Sabino Arana resiste en el callejero de Barcelona
Convivencia Cívica Catalana recoge firmas para que el consistorio sustituya el nombre del fundador del PNV por el del concejal del PP en Ermua asesinado por ETA en 1997, Miguel Ángel Blanco
El callejero de Barcelona pierde ahora a los Reyes Católicos

El pleno del Ayuntamiento de Barcelona debatirá y votará si mantiene el nombre de la calle de Sabino Arana, fundador del PNV, en su nomenclátor. A falta de unos días para que se cumpla el plazo legal de recogida de firmas -aunque se ha ... pedido una prórroga de un mes-, la iniciativa para que la vía del distrito de Les Corts pase a denominarse Miguel Ángel Blanco, edil del PP en Ermua (Vizcaya) asesinado por ETA en 1997, cuenta ya con más de 3.500 signaturas. Se necesitan 3.750 firmas de barceloneses mayores de 16 años para forzar el debate y la votación de los concejales. Los promotores de la petición se muestran convencidos de que llegarán al mínimo necesario. «De sobras. La gente responde muy bien. Vamos a por las 5.000. Se están consiguiendo firmas en todos los barrios», asegura a ABC Ángel Escolano, presidente de Convivencia Cívica Catalana.

En 1979, el alcalde Narcís Serra (PSC) aprobó que Arana fuera reconocido en la capital catalana sustituyendo el nombre de Roberto Bassas, uno de los fundadores catalanes de Falange Española fusilado en 1939 y con calle desde 1950. Desde entonces, el remedio para ajustar el nombre de una calle de unos 60 números a la democracia no ha convencido, al menos, a una parte de los ciudadanos de Barcelona. El de ahora no es el primer movimiento para desterrar de las calles barcelonesas a un político del siglo XIX (1865-1903) que defendía que «el vizcaíno es de andar apuesto y varonil, el español o no sabe andar (ejemplo los quintos) o si es apuesto es tipo femenil (ejemplo el torero)».
En 2001, dieciséis entidades (entre ellas la Asociación por la Tolerancia, Ágora Socialista y la Asociación de Víctimas del Terrorismo) formaron la Plataforma Ciudadana Fuera Sabino Arana y suscribieron un manifiesto calificando de «inaceptable» el mantenimiento de una calle a una persona con «teorías sectarias y postulados a favor de la discriminación étnica». El consistorio no aceptó la petición. Estaban lejos los años de Ada Colau en la alcaldía, caracterizados, entre otras cosas, por el revisionismo, ahora se ha visto que sectario, de los nombres de las calles, las plazas, los monumentos... La Plataforma lo volvió a internar un año después pidiendo que, en lugar de Arana, la calle respondiera al nombre de 'Ermua', 'Víctimas del Terrorismo' o, entre otros, 'Derechos Humanos'. Oídos sordos.
Siete años después fue el PP de Barcelona, liderado por Alberto Fernández Díaz, quien propuso rebautizar la vía. Y puso sobre la mesa las grandes contradicciones de los alcaldes –hasta entonces todos socialistas– y de los antecesores de los Comuns, y ERC, que gobernaron juntos. Algunos ejemplos: reconocimiento a Karl Marx pero no a Adam Smith; sí a Ernesto 'Che' Guevara, pero no a Salvador Dalí; sí a Vicenç Albert Ballester –cuyo motivo de 'elogio' es, únicamente, haber inventado la bandera independentista–, no a Montserrat Caballé; sí a Buenaventura Durruti, no a Adolfo Suárez.
En el último sexenio, Societat Civil Catalana propuso, incluso, que Rosa Parks tomara el relevo de Arana. Miembros de la entidad, en 2019, llevaron a cabo una 'performance' y colocaron letreros encima de las placas de la calle con el nombre de uno de los símbolos de la defensa de los derechos civiles de Estados Unidos para olvidar al fundador del PNV y defensor de posiciones «machistas, misóginas y racistas», en palabras del entonces presidente de la entidad, Josep Ramon Bosch. La iniciativa quedó en nada.
Josep Bou y Óscar Ramírez, los dos ediles populares por esas fechas en el ayuntamiento, trataron de que la Ponencia del Nomenclátor revisase y eliminase el nombre de Arana. Un año después, Colau, que en sus ocho años en la plaza de San Jaime 'limpió' Barcelona de la 'Hispanidad', 'Juan Carlos I', 'Príncipe de Asturias', 'Príncipe de Gerona' y, entre otros, 'Almirante Cervera' se negó a quitar el nombre de una calle de una persona que aseguró que «el 95% de los crímenes que se perpetran en Vizcaya se deben a mano española, y de los cuatro de los cinco restantes son españoles vizcaínos españolizados».
Si se cumplen los pronósticos de los impulsores de la iniciativa, el pleno municipal votará sobre la polémica nomenclatura esta primavera. Los grupos del PP (4 concejales) y Vox (2) han confirmado que apoyarán el cambio de nombre por el del edil asesinado por ETA en 1997. Fuentes del ejecutivo de Jaume Collboni (PSC) sostienen que están «a favor de hacer un reconocimiento a Miguel Ángel Blanco» pero dudan del cambio del nombre de la vía. «Hay que esperar a ver qué opinan los vecinos porque estos cambios son molestos para ellos», añaden las mismas fuentes. Unos vecinos que, como es habitual en estos casos, están divididos. De todas formas, a la espera de lo que haga el PSC (10), y con el voto en contra de Junts (11) y ERC (5), los Comuns post-Colau tienen la llave. Sus 9 ediles serán decisivos.
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