¿Cómo quedaría Cataluña si se aplicase el sistema de la lista más votada en las elecciones municipales?
De los 20 municipios más poblados por encima de los 65.000 habitantes, cinco cambiarían de color y el PP sería el más beneficiado por la reforma legislativa
Feijóo insiste: el candidato más votado en las municipales debe ser el alcalde
![Xavier García Albiol, en octubre de 2021, tras perder la moción de censura en el Ayuntamiento de Badalona](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/01/30/image_20230130140928-RY8Xk118sgpmraiqmArMSiI-1200x840@abc.png)
Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, ha propuesto que los alcaldes sean los candidatos más votados en las elecciones municipales, impidiendo así que pactos y coaliciones postelectorales aparten del sillón de mando a los aspirantes con más apoyo en las urnas. La medida anunciada en Cádiz hace unos días, en el marco del Plan de Calidad Institucional de los populares, ha sido rechazada por el resto de partidos aduciendo motivos varios. Tiene pocas opciones de prosperar.
Desde que el líder de la oposición anunció la propuesta, que en el PP se recibió con división de opiniones ya que se analizó desde el punto de vista personal de cada candidato, el foco se puso en Madrid y Barcelona. Si el sistema de la lista más votada se hubiera aplicado en 2019, los alcaldes de Madrid y Barcelona, José Luis Martínez-Almeida (PP) y Ada Colau (comunes), respectivamente, no hubieran podido ejercer como tales. Ganaron Manuela Carmena (Más Madrid) y Ernest Maragall (ERC).
¿Qué hubiera ocurrido en las 20 poblaciones más importantes de Cataluña si en la última cita electoral se hubiera aplicado este sistema? Pocos cambios, pero significativos. Más allá del citado caso de Barcelona, el sistema hubiera permitido que Badalona (223.000 habitantes, según el Instituto de Estadística de Cataluña del año 2022), Tarragona (134.000), Vilanova i la Geltrú (68.000) y Castelldefels (67.000) tuvieran ahora alcaldes distintos a los que se conformaron en 2019 tras firmar pactos políticos.
De las cinco ciudades catalanas que vieron alterado su elección mayoritaria a la alcaldía, el PP y el PSC habrían ganado dos cada uno: Badalona y Castelldefels, y Tarragona y Vilanova, respectivamente; localidades en las que populares y socialistas fueron las listas más votadas pero no pudieron tomar el control de los ayuntamientos. El PSC se quedó los consistorios del PP y ERC los del PSC. El quinto fue Barcelona (1.600.000 habitantes), que ERC lo perdió a beneficio de los comunes.
Así, el más beneficiado en Cataluña de una hipotética reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), para que la lista más votada sea la que, automáticamente, ocupe la alcaldía, sería el PP. Los socialistas quedarían más o menos como están (ganarían dos localidades y perderían dos) y ERC, aunque ahora tiene dos alcaldías sin ser la lista más votada, y las perdería, podría retener la joya catalana: Barcelona.
Las otras 15 ciudades más importantes de Cataluña no hubieran sufrido cambios. En cinco de estas, el PSC obtuvo mayoría absoluta: Hospitalet de Llobregat (265.000), Santa Coloma de Gramanet (117.000), Cornellá de Llobregat (89.000), Sant Boi de Llobregat (83.000) y Viladecans (66.000). Y en el resto, la lista más votada sin mayoría absoluta se hizo con la vara de mando: Tarrasa (224.000), una candidatura local; Sabadell (215.000), PSC; Lérida (140.000), ERC; Mataró (128.000), PSC; Reus (106.000), Junts; Gerona (102.000), Junts; Sant Cugat del Vallés (95.000), Junts; Rubí (79.000), PSC; Manresa (77.000), ERC; y El Prat de Llobregat (65.000); comunes.
El sistema actual protege pero no blinda
Al margen de los números, los resultados electorales y el análisis a corto plazo, no existe una imposibilidad constitucional a que la lista más votada en las municipales sea la que tenga la alcaldía automáticamente. Es decir, la misma noche electoral todos los ciudadanos podrían saber quién es su alcalde. Desde este punto de vista, la reforma que propone Feijóo facilitaría o acercaría todavía más la política local al ciudadano.
Sin embargo, el sistema electoral actual ya protege a la lista más votada, si bien no la blinda. La Loreg establece que para ser alcalde se tiene que conseguir el apoyo de la mayoría absoluta de los concejales electos en el pleno de investidura. Si no es así, el primer edil del municipio será el de la lista más votada la noche electoral. La norma la conocen bien Colau, en su beneficio, y Xavier García Albiol (Badalona), en su perjuicio y por partida doble.
Un cambio legislativo evitaría «sorpresas a través de pactos postelectorales» y «los electores sabrían mejor a qué atenerse», apunta Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona y vicepresidenta de la Real Academia Europea de Doctores. Freixes confirma que la Constitución no impide una reforma en la línea de la planteada por Feijóo pero pone el acento en la falta de coherencia política de algunos pactos.
«El problema que hemos tenido en España es que el elector vota a un partido al que quizás no hubiera votado si hubiera sabido con quien iba a pactar posteriormente para poder tener la alcaldía», señala Freixes a ABC. Y añade: «Es más un problema de coherencia. Porque hemos visto cómo se ha pactado con partidos o personas con los que, en campaña electoral, se aseguró que no se pactaría».
La académica recuerda que hay países en los que la norma de la lista más votada ya se aplica «pero tampoco son mayoría» y advierte de posibles problemas de un sistema como este en España. «Lo hemos visto en el País Vasco, donde en según qué localidades los sucesores de ETA son el primer partido pero en el fondo son una minoría en el conjunto del arco electoral. Y también puede suceder en Cataluña. O en otros lugares de España, con el populismo», concluye.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete