Chivite cierra la puerta a Bildu mientras PNV y PSE oficializan su pacto
La presidenta foral en funciones ni siquiera llamará a los de Otegi para negociar

María Chivite no se sentará con EH Bildu. Así se lo trasladó ayer a los medios de comunicación después de las dos primeras reuniones, con Geroa Bai (marca del PNV en Navarra) y Contigo-Zurekin (marca navarra de Podemos), para intentar pactar una investidura. ... No solo en el Parlamento; los socialistas navarros también cierran filas en el Ayuntamiento de Pamplona y descartan apoyar la candidatura de Joseba Asirón. Entre tanto, la pinza PNV-PSE también está a punto de dejar fuera del poder a los de Otegi en el País Vasco.
«No vamos a llegar a un acuerdo de gobierno con EH Bildu». Chivite se mostró tajante cuando los medios de comunicación a primera hora de la mañana le preguntaban por una hipotética negociación con la izquierda abertzale. Insistió en que su única intención es reunirse con los socios con los que pretende conformar Gobierno. «Estamos dispuestos a hablar con todas las formaciones políticas, pero teniendo claras cuáles son las líneas que el Partido Socialista quiere», aseguró.
En esa ecuación los socios prioritarios están claros. De hecho, las primeras reuniones con Geroa Bai y Contigo Zurekin terminaron ayer con buena sintonía entre las partes. «Cuanto antes podamos llegar a un acuerdo, mejor», aseguraba Uxue Barkos al término de una reunión en la que reclamó para su formación la Presidencia del Parlamento de Navarra. Se trata, a priori, de un escollo salvable, porque es un puesto que ya les cedieron los socialistas hace cuatro años.
Ni Geroa Bai, ni la marca navarra de Podemos se han querido posicionar por el momento acerca del veto inicial a Bildu. Ambas formaciones insisten en que es una cuestión que únicamente atañe a la candidata socialista. Desde el PSN niegan además que su estrategia responda a directrices que llegan desde Ferraz. La propia Chivite aseguró al término de sus reuniones que, a pesar de que la dirección del partido es «conocedora» de los avances que están haciendo, no ha recibido ninguna llamada de Pedro Sánchez. «El futuro de Navarra se decidirá en Navarra», insistió.
Su forma de actuar, sin embargo, está levantando ampollas en las filas abertzales, que ahora se ven ninguneados después de cuatro años en los que sus votos han sido necesarios para sacar leyes clave en la Comunidad Foral. De poco sirve que los de Otegi les recuerden este hecho o que la candidatura de EH Bildu haya sido «la fuerza progresista más votada» en Pamplona. A pesar de ello, siguen sin cerrar la puerta a una abstención a cambio de nada para facilitar la investidura de Chivite y repiten sin cesar que «harán lo que sea» para parar a la derecha.
Últimos flecos
Tampoco sopla el viento a favor para la izquierda abertzale en el País Vasco. Después de haber conseguido un resultado histórico, la pinza PNV-PSE está a punto de dejarles fuera del poder en todos los lugares donde no han conseguido la mayoría absoluta. El pacto entre peneuvistas y socialistas vascos, que se encuentra a falta de los «últimos flecos», prevé repetir la fórmula utilizada hasta ahora, de modo que los ayuntamientos y diputaciones se repartan en función de cuál de las dos formaciones ha sido la más votada.
El problema es que en esta ocasión necesitarán, además, del apoyo del PP al menos en tres lugares estratégicos. En Durango, feudo que EH Bildu le arrebató al PNV hace cuatro años, Carlos García, el único diputado popular, ya ha anunciado en redes sociales su apoyo al pacto PNV-PSE. Carlos Iturgaiz, eso sí, advertía que aunque prestará los votos para «echar a Bildu», el PP vasco quiere tener capacidad de influencia en las decisiones de Gobierno, especialmente en Vitoria y en la Diputación guipuzcoana. El secretario general del PSE, Eneko Andueza, descartó su entrada en Gobierno aunque no se cierra a algún tipo de «apoyo puntual» durante la legislatura.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete