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Guillem Bertomeu - Lletraferit

Wanamaker tenía razón

«Ojalá se oyeran estos mensajes más y menos las barricadas que levantan los populistas de una y otra orilla»

Noventa y nueve veces de cada cien, ningún hombre se critica a sí mismo por nada, da igual lo grandes que sean sus errores. Esta cita no es mía, fue de John Wanamaker , empresario americano de principios del siglo XX, que fue el artífice de las temporadas en las ventas y de las rebajas en los grandes almacenes.

Tal cita viene como anillo al dedo a la forma de hacer política actual. Da igual la zona geográfica que sea, ni el tipo de gobierno que sea. Salvo la tan mediática excepción de Jacinda Ardern , primera ministra de Nueva Zelanda, que a escasos días de sus elecciones generales ha vuelto a «aplastar» la segunda ola de coronavirus en su país. Habría que aclarar que tiene una población de menos de cinco millones de habitantes y una densidad de dieciocho habitantes por kilómetro cuadrado. La ciudad de Valencia, por su parte tiene una densidad poblacional de 5.850 habitantes por kilómetro cuadrado, si sirve como comparación.

En la capital del Turia tenemos desde hace cinco años un gobierno municipal de coalición, antes eran tres socios mal avenidos, ahora tan solo quedan dos, con el único afán de mantener el poder. Casos de estupor ha habido, los hay y todo parece indicar que los habrá. Pero sigue la constante de que aquí nunca pasa nada, dimisiones ninguna y, como bien dijo Wanamaker , de autocrítica menos. Imputados como Fuset, escándalos diarios con Grezzi , sainete de la EMT con desfalco incluido, y ridículos como los últimos de Galiana han recibido todos el amparo bajo el mantón de papá Ribó . Remodelaciones ninguna, dimisiones, ni pensarlas, que el tiempo cure las penas debe de ser la estrategia a seguir y si a eso se le suma una oposición desaparecida durante toda una primera legislatura pues mejor que mejor.

A nivel autonómico me quedo con la tourné mediática que ha realizado el President Ximo Puig por emisoras nacionales en prime time de cara a la festividad del 9 d'Octubre. Supongo que el cargo impone normalidad democrática. Habla de que corren tiempos de unidad y de hacer política útil por encima de ideología. Ojalá se oyeran estos mensajes más y menos las barricadas que levantan los populistas de una y otra orilla, porque en medio estamos la ciudadanía normal y corriente, que somos los que al final siempre pagamos el pato.

Hemos visto durante estos días mociones de censura, una en Cortes de Pallás entre un exconcejal de Compromís y el PP, que se repartirán la vara de mando y otra se está estudiando también en Rafelbunyol , entre los mismos colores de nuevo. En la política local no hay ni pactos Botánicos, ni Rialtos, ni política liquida disfrazada. En los municipios se vive la realidad de la calle, sin despachos, ni moquetas, ni decenas de asesores colocados a dedo. Prima el interés general por encima del particular del partido. Churchill, especialista en cambiar de partido político, acuñó la siguiente cita: «Cambio de partido para defender mis mismos principios, no cambio de principios para quedarme en el mismo partido». Queridos lectores, les deseo un bon 9 d'Octubre!.

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