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violación múltiple a una menor en badalona

«Quería rollo con ella pero ella no y se lo hizo por la fuerza»

Los vídeos de una testigo fueron «la clave» para identificar a los ocho agresores. Cinco son inimputables, dos se encuentran en régimen de internamiento cerrado y, el restante, en busca y captura

ABC accede al atestado policial de la agresión grupal a una niña de 13 años, de especial «vulnerabilidad»

Cuatro reincidentes entre las 'manadas' de menores de Badalona

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Cuatro de los agresores, antes de encontrarse con la víctima, a su salida del metro en Badalona Abc
Elena Burés

Elena Burés

Barcelona

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Dos menores saludan desde un descampado al tren que avanza por una vía cercana. Un tercero se esconde al paso del convoy. En total eran ocho los chicos, de entre 12 y 15 años –todos vecinos del mismo barrio, que se encontraban en el terreno de la calle Eduard Maristany, 208, de Badalona, aquella tarde, la del pasado 3 de junio.

Algunos dirán después que estaban jugando al fútbol y que allí no había ninguna niña. Mentían. Una testigo los captó a ellos, y también a ella, en el citado espacio del barrio de Gorg. Cinco vídeos que grabó con su móvil, tal y como consta en el atestado por la agresión sexual a la menor, de 13 años, al que ha tenido acceso este diario. En el último de ellos puede verse como, a la llegada de una patrulla de los Mossos d'Esquadra, varios saltan la valla del descampado, que acaba cayendo, y todos salen a la carrera. Los agentes consiguieron dar el alto a cinco, a los que trasladaron a comisaría, identificaron y, posteriormente, «entregaron a sus padres».

También les intervinieron tres móviles, pero no obtuvieron información relevante con su vaciado, más allá de confirmar que en la agenda de uno de los terminales estaban memorizados los contactos de otros dos implicados, y es que hay tres hermanos entre los participantes en la agresión.

Del total, cinco son ininmputables por tener menos de 14 años en aquella fecha. Otros dos se encuentran en régimen de internamiento cerrado; decisión del Juzgado de Menores 3 de Badalona, en funciones de guardia, hace menos de un mes. Pese a estar identificado, el restante, trasladan fuentes conocedoras a ABC, sigue en busca y captura.

Las pesquisas de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) arrancaron el mismo 3 de junio, tras la agresión sexual múltiple, cuando activaron el protocolo de acompañamiento a la víctima. En este caso, además de por la superioridad numérica, reviste especial «vulnerabilidad», porque tiene una discapacidad reconocida.

Una testigo grabó en vídeo la agresión sexual de los ocho menores a otra menor en un descampado de Badalona ABC

Tanto la declaración inicial de la niña, como las imágenes que aportó la testigo sobre la violación, llevaron a los investigadores a concluir que el «trato que los autores infligieron a la víctima» fue «especialmente vejatorio e intimidatorio». En las diligencias también hacen constar «el abuso de superioridad provocado por un grupo de personas tan numeroso».

En sede policial, la menor explicó que aquella tarde había quedado con un conocido, al que se refirió como su «novio». Habían contactado a través de Instagram y acordaron verse en la estación de metro de Llefià. Allí se presentó éste con tres chicos más y los cinco siguieron el camino a pie hacia la parada de Gorg, hasta llegar al descampado. Fue en esa zona donde la menor y su cita comenzaron a mantener relaciones consentidas, según explicó ella misma, en presencia del resto. Después, se unieron los demás.

«Salimos huyendo pero no estábamos haciendo nada malo, lo que pasa es que nos da miedo [la Policía]», explicó después uno de los menores inimputables

Ella dijo que que quería marcharse, pero no pararon. Desde el otro lado del muro, cuatro menores más comenzaron a jalear, «mientras reían». Después, saltaron al otro lado para incorporarse a la agresión. Manifestó que todos le hicieron «cosas», aunque de algunos no recuerda «qué». Sí de otros, como el que iba vestido con pantalón corto y camiseta de rayas, que «quería rollo con ella, pero ella no y se lo hizo por la fuerza».

Su declaración fue «precisa, con datos y detalles» y se corroboró con la exhaustiva revisión de imágenes por parte de los Mossos, además de con los vídeos de la testigo, que fueron «la clave» para identificar a todo el grupo de agresores y determinar su grado de participación activa.

Pintada de rechazo a las agresiones sexuales ante Màgic. Adrián Quiroga

Fue a las 16:07 cuando una cámara del metro captó al conocido de la víctima, junto a otros tres menores, en la parada de Sant Roc. Unos minutos después se bajaron en Gorg e hicieron transbordo para llegar a Llefià. Allí se encontraron con la niña, que esperaba en los tornos de salida de la estación. Las imágenes de un aparcamiento registran como el grupo pasa por allí a las 16.21. Poco después, captan su recorrido las cámaras de un supermercado y las de una peluquería.

Son ya las 17.07 cuando, durante el trayecto, el chico con el que había quedado le pasa la mano por la espalda. Los otros tres caminan detrás. En paralelo, el segundo grupo de menores que saltarán la valla del descampado tiempo después, según las imágenes de las cámaras del metro, emprenden su recorrido a las 16.42, tras salir de la estación de Llefià.

Los ocho menores huyen a la carrera del descampado a la llegada de la Policía. Una testigo lo captó en vídeo ABC

Lo que pasa en el terreno próximo a las vías del tren lo graba una mujer con su teléfono, que es quien alerta a la Policía. Comenzó a grabar a las 17.40. En los vídeos ya se aprecia a los ocho agresores y a la víctima, con lo que no se puede precisar en qué momento llegó al lugar el segundo grupo.

Aún así, las imágenes confirmaron lo denunciado por la menor: «Los ocho participaron en una acción conjunta, intercambiando posiciones entre ellos, por tal de penetrarla y magrearla», concluyen las diligencias policiales. Una superioridad que aprovecharon para «asegurar la agresión», anulando y reduciendo la capacidad de la chica «para decidir sobre lo que estaba sucediendo». Ella nunca dio su consentimiento expreso.

Identificación

La condujeron hasta un lugar apartado, un descampado de difícil acceso, alejado de testigos y de cualquier ayuda. «Un espacio que aumenta la vulnerabilidad de la víctima y que seleccionaron parte de los agresores. No fue un lugar escogido de forma casual, sino predeterminada, porque tenía las características idóneas para cometer la agresión», apuntan los investigadores.

Con el reconocimiento fotográfico, la víctima, «sin ningún tipo de duda», los identificó a todos – a algunos los conocía de antes y a otros no–. Además, gracias a las imágenes del metro, los agentes pudieron certificar que las dos sudaderas que localizaron en el descampado –cuando los agresores salieron a la carrera– eran de dos de ellos.

Días después de la violación grupal, según explicó la propia menor, el chico con el que había quedado aquella tarde le escribió por Instragam «para que no pusiera la denuncia».

Inimputables

Finalmente sí denunció, pero pese a su testimonio y las pruebas recabadas por los investigadores, cinco de sus agresores eluden la acción de la justicia al tener menos de 14 años la fecha de la agresión. Por ese motivo, entre el 20 de junio y el 3 de julio, los Mossos les tomaron declaración, pero en calidad de testigos, y acompañados por sus padres.

Casi todos dijeron lo mismo. El plan de aquella tarde era jugar al fútbol con unos amigos y por ese motivo acabaron en el descampado. Uno de ellos explicó a los Mossos que fue cuando escuchó a los demás chillar y empezar a correr, después de que en la zona apareciesen los agentes, alertados por la testigo, cuando decidió saltar la valla de obra. Llegó hasta un aparcamiento donde los uniformados le dieron el alto. Negó haber cogido el metro. También que hubiese visto a la víctima. «En el descampado eran todo chicos», aseguró.

«Salimos huyendo pero no estábamos haciendo nada malo, lo que pasa es que nos da miedo [la Policía] y reaccionamos de esa manera», apuntó otro, que también negó haber visto a la niña.

Las cámaras de seguridad captan la salida de la comisaría de Badalona de uno de los menores, junto a su padre, el día de la agresión ABC

Todos, excepto uno de los menores inimputables hicieron lo mismo. La excepción no admitió ninguna agresión, sino que explicó que fue uno de sus amigos quien llamó a una chica que «era su novia», a la que se encontraron a medio camino. Éste mismo fue el que ya en el terreno donde se encontraban, llamó también a otros chicos –el segundo grupo– para que acudiesen al lugar. Una vez todos allí fue cuando, explicó, algunos mantuvieron sexo con ella, «mientras los demás estábamos mirando» y «no dijimos nada».

Por su parte, la víctima llegó a decir a las agentes que «cuando sea el juicio me escaparé». Preguntada por el motivo, explicó que tiene mucho miedo de encontrárselos de nuevo, y que no quiere hablar delante de ellos. Sufre sintomatología postraumática. Desde sueños angustiosos a síntomas evitativos. También aumento de la alerta y la disminución del apetito.

La de esta menor fue la octava violación múltiple en Badalona, entre julio de 2022 y junio de este año. Del total de agresores, en esos ocho ataques, solo uno tenía más de 18 años. La mitad son inimputables y cuatro de ellos, según explicó la Policía catalana, han «participado activamente» en más de un ataque.

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