El fiscal, al acusado de matar a dos ancianos: «Estamos ante algo que va más allá de la maldad, es perversidad»

Elena Burés

Barcelona

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

07/10/2024
Actualizado a las 17:34h.

Compartir

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete

Tras casarse, Manuel y Piedad se trasladaron desde Valladolid a Barcelona, donde compraron un piso y tuvieron a su único hijo, Fernando. Durante los últimos años, la salud de ella se había deteriorado. Tras superar un cáncer de mamá, le realizaron un trasplante de córnea y, en 2019, sufrió un ictus. Su marido, de 83 años, se encargaba de cuidarla. En marzo de aquel año, apareció en la puerta de su piso de la calle Mosen Amadeu Ollé un comercial de productos sanitarios, Marcos F., que consiguió que el hombre confiase en él y cerró así varias ventas por unos cuantos miles de euros. Unos meses más tarde, la noche del 24 al 25 de agosto, la Guardia Urbana localizó los cuerpos sin vida de los octogenarios en el interior del inmueble.

Varios vecinos habían alertado a Emergencias por el fuerte hedor que provenía de la vivienda, un sexto piso. Los forenses certificaron que los habían matado de una decena de puñaladas, unos cuantos días antes, entre el 16 y el 19 de ese mes, una estimación por el estado de descomposición de los cuerpos. «Estamos ante algo que va más allá de la maldad, es perversidad», ha apuntado este lunes el fiscal Félix Martín, durante el primer día de juicio. El acusado, para el que pide prisión permanente revisable por cada uno de los asesinatos con enseñamiento y alevosía, es Marcos F., el comercial que, además de estafar a los ancianos, les robó y habría acabado con su vida para evitar ser descubierto. Y es que sobre él ya pesaba una condena de 2017 de 21 meses de prisión, también por estafa.

El crimen fue, según ha apuntando el representante del Ministerio público, «un acto planificado y terrible», después de que Manuel descubriese que el individuo había tratado de realizar varias extracciones de efectivo con su tarjeta. Primero, en una oficina del Santander próxima al domicilio del matrimonio. Dos intentos, por valor de 600 euros. No sabía la clave, así que no pudo e intentó lo propio en otra oficina de Caixabank en Sant Boi, donde sucedió lo mismo.

Noticia Relacionada

El estafador que mató a una pareja de ancianos para no ser descubierto se enfrenta a prisión permanente

Elena Burés

Los Mossos detuvieron al acusado, comercial de ortopedia, un año y medio después del crimen

El banco alertó a Manuel y éste la dio de baja. Tanto él como su mujer habrían recriminado al comercial lo ocurrido, ya que éste se había llevado con anterioridad su tarjeta y además tenía acceso a sus datos bancarios por las ventas que había efectuado. Habría sido este el motivo por el que, para evitar ser descubierto, los habría matado. Tras ello, sustrajo varias joyas del piso. Algunas incluso grabadas con las fechas de nacimiento del hijo de las víctimas y de la propia Piedad, que empeñó tras el crimen. Las primeras, el 17 de agosto, según ha apuntando la abogada de la acusación particular, Lourdes Sánchez.

En esta primera sesión del juicio en la Audiencia Provincial, el fiscal ha avanzado al tribunal del jurado que, durante los próximos días, verán que existió ensañamiento, entre otros, porque el individuo, mató a la pareja, «uno delante del otro», aumentando así su sufrimiento. También ha explicado que el análisis del teléfono móvil del acusado, como si fuera un «notario», permitirá relacionarle con el doble crimen. Entre otros, por una consulta en Google Maps del 16 de agosto.

Fue tras 18 meses de pesquisas, el 16 de febrero, cuando los Mossos d'Esquadra detuvieron al sospechoso que, en aquel instante, ingirió una pastilla para tratar de quitarse la vida. No lo consiguió. El juzgado de instrucción decretó su ingreso en prisión provisional, y ahora se enfrenta a la pena máxima.