el oasis catalán
Posproceso
Las elecciones municipales celebradas en Cataluña son lo más parecido a una macroencuesta -¿cómo está hoy Cataluña políticamente hablando?, esa es la cuestión- sobre el día a día del posproceso
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![Rufián y Junqueras, tras los comicios](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/06/02/DAMBin-Ria8bvkH2hkl0QGzvjQ5gRK-1200x840@abc.jpg)
Las elecciones municipales celebradas en Cataluña son lo más parecido a una macroencuesta -¿cómo está hoy Cataluña políticamente hablando?, esa es la cuestión- sobre el día a día del posproceso.
Lo que sabemos y lo que desconocemos: el 'procés' sólo respira –mal- en el ... territorio CUP, en algunas comarcas administradas por Junts y en los discursos oportunistas de bajo vuelo de Oriol Junqueras; la derrota de Junts en Girona certifica que Carles Puigdemont es un holograma; una parte del independentismo se queda en casa porque no encuentra quien le quiera o quien le ría las gracias; ERC ha sido víctima de su holgazanería y chapuzas al frente de la Generalitat; a ERC se le plantea la cuestión de la táctica y la estrategia que seguir -¿con quién se pacta? ¿qué hoja de ruta? ¿una crisis de Govern para modificar el rumbo? ¿un avance electoral en otoño o invierno?- en los próximos meses; los gobiernos y componendas que surjan de las elecciones evidenciaran la flexibilidad y versatilidad de un PSC que ha nacido para pactar con quién sea a cambio del poder; el PSC, que pierde fuelle en los barrios populares, mantiene el poder en el área metropolitana de Barcelona –lo recupera también en las capitales de provincia- gracias al batacazo de una ERC víctima de sí misma y con la cual no se puede ir ni a la esquina; la victoria de Xavier Trias, que gana fuelle en los barrios pudientes y acumula voto anticolau, ¿centrará Junts o lo dividirá todavía más?; la Diputación de Barcelona –Presupuestos y cargos-, ¿será la recompensa de quien pacte –Junts, Comunes, ERC o PP- con el PSC?; Ciudadanos se diluye en beneficio del PP, Vox y Valents; el PP recupera la hegemonía del centroderecha catalán; Ada Colau –que no resucitará- y Jaume Collboni están muy contentos por ser progresistas; Xavier García Albiol obtiene una holgada mayoría en Badalona gracias a sus méritos y a los deméritos de una oposición sectaria que vive –cosa habitual en la izquierda y el nacionalismo- en su universo paralelo.
Y en eso que Pedro Sánchez –yo contra el fascismo, yo contra la ultraderecha, yo contra la ultrarreacción, yo o el caos, a ver si rectificáis, y de paso me ahorro la revuelta interna en el PSOE- avanza las elecciones generales al mes de julio. Corolario: adiós al tripartito de izquierda en Barcelona.
Y en eso que Pere Aragonès, después de amenazar con «la vuelta de la mejor Cataluña», nos vuelve a amenazar –hay que marcar perfil, tomar aire, hacerse perdonar el pecado de una moderación que nunca existió y disimular el batacazo municipal: puro teatro-, esperanzado por la posible victoria del PP en las elecciones generales, con un «frente democrático común» y un «frente independentista y soberanista» para «defender Cataluña, los derechos y libertades». Vaya usted a saber los lodos que se avecinan.
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