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tribuna abierta

Libres del 8-M

El feminismo de hoy en día, que potencian todos los partidos en el arco parlamentario menos VOX, enfrenta a hombres y mujeres y ataca la familia y la natalidad como una carga para la mujer

Manifestación del 8-M en Barcelona inés baucells
Joan Garriga

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El Artículo 14 de la Constitución garantiza que los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación por ser hombre o mujer. Pero se da la circunstancia que desde la Generalitat de Cataluña se están aprobando unas leyes que discriminan claramente a los jóvenes varones. Si un joven varón quiere opositar para ser bombero o Policía se encontrará que las mujeres tienen una reserva de plazas y que tienen unas pruebas físicas menos exigentes. Como si a los ciudadanos nos importase el sexo del bombero o del Policía en perjuicio de nuestra seguridad.

El feminismo de hoy en día, que potencian todos los partidos en el arco parlamentario menos VOX, enfrenta a hombres y mujeres y ataca la familia y la natalidad como una carga para la mujer. En nuestro tiempo tanto el hombre como la mujer pueden formar parte de cualquier colectivo profesional y por supuesto tienen el derecho de priorizar el cuidado de los niños o de los miembros de la familia más necesitados. Sin imposiciones ni perjuicios y con la libertad bien entendida.

Hay que preocuparse por las mujeres que son las que reciben la mayoría de las agresiones en el ámbito doméstico, pero por eso no podemos discriminar a todos los hombres como ocurre con la Ley Integral contra la Violencia de Género, en la que la palabra de una mujer basta para que se activen medidas contra los hombres. Hay más agresiones en el ámbito doméstico que también merecen nuestra atención; contra niños, ancianos y por supuesto también las mayoritarias que se desarrollan fuera del ámbito doméstico. Y de las que se producen fuera por culpa de la ley «sí es sí» ya se han producido 721 rebajas de penas.

La izquierda ideológica ha pasado de la lucha de clases a la lucha de géneros a través del feminismo. Pero lo curioso es que todas las revoluciones auténticas van contra el poder establecido y en este caso, lo veremos el 8 de marzo, está apoyada por las élites; las grandes corporaciones y todas las instituciones. Este feminismo está apoyado por los poderosos que quieren una sociedad desmembrada, sin dependencias familiares, consumista. Quieren individuos sin lazos fuertes ni identidad porque así pueden desarrollar sus proyectos económicos con más facilidad e implantar su ingeniería social. Utilizan a las mujeres.

Joan Garriga es portavoz del grupo parlamentario de Vox en Cataluña

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