La última víctima del asesino de indigentes fue quien alertó del primer crimen

BARCELONA

Jean Pierre Herbillon pidió ayuda a los vigilantes de seguridad del Auditori tras ver malherido a Imad Allous. Once días más tarde, Thiago F. lo mató, cuando dormía junto a una panadería

El asesino de tres indigentes en Barcelona durante la pandemia acepta 63 años de cárcel

Uno de los vigilantes declara como testigo en el juicio, donde la muestran la barra que empleó el asesino ABC

Elena Burés

Barcelona

La tercera víctima del asesino de indigentes fue quién alertó del primer crimen en las cercanías del Auditori de Barcelona, el 16 de abril de 2020. Pasaban pocos minutos de las dos de la tarde, cuando Jean Pierre Herbillon, francés de 37 años, avisó a uno de los vigilantes de seguridad del espacio, tras ver malherido a Imad Allous. El empleado, Carlos, que a penas llevaba 15 días en su puesto, avisó a su compañero, Xavier. Cuando lo atacaron, Allous estaba durmiendo, «tapado hasta la cabeza». Al llegar la ambulancia, unos diez minutos después, ya había fallecido. Al lado del cuerpo, una barra de hierro, acabada en curva. Fue con la que Thiago F. lo golpeó en la cabeza, hasta matarlo.

Herbillon «era una bellísima persona, supereducada. Se levantaba por la mañana y se marchaba. No decía nada, y volvía por la tarde». Dormía a 15 metros de Allous, eran «amigos». Fue quién alertó de que la víctima estaba convulsionando. «Salí para allá y al levantar la sábana -tras ver las heridas en cabeza- llamé a emergencias». Así lo ha descrito Xavier este martes, durante el juicio contra Thiago F. en la Audiencia de Barcelona. Las imágenes que captaron las cámaras de seguridad son «muy crueles», ha asegurado.

El acusado, tras un pacto con las partes, ha aceptado 63 años de prisión por los tres crímenes de personas sin hogar que cometió entre el 16 y el 27 de abril de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia. Fue un matrimonio lituano el que vio al sospechoso con similar herramienta, minutos antes de matar al hombre francés, once días después de asesinar a Allous. Sobre las once de la noche, ambos volvían de la floristería que regentan. Pararon a comprar una botella de vino y antes de entrar en el portal de su casa, se asustaron al ver la actitud «nerviosa» de aquel sujeto, y el objeto que llevaba en la mano.

Así lo ha narrado ella, Olga. Junto a su marido, entró en el piso y cuando él se asomó al balcón vio a Jean Piere en un charco de sangre. Dormía habitualmente ante una panadería, donde los vecinos lo conocían y ayudaban. También la pareja. Poco después por allí pasó una patrulla de los Mossos d'Esquadra y alertaron a los agentes. El sospechoso huyó en los ferrocarriles de la Generalitat hasta la caravana en la que vivía en la zona de Las Planas, en Sant Cugat, donde lo detuvieron unas horas después.

Tres asesinatos en once días

Entre Allous y Herbillon hubo otra víctima, un hombre de 60 años al que Thiago F. atacó, también mientras dormía, en la calle Casp. Fue otro indigente el que alertó a José Antonio, vigilante del Departamento de Justicia. Era la madrugada del 18 de abril de 2020. Con las restricciones por el Covid, las calles estaban desiertas. Éste cogió su defensa y el móvil, y salió a ver qué ocurría. «Había un gran charco de sangre. Estaba tapado. Llamé a una ambulancia, que llegó a los 10 minutos y trataron de reanimarlo», ha detallado ante el tribunal del jurado. No pudieron hacer nada por salvarle la vida, su agresor también lo había matado de varios golpes en la cabeza.

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