Isak Andic, de viva voz

La muerte en tiempo de Navidad: tristeza rodeada de alegría (por todas partes). Isak Andic, por ejemplo. El 8 de noviembre de 2023, el presidente de Mango compartió almuerzo y coloquio en el Círculo del Liceo. Aquel acto, que duró una hora larga y atrajo a una setentena de socios de la entidad, quedó registrado en audio. Decía Andic que para triunfar en la vida hay que tener, sobre todo, hambre: «Cuando toca, toca». Trabajar laborables, festivos, puentes y vacaciones. Dejar a los amigos a primeros de agosto en Formentera para irse a China todo el mes y currar de ocho de la mañana a diez de la noche. Francisco Gaudier, presidente del Círculo del Liceo, aportó una anécdota del Andic hambriento de lucha: «Lo recuerdo con un Seat 127 ante nuestro almacén de Levi's para que se lo llenáramos de tejanos, Isak aprovechaba hasta el último rincón del vehículo y luego los vendía en su tienda de calle Tuset».

Del mercadillo al primer establecimiento de Mango en el paseo de Gracia. De eso hace cuarenta años. Y para eso hay que tener suerte, salud, optimismo, curiosidad e inconsciencia. «Y cuando toca, toca». El error más gordo lo cometió en 2015. Tormenta perfecta. Se montaba un centro de distribución y abrían tiendas de mil metros cuadrados. Se decidió que Mango había quedado antiguo: debía reorientarse a un público joven. «Nuestra clientela dejó de entrar en las tiendas porque ya no encontraba lo que estaba buscando y la gente joven tampoco entraba». Deudas y descenso de ventas. Cierres de tiendas y despidos. Dos años de travesía del desierto. «Mucha gente se había olvidado de nosotros». Fichaje del CEO Toni Ruiz para relanzar la empresa. Alguien le preguntó, como presidente que fue del Instituto de Empresa Familiar, cómo se conjugan lazos de sangre con balances contables. Que sean tus familiares no significa que sean buenos gestores. Moraleja: si tus hijos no son capaces de llevar la empresa, fórmalos, por lo menos, para que sean buenos accionistas.

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El hombre que departía con los socios del Círculo rezumaba entusiasmo. Escribimos, ya en pasado, sobre aquel modelo de 'self-made-man'. Entre luces, jolgorio, arbolitos y amigos invisibles acecha la muerte, la intrusa interclasista. Resuena el villancico de los adioses: «La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va…» En el audio, Isak Andic. De viva voz: «El ochenta por ciento de los catorce mil trabajadores de Mango son mujeres. ¡Espero que me hagáis un monumento!» Le gustaba fondear su velero en parajes ignotos y gozar de la soledad. «Lugares que ya eran así hace dos mil años», dijo. ¡Dos mil años, la edad de Cristo!