a pasar» tras «estudiar» lo ocurrido, aseveró Morant. La ministra se mostró segura de que se acabará «teniendo un catálogo nuevo que aportar a los códigos de la edificación y a la posible revisión de los edificios que tenemos a día de hoy» en España con las mismas características que el siniestrado.

Imagen del reconocimiento a Julián, el conserje del edificio incendiado, durante el minuto de silencio por las víctimas celebrado este sábado en Valencia MIKEL PONCE

El cansancio de los últimos días se dejaba ver en los rostros de los representantes del barrio de Campanar, que siguen organizados para canalizar las donaciones que llegan desde otros puntos de la capital del Turia. Aquellos a los que el fuego ha despojado de todo se reunieron para dar juntos los primeros pasos hacia una nueva vida. No se llegó a un acuerdo para conformar una plataforma conjunta entre propietarios e inquilinos. Cada grupo afrontará por su cuenta la burocracia que les espera en bancos y compañías de seguros, aunque habrá que esperar a conocer el estado en el que se declaran las residencias.

Los operarios municipales empezaron ayer por la tarde a limpiar de escombros y cenizas la zona cero de la tragedia, mientras «una ciudad de gigantes», como la definió ayer su alcaldesa, intenta sobreponerse a un drama sin paliativos.

La hipótesis del polietileno como combustible

Algunos expertos apuntan al polietileno como el agente que propició que el fuego se propagara a gran velocidad entre ambas torres, con la ayuda del fuerte viento. Se trata de una resina inflamable con la que se rellenaban o pegaban placas de aluminio como las que revestían las fachadas de los edificios calcinados. Su uso fue legal hasta 2017, cuando se modificó la normativa tras el incendio de la torre Grenfell de Londres, que provocó más de 70 muertos. Será la investigación judicial la que confirmará o no esta hipótesis.

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