El PSC confía en el revulsivo emocional de Sánchez para un último empujón electoral
Nota una mayor movilización entre el votante socialista que se abstiene en las autonómicas
Un PSC desubicado inicia la campaña condicionado por los planes de Sánchez
![Cartel electoral en Hospitalet de Llobregat](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/05/02/carte-Ro2V7xkBsoi4tu8jAbaELVJ-1200x840@diario_abc.jpg)
Los cinco días del periodo de reflexión de Pedro Sánchez para decidir su continuidad como presidente del Gobierno los ha vivido el socialismo en España como una borrachera emocional, un sube y baja sentimental que impactó de forma directa en la campaña de las catalanas ... , particularmente, y por razones obvias, en la del PSC. En el partido son perfectamente conscientes de la prueba de estrés a la que se ha sometido a militantes, simpatizantes y potenciales votantes. Y, si bien en un inicio, antes de que el presidente comunicase la decisión de continuar, se llegó a temer por que todo el episodio condujese a una desmovilización, ahora se cree que es justo lo contrario. Tras la borrachera de emociones, de lo que se trata ahora es de canalizar la resaca de forma positiva, apuntan en el PSC.
«Notamos a la gente más movilizada, ha sido como una sacudida eléctrica», apunta un alto dirigente de la formación, que señala el «efecto Sánchez» como la mejor forma de arrastrar a las urnas al electorado socialista que siempre vota al PSOE en las generales, pero que tiene querencia por la abstención cuando se trata de las elecciones autonómicas. Una traslación a la Cataluña 'posprocés' del entusiasmo con que la militancia socialista, particularmente la de habla castellana, acogía las visitas de Felipe González durante la larga hegemonía pujolista en la Generalitat.
«Todo el episodio Pedro Sánchez ha sido un revulsivo. Es lo que nos puede disparar por encima de los 40 diputados», añade otra fuente del partido que, enojado de principio con la poca consideración hacia el PSC de Pedro Sánchez al reventar el arranque de la campaña, considera ahora que este puede ser un factor a su favor.
Los números son claros y, si bien las encuestas dan a Salvador Illa una victoria clara dentro de dos domingos, el objetivo es dar un último empujón, emocional si se quiere, para pescar en la nada desdeñable bolsa de votantes que apoyaron al PSOE en las generales de julio (1,2 millones de votos, 31,1% del electorado) y en cambio en las autonómicas de 2021 también dieron la victoria al socialismo, pero con un resultado mucho más reducido (652.858 votos, el 23,03%), en lo que fue de hecho un triple empate con ERC y Junts. La diferencia entre ambos comicios, más de 500.000 votos, sería suficiente, aunque solo se consiguiese movilizar una pequeña proporción, para catapultar a Illa a una victoria realmente rotunda. Un sondeo reciente, hecho con posterioridad al episodio, así parece confirmarlo.
En el PSC se cuenta con que el porcentaje de participación en las autonómicas, si se descuentan los años excepcionales del 'procés', siempre es menor que en las generales, algo que favorece a los partidos nacionalistas por la sobrerrepresentación en el Parlament de las circunscripciones de Gerona y Lérida. Una penalización al votante socialista que en los comicios actuales se podría revertir si la campaña acentúa la dinámica de polarización que ya se percibe, convirtiéndose de hecho en un duelo entre Salvador Illa y Carles Puigdemont, con Esquerra cada vez más difuminada.
Admitiendo el desconcierto, y hasta enojo, que entre el electorado del PSC tiene la tramitación de la ley de amnistía (un 40% de sus votantes la rechaza) y el hecho de que ello ha rehabilitado al expresidente fugado, en el partido se asegura que Illa se refuerza cada día como el verdadero voto útil para frenar al independentismo y darle la vuelta a una Cataluña diezmada por el 'procés'.
Se trata de un mensaje de regeneración que no creen contradictorio con afirmaciones como las de ayer en la Cadena Ser, donde Illa confirmó que no descarta un hipotético pacto con Junts, ya que el único veto que se impone el PSC es Vox y Aliança Catalana. Un mensaje que no es nuevo, pero sobre el que ayer sus rivales se ensañaron, empezando por Puigdemont, que lo desdeñó; ERC, que alertó de pacto socialista con la derecha; o PP y Cs, que advirtieron de que votar al PSC es votar independentismo.
Futuras alianzas al margen, y en esta fase de la campaña, parece claro que el PSC va a querer exprimir la carta Sánchez, tal y como pudo verse anoche en el mitin de Sant Boi (Barcelona) en el que reapareció –se apareció, podría decirse– el presidente Pedro Sánchez. Mañana está programada su participación en otro mitin, en Montmeló, para encarar ya la semana final de la campaña catalana.
Lo de Sant Boi, como era de esperar, se convirtió casi en una sesión de terapia colectiva, un mitin en el que los socialistas colgaron el cartel de 'sold out' –2.000 personas en el interior, 1.000 en el exterior, según el partido–, y donde Pedro Sánchez fue protagonista absoluto. «Me tenéis dispuesto para hacer frente a la máquina del fango de Feijóo y Abascal», clamó el presidente del Gobierno, aclamado, es decir poco, por los asistentes.
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