Amputan las manos y los pies a la joven Carla por una bacteria: «Les dijeron a mis padres que se despidieran de mí»
Una valenciana de 25 años relata tres meses después cómo cambió su vida después de despertar del coma sin extremidades a causa de un agresivo microorganismo
Carla también lucha contra los prejuicios: «Ojalá nunca te veas en la situación de que te amputen las cuatro extremidades»
La vida cambió para Carla, una joven valenciana de 25 años y estudiante de Derecho, el pasado 23 de marzo. Aquel día acudió al hospital para que le quitaran un quiste de la ingle «que estaba muy pegado al hueso» e incluso esa misma noche se fue a un concierto con su novio y unos amigos. No podía imaginar lo que le iba a suceder y que ahora, tres meses después, se atreve a contar en redes sociales con hercúlea determinación para «autoayudarse», además de «visibilizar y concienciar» sobre la bacteria que le llevó a sufrir la amputación de manos y pies.
Según detalla la propia afectada en un vídeo colgado en su perfil de Instagram, comenzó a encontrarse mal durante la noche posterior a la operación y al día siguiente acudió al servicio de urgencias de su centro de salud, donde le remitieron al hospital de Xàtiva al haberse sometido a una intervención. «Tenía vómitos y diarrea«, cuenta.
Una vez en el centro hospitalario, comenzaron a hacerle todo tipo de pruebas: «Me sondaron, me pusieron gafas nasales, me picaban los ojos y me dijeron que tenía un virus». En realidad, era una bacteria que se extendió de manera agresiva por su sangre provocándole un fallo multiorgánico cuando la trasladaron a la UCI.
Aquello ocurrió, según recuerda, sobre las cinco de la madrugada. Entró en parada cardiaca, la primera de hasta cuatro. «No entendía nada y yo no me enteraba de nada. A mis padres les llegaron a decir que entraran a la habitación para despedirse de mí», relata visiblemente emocionada.
Así, comenzaron a llegar familiares y amigos, además de su novio que no se separó de ella en ningún momento. Cuenta que pasó doce días en coma inducido y que cuando despertó estaba entubada y que no podía moverse. «Me expresaba con los ojos y empecé a notar que no podía mover ni manos ni pies», añade.
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Según explicó, la agresividad de la bacteria y de la medicación derivó en que sus extremidades generaran necrosis terminando por perderlas. «Después de casi tres meses, por fin estoy en casa. Ha sido una montaña rusa pero también ha marcado un antes y un después en mi vida que quiero compartir», visibiliza Carla en sus redes sociales, a favor de que su historia pueda ayudar a más personas. «Esto es el principio de todo, espero que me acompañéis a seguir viviendo», celebra.
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