Uno de los policías que irá a juicio por el 1-O: «No me entra en la cabeza que me condenen por hacer un uso proporcional de la fuerza»
Siete años después, 46 agentes tendrán que sentarse en el banquillo por las cargas durante el referéndum ilegal en Cataluña
A juicio 46 policías por las cargas del 1-O
Tras saber que la Audiencia de Barcelona ha rechazado todos los recursos de apelación, uno de los agentes de la UIP que irá a juicio por su actuación el 1-O explica a ABC: «No me entra en la cabeza que me ... condenen por hacer un uso proporcional de la fuerza». Tras conocer la resolución, dice estar «contento» por un lado, ya que podrá «defenderse» tras siete años de espera. Pero también admite su «temor» a «no tener un juicio justo». «No por mi actuación. Si, tras pedir que se muevan, levantas [del suelo] a miles de personas, y usas la defensa reglamentaria en tres ocasiones, causando solo hematomas, es lo mismo que sucede en muchas actuaciones de orden público«, apunta.
Este policía sostiene que es «sano y democrático» que se pueda juzgar el empleo de la fuerza por parte del Cuerpo, pero en ningún caso tener a los funcionarios esperando durante años. «A los agentes que actuaron en el aeropuerto de El Prat [durante las protestas de Tsunami, en 2019] los juzgaron y absolvieron unos meses después, en 2020, nosotros seguimos esperando», compara. Y es que la Audiencia ha tardado más de un año sólo en resolver el medio centenar de recursos -entre acusaciones y defensas-sobre el procesamiento de los policías que actuaron en Barcelona para impedir, por orden judicial, la votación.
A pesar de ello, la Sección 3ª no los ha resuelto de manera individualizada, sino que rechaza todos ellos en un solo auto. Envía así a juicio a los 46 agentes procesados y rechaza investigar a más, tal y como solicitaron Irídia, Òmnium y la ANC. Este agente de la UIP lamenta que esta causa «no acabará nunca». En caso de que los absuelvan, las acusaciones recurrirán. Si los condenan, ellos harán lo propio. Lo que podría suponer una década más de espera. En el horizonte, la ley de amnistía, que rechaza de plano. «No quiero esa opción porque me mete en el mismo saco que a Puigdemont, como si hubiésemos hecho algo mal».
Son muchas las ocasiones en las que antidisturbios tienen que recurrir al uso proporcional de la fuerza, como en las protestas ante Ferraz, o estos días, durante las de los agricultores. A pesar de ello, apunta este policía, su actuación no se fiscaliza de la misma manera. Apunta que aquellos días, en los que los alojaron en un barco en el puerto, estaban a la espera de instrucciones. Fue su mando quien a primera hora del 1-O de 2017 les indicó que debían actuar. En ningún caso hizo referencia al contenido del auto que así lo ordenó. Auto que ahora recoge la Audiencia porque «contenía prevenciones de cautela para evitar que la actuación policial pudiera tener efectos lesivos».
En su caso, utilizó su defensa en tres ocasiones, causando hematomas. Supondría un delito leves de lesiones y pena de multa. Otro escenario sería una acusación por delitos contra la integridad moral, que podría suponer la expulsión del Cuerpo. Quienes se sentarán en el banquillo no son los mandos que dieron las órdenes, sino los agentes que las cumplieron. Ahora tendrán que esperar a que las acusaciones presenten sus escritos, y concreten los ilícitos y las peticiones de pena.
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