spactator in barcino
La izquierda (negacionista) de Sánchez
Como advirtió Jean-François Revel en 'El conocimiento inútil', si dividiéramos el inventario de la mentira entre la mentira de derechas y la de izquierdas arrojaría un triunfo aplastante de la izquierda
Artículos escritos por Sergi Doria en ABC
![Pedro Sánchez, en un acto esta semana](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/05/DAMBin_20241205111852-RwUOH4zYU88KFC3eoiKjjAJ-1200x840@diario_abc.jpg)
Se deja de creer en Dios y se acaba creyendo en cualquier cosa, sentenciaba Chesterton. Apliquemos el dicho al PSOE de 2024. Se deja de creer en el estado de Derecho y se acaba creyendo en Pedro Sánchez. La divisa mussoliniana del «creer, obedecer, combatir» ... fue el vector del Congreso Federal. Hay que desplazar del poder territorial a los políticos «negacionistas» de la derecha y la extrema derecha, ordenaba el Número Uno. Desde el Muro Antifascista, Santos Cerdán, secretario de Organización y hombre para todo (fichar a Koldo, negociar con un fugado de la justicia), arremetía contra el poder judicial y el Cuarto Poder informativo: «Son las mismas mentiras de siempre, pero propagadas rápidamente con altavoces en programas de televisión, en prime time, en programas de radio, en digitales, en tertulias, en canales de YouTube, en redes sociales o en columnas de prensa de toda la vida, incluso en sede judicial. Sí, también en sede judicial», peroraba.
Negar la independencia de los jueces viene de lejos. Lo vimos en Cataluña un 29 de mayo de 1984. Aquella arenga peronista de Jordi Pujol. Fortalecido por una mayoría absoluta en el parlamento autonómico clamaba con voz ronca: «¡El Gobierno central ha hecho una jugada indigna!». Se refería a la querella que el fiscal general del Estado interpuso contra él y una veintena de dirigentes de Banca Catalana. La «jugada indigna» de hace cuarenta años se convertiría en el «lawfare» que esgrime el independentismo cuando se dicta una sentencia en su contra: desde Laura Borràs, condenada por corrupción, hasta su abogado Gonzalo Boye. Y ahora, el presidente del gobierno, el PSOE y su apéndice sindical recurren al «lawfare» con el mismo ardor que censuraban al independentismo. En el Gran Consejo Sanchista van camino de superar aquel discurso de Míriam Nogueras señalando con nombres y apellidos a jueces y periodistas. De Pujol a Sánchez pasando por Puigdemont. Negacionismo de la independencia del poder judicial aliñado con victimismo y nula autocrítica: «El enemigo son los otros». El «Régimen del 78» para el nacionalismo y la ultraizquierda. La «ola reaccionaria» para el PSOE de Sánchez.
Como advirtió Jean-François Revel en 'El conocimiento inútil', si dividiéramos el inventario de la mentira entre la mentira de derechas y la de izquierdas arrojaría un triunfo aplastante de la izquierda. «La misma palabra de izquierdas es una mentira. Al principio designaba a los defensores de la libertad, del derecho, de la felicidad y de la paz» obviando a los regímenes dictatoriales auto etiquetados de izquierda, observa Revel: «A despecho de esa situación, se conserva por costumbre la idea de que la izquierda (…) es una minúscula llama de justicia, resistiendo ante el apagavelas de una derecha gigantesca, omnipresente y omnipotente». Conclusión: «Las mentiras de derecha son mucho más denunciadas que las mentiras de izquierda, porque pasan por constituir el único peligro verdadero y el único engaño escandaloso».
Hace cuarenta y cinco años el PSOE celebró aquel congreso en el que Felipe González proclamó que «hay que ser socialista antes que marxista». Tras un intenso debate, el partido soltaba lastre de su facción «histórica» (la nostalgia republicana de Rodolfo Llopis) y emprendía la renovación: lejos del centralismo marxista-leninista y muy cerca de las socialdemocracias europeas. Nada que ver con este PSOE que muta en secta. Hay que ser sanchista antes que demócrata. El que acusa de negacionismo a la derecha y ultraderecha niega, al mismo tiempo, los eres -gracias Pepe, gracias Manolo- y la separación de poderes. Al final negarán que Ábalos fue el Número Dos del partido. Este PSOE es el peor modelo para conmemorar el Día de la Constitución.
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