Letras expectativas
«Ho tenim a tocar»
Raquel Sánchez dijo cómo podría quedar l'Hospitalet con el soterramiento pero que no se podía comprometer a dar fechas
![La ministra, el viernes durante su visita a l'Hospitalet](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/02/12/IMG_20230210_114505-RcWUzaA6nJCmqTQvddT4jtJ-1200x840@abc.jpg)
En la década de los 70, cuando el movimiento ciudadano reivindicaba mejoras en las calles y constituía un verdadero poder que presionaba a los todavía ayuntamientos predemocráticos, en Sant Feliu de Llobregat, l'Hospitalet y Montcada i Reixach se reclamaban pasos a nivel seguros en las líneas ferroviarias que atraviesan esas ciudades como primer paso hacia el soterramiento de las vías.
Con la Transición española, los alcaldes ya democráticos focalizaron sus esfuerzos en dignificar la vida en esas ciudades, necesitadas de equipamientos de todo tipo, y dejaron para cuando hubiera más dinero el abordaje de la cicatriz urbana de las vías. Desde 1982 y durante los catorce años de los distintos gobiernos de Felipe González, los alcaldes siguieron reclamando mejoras y el entonces ministro de Obras Públicas, Josep Borrell, no contempló soluciones al soterramiento. No fue hasta 1996, cuando el ministro Rafael Arias Salgado tuvo de secretario de Infraestructuras a Albert Vilalta, que luego fue director del Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), predecesor de lo que ahora es ADIF, cuando se empezó a plantear los primeros bocetos de lo que un día podría ser el intercambiador de La Torrassa que incluyera el salto del carnero subterráneo de una vía sobre otra, una solución que daría más eficiencia a Rodalies.
Francisco Álvarez Cascos también fue ministro del ramo, pero se ocupaba más de su cargo de general secretario del PP. Con la vuelta al Gobierno del PSOE, Magdalena Álvarez («antes partía que doblá») no estuvo por la labor aunque escuchaba a los alcaldes. Ahora, en Sant Feliu llevan año y medio soterrando sus vías, mientras en Montcada el comienzo de las obras es inminente. Sin embargo, los últimos cinco ministros de Fomento, ahora de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, llevan veinte años prometiendo el soterramiento de las dos vías ferroviarias que cruzan l'Hospitalet procedentes de Vilanova (R2) y de Vilafranca (R4) y que confluyen en La Torrassa dibujando una Y para embocar la entrada a Barcelona por Sants, no solo de Rodalies, sino de todos los trenes: larga y media distancia, mercancías y desde 2008 también el AVE. Fue el socialista Pepiño Blanco quien primero enseñó un «power point».
La popular Ana Pastor, que se llevaba a partir un piñón con el conseller autonómico del ramo, Santi Vila, heredó el montaje. Íñigo de la Serna hizo una presentación y parecía que iba a ser inminente a tenor de los anuncios que hacía la alcaldesa Núria Marín. Con la llegada de José Luis Ábalos, el ministerio siguió hablando y dando largas, hasta que la ministra Raquel Sánchez dijo el viernes en l'Hospitalet ante unos plafones informativos de cómo podría quedar la ciudad con el soterramiento, que a finales de este año estará listo el estudio informativo de tan magna obra, pero que no se podía comprometer a dar fechas para el comienzo de esa infraestructura valorada en mil millones, más allá de los estudios preliminares. Al menos, hay que agradecer a la actual ministra que no mintiera, aunque acudiera al rescate de la campaña electoral de su compañera de partido Núria Marín, que sí llegó a decir en su discurso: «Ho tenim a tocar». ¿Les suena?
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