Junqueras toma las riendas de ERC sin descartar una investidura de Illa y pasar a la oposición
Moncloa ve «delirante» el plan de Puigdemont y da tiempo a los republicanos: «A ver cómo evolucionan»
Puigdemont trata de atraer a ERC para que Sánchez les deje gobernar
En La Moncloa no entienden las comparecencias de Carles Puigdemont el domingo por la noche y ayer por la mañana para anunciar que aspira a ser 'president', a pesar de que los datos que el independentismo cosechó el 12-M son tozudos. «Su discurso fue ... muy delirante», explican fuentes relevantes del Gobierno, donde están muy satisfechos por los resultados obtenidos por su candidato, Salvador Illa (42 escaños), pero sobre todo por la bajada que ha registrado el conjunto de fuerzas independentistas. En La Moncloa y en Ferraz interpretan que es un reconocimiento a su apuesta por los indultos y la amnistía, aunque ambas sean medidas adoptadas en contra de los compromisos preelectorales del PSOE: «Pasaremos de traidores a hombres de Estado», señalan, convencidos de que es el único camino para superar el 'procés'.
No obstante, en La Moncloa saben que ahora se abre un escenario incierto porque los independentistas deben asimilar sus resultados antes de que se negocie el nuevo gobierno de la Generalitat y sus consecuencias sobre la gobernabilidad en Madrid: «Ambos nos han dicho que quieren seguir trabajando y que la legislatura dure», añaden estas mismas fuentes, aunque esas conversaciones son previas al 12-M.
En este sentido, admiten que todo pasa por ERC, partido que cosechó un sonoro fracaso, como ayer demostró la dimisión de su candidato, que no recogerá el acta de diputado. A la pregunta sobre si el tripartito de izquierdas está amenazado al situarse ayer Aragonés en la oposición, desde La Moncloa afirman que «esa pregunta hay que hacérsela a ERC» y añaden: «A ver cómo evolucionan, porque todas las decisiones que tienen que tomar son difíciles».
Junqueras al frente
Efectivamente, todas las decisiones que debe tomar ERC están revestidas de una gran complejidad política. Entre otras cosas, porque ha estallado una crisis interna sobre el liderazgo, lo que ha supuesto la inmediata dimisión de Aragonès y su decisión de ni siquiera recoger el acta de diputado y abandonar la primera línea de la política. Y, además, porque todas las decisiones de estrategia política que se deben adoptar tanto en Madrid como en Cataluña —y que básicamente se resumen en cuál debe ser la relación con los socialistas— han de ser tomadas en un momento de extrema debilidad (20 escaños) y tras perder el Gobierno de la Generalitat después de tres años al mando y luego de haber tomado la decisión de adelantar las elecciones. En este sentido, no parece una opción sensata apostar por el bloqueo político en Cataluña para propiciar una repetición electoral. A pesar del varapalo en escaños, Esquerra tiene ese poder, pero nada hace indicar, e internamente lo saben, que forzar una repetición electoral les vaya a beneficiar. Más bien al contrario.
Hace tiempo que son conocidas las desavenencias internas en ERC en torno a la estrategia del Govern liderado por Aragonès. Por su propia idiosincrasia, ERC está lejos de dominar la técnica de la bicefalia —un presidente del partido y otro del Govern—, más aún si la secretaria general, Marta Rovira, se encuentra en Suiza. Fuentes de ERC explican a este periódico que el paso atrás de Aragonés es la «vuelta a la normalidad que sólo será completa cuando Oriol Junqueras pueda presentarse a unas elecciones». Es decir, después de unos años de cohabitación entre el Govern y el partido, «el entramado pasa a ser sólo el partido», algo que hasta ahora no se ha producido «de manera efectiva» porque Junqueras no ha ejercido tal función en esta legislatura». «Por ejemplo en la negociación del Govern con Junts él estaba en la cárcel, no participó, y con la confección del Govern, lo mismo. Luego salió, pero tuvo un periodo de adaptación». En conclusión, desde el partido se desmarca a su presidente de la responsabilidad que ha llevado a ERC a este batacazo electoral: «No ha ejercido. Ahora va a coger las riendas del partido y va a volver a ser el escenario previo a 2017».
La pregunta ante esta pretensión de Junqueras de ejercer el mando es si está dispuesta ERC a forzar una repetición electoral. La respuesta, según estas mismas fuentes, es que no, porque no hay certeza de que Junqueras se pudiera presentar. Por otra parte, sobre las decisiones que debe tomar ERC tanto en Cataluña como en relación al Gobierno de España, «lo que pase en Madrid es una consecuencia de lo que se decida en Barcelona». ¿Y qué decisión debe tomarse en la capital de Cataluña? «ERC es el partido de las urnas y las urnas han hablado, de manera que no podemos estar en un Govern y no vamos a estar en ningún Govern: seremos oposición. Eso es lo que no está en duda». Ahora bien, estas mismas fuentes no coinciden con la contundencia de Aragonès: «Se podría dejar una investidura de alguien, pero luego desde el minuto uno empezar a trabajar en la oposición. No he notado voces tan tajantes como lo que ha dicho Aragonés», concluyen desde el sector que representa Oriol Junqueras, presidente de ERC.