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El día que Einstein se escapó a conocer un monasterio de Tarragona

Esta semana se cumplen cien años de la llegada del científico a España, que empezó con diez días en Cataluña

Einsetein, con varios niños en L'Espluga de Francolí, el 25 de febrero de 1923 ABC
Anna Cabeza

Anna Cabeza

Barcelona

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Esta semana precisamente se cumplen 100 años de la llegada de Albert Einstein a España, en un viaje que le llevó por varias ciudades españolas. El que dos años atrás había sido reconocido como Premio Nobel de Física estuvo aquí del 22 de febrero al 15 de marzo de 1923 y entre sus múltiples destinos destaca, quizás por curioso, la parada en L'Espluga de Francolí, un pueblo tarraconense de unos 3.700 habitantes que destaca por ser un emplazamiento rodeado de naturaleza y de las montañas de Prades, y por sus importantes cuevas del paleolítico.

Aunque se sabe poco de la visita, los documentos, imágenes y reseñas de quienes lo vivieron en primera persona han ayudado a reconstruir su paso por Cataluña, al que le acompañó su esposa Elsa. Barcelona fue su punto de llegada y desde allí, y durante una semana, antes de partir hacia Zaragoza y Madrid, realizó varias excursiones locales. Así, visitó Terrassa y Sant Cugat del Vallès (ciudades del área metropolitana) pero también L'Espluga de Francolí, muy próximo al monasterio cisterciense de Poblet.

Einstein había sido invitado por el científico catalán Esteve Terradas, en nombre de la Mancomunidad de Cataluña, que quería, por un lado, recuperar la comunidad científica del territorio y, a la vez, dar a conocer la obra del gobierno catalán de entonces. Llegó a Barcelona en tren, a la Estación de França. El domingo 25 de febrero, seguramente atraído también por el interés por la historia y alentado por el entonces presidente de la Mancomunidad Josep Puig i Cadafalch, viajó hasta L'Espluga de Francolí para acabar en el monasterio, que se ubica en los aledaños del núcleo urbano. Pero, ¿por qué esa visita?

«Puig i Cadafalch era un amante de la historia medieval y quería poner en valor monumentos especiales de Cataluña«, remarca a ABC Antoni Carreras, historiador de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y vecino de L'Espluga que ha estudiado durante años al detalle el viaje de Einstein. Santa Maria de Poblet, con restos de la mayoría de los Reyes Católicos, era un buen exponente de la historia de Cataluña. De aquí a que le quisieran mostrar el monasterio en ruinas del recinto, que a día de hoy ya ha sido restaurado.

Einstein, con sus acompañantes, en Poblet Archivo general de la administración

Antes de llegar a Poblet, Einstein hizo parada en L'Espluga para comer en la ya desparecida Fonda Ibérica. «Era una pensión tradicional con un cierto lujo porque tenía baños y un lugar para guardar coches«, remarca Carreras, que incide en que el mismo local había albergado a otras personalidades como Josep Maria Folch i Torres o Vicente Blasco Ibáñez.

Tras la comida, el fotógrafo que acompañaba a la comitiva le retrató en plena calle acompañado de niños y niñas del pueblo que estaban expectantes con su visita, pero no por la importancia del invitado sino por el coche que llevaba, estilo torpedo, comenta Carreras. En la imagen se confirma que Einstein se desplazó en un Elizalde tipo 29. Después visitó Poblet, donde también se hizo una fotografía en su sobreclaustro. El libro de honor del monasterio todavía conserva su firma, en una página que quedó en blanco para reconocer su trayectoria.

Para conmemorar la efeméride, el Ayuntamiento de L'Espluga prevé varios actos de homenaje, además de la instalación de plafones informativos. Además, la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació (FCRI) hará, durante todo el año un reconocimiento a aquellas localidades que acogieron a Einstein. Las primeras distinciones se entregarán precisamente este sábado a L'Espluga y Terrassa.

Sus otros actos en Cataluña

Además de la escapada a Tarragona, Einstein tuvo una agenda apretada en Cataluña, donde se quedó hasta el 1 de marzo. Allí dio varias charlas, como una en el Institut d'Estudis Catalans u otra en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Y tuvo tiempo para visitar la Escola del Mar, el Ayuntamiento de Barcelona o la Escuela Industrial. A la última asistió el 28 de febrero y fue recibido con una actuación de una 'cobla' sardanista y bailes de una asociación de estudiantes.

Además se escapó a Terrassa, el día 24, para conocer de primera mano el conjunto monumental de las iglesias de Sant Pere, donde Puig i Cadafalch había trabajado. También estuvo en Sant Cugat, para ver su monasterio. De ese día existe una imagen de Einstein en el mirador del Tibidabo, desde donde pudo contemplar las vistas de Barcelona.

 

Su presencia llegó en un momento clave para la comunidad científica y cultural de Cataluña y es que ayudó a reafirmar la idea de que se tenía que promover más la investigación. Sus conferencias, que se basaron en desarrollar aspectos sobre la teoría de la relatividad, la integración de la gravedad o el electromagnetismo, no tuvieron el éxito esperado, ya que pocos asistentes sabían alemán, su idioma de origen, y su francés, «bastante básico» no ayudó a que se le entendiera bien, como recuerdan varios documentos.   

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