El temporal se cobra la vida de cuatro personas en Castellón

El temporal que azota el litoral mediterráneo se cobró ayer cuatro vidas en la localidad castellonense de Onda. Los fallecidos viajaban en un vehículo que fue arrastado por una rápida crecida de agua cuando trataban de cruzar un barranco al paso por el cauce del río Seco, en un camino cercano al cementerio municipal. Los muertos son la conductora del coche, de 40 años; su padre, de 81; su madre, de 78; así como su hijo de seis años que viajaba con ellos.

El suceso se produjo sobre las cinco y media de la tarde, aunque el coche no fue localizado por los efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos hasta las siete. El menor se dio por desaparecido en primera instancia, pero finalmente se halló su cadáver cuando se accedió al interior del vehículo, que había quedado completamente cubierto de agua. La tromba de agua arrastró el coche más de quinientos metros. La localidad de Onda registró en apenas cuatro horas precipitaciones de 45 litros por metro cuadrado. Unas precipitaciones que también obligaron a restacar a otras tres personas que quedaron atrapadas por un puente, también al paso del río Seco.

Los efectos de la persistente lluvia que afectó ayer domingo al este peninsular también pueden estar detrás de las causas de otro siniestro de tráfico en la localidad valenciana de Ribarroja. En este caso, un hombre de 77 años y una mujer de 72 que viajaban en un turismo perdieron la vida al colisionar frontalmente con un monovolumen.

El temporal también provocó que a lo largo de la jornada de ayer hubieran de ser rescatados los ocho ocupantes de tres turismos en Manises (Valencia) tras haber sido sorprendidos por una tromba de agua mientras circulaban por la carretera CV-370, según informaron fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia. La persistencia de las precipitaciones provocó también que el aeropuerto de Manises suspendiera todas sus actividades durante más de dos horas, debido a la acumulación de agua que se registró en las pistas. La lluvia obligó a desviar diez vuelos a otros aeropuertos (ocho al aeropuerto de El Altet, en Alicante, y dos al de El Prat, en Barcelona).

La provincia de Castellón resultó especialmente castigada por las lluvias, que llegaron a descargar en algunos puntos más de 250 litros de agua por metro cuadrado en treinta y seis horas. Las precipitaciones causaron cortes de luz e inundaciones de casas, garajes y apartamentos de las zonas más bajas del municipio de Vinaroz.

Los efectos del temporal también afectaron a la provincia de Tarragona y obligaron a cortar la vía férrea entre las localidades de Tortosa y L'Aldea a causa de las fuertes lluvias. En las comarcas tarraconense las precipitaciones llegaron a acumular más de doscientos litros por metro cuadrado. Mientras, un desprendimiento de piedras propició la suspensión durante una hora y media de la circulación de trenes de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) en el tramo de Olessa-Monistrol, en Barcelona.

El temporal también provocó graves daños en la localidad granadina de Calahonda, cercana a Motril.