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Dimite un alto cargo de la Generalitat entre acusaciones de guerra sucia en el seno de Esquerra

El viceconsejero de la Generalitat, Sergi Sabrià, renuncia por el caso de los carteles difamatorios contra los hermanos Maragall

El partido «se está quebrando», reconoce el dimitido, que acusa a Junqueras de no trabajar a favor de la formación

Maragall acusa al exdirector de comunicación de ERC, Tolo Moya, como responsable de los carteles

Sergi Sabrià, en una comparencia ante los medios oriol campuazano
Àlex Gubern

Àlex Gubern

Barcelona

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El viceconsejero de la Generalitat en funciones, Sergi Sabrià, ha anunciado hoy su dimisión por el caso de los carteles difamatorios contra los hermanos Maragall, en medio de una fuerte tormenta en el seno de ERC y con acusaciones de guerra sucia, con los dos sectores del partido, roviristas y junqueristas, ya enfrentados de manera abierta.

La polémica se destapó después de que el diario 'Ara' publicase que miembros de la dirección del partido tuvieron conocimiento de que unos carteles contra los hermanos Maragall colgados en el transcurso de la campaña de las pasadas municipales -«Fuera el alzhéimer de Barcelona»- habían sido obra de militantes de la formación.

Desde el sector de los afines a Oriol Junqueras, expresidente que aspira a recuperar el cargo y que niega que tuviese conocimiento del caso, se acusaba a Sergi Sabrià, del sector de Marta Rovira, de tener conocimiento del caso y no hacer nada. En su intervención esta mañana en la sede de ERC, Sabrià ha respondido directamente acusando al expresidente republicano, junto al resto de la cúpula, de estar también al corriente del caso, en tanto que él mismo se lo hizo saber.

Así se ha pronunciado en rueda de prensa este jueves, después de que la dirección de ERC abriese una investigación interna por el caso de estos carteles, y ha asegurado que dimite porque es «la mejor aportación a un proyecto» como el de ERC.

«Hoy me marcho para no servir de distracción para los temas que esta organización debe afrontar», ha apuntado Sabrià en alusión al debate sobre la investidura y el proceso de renovación que debe culminar en noviembre. Asumiendo el mal momento por el que atraviesa ERC, Sabrià ha atribuido también su salida al intento de «sacar presión» a una formación que, ha reconocido, «se está quebrando». «Me voy, pero no porque me sienta culpable de nada», ha añadido.

Sabrià sí ha admitido que desde ERC, y bajo su responsabilidad, se impulsó una suerte de estructura paralela para llevar a cabo acciones políticas no ortodoxas, como mandar un grupo de mariachis a la sede de Junts cuando estos decidían su salida del Govern, llenar Cataluña con carteles con el lema «free Junqueras» para pedir su excarcelación o el programa de entrevistas 'La fábrica' presentado por Gabriel Rufián. Acciones de comunicación heterodoxas, más cercanas al activismo, y de las que ha presumido Sabrià. «Son campañas no tan bonitas como nos gustaría. pero la partida la juegan todos», ha apuntado, desvinculando estas acciones de los carteles contra los Maragall, en una acción que no aprobó y en la que tuvo que hacer de «bombero». De hecho, el propio Ernest Maragall, a modo de apoyo, ha asistido como espectador a la rueda de prensa del dimitido.

Más allá de los detalles concretos del caso, lo que el mismo destapa es la guerra intestina que se ha abierto en el seno de la formación. Sabrià, en este sentido, ha acusado al sector de Junqueras de no trabajar a favor de los intereses comunes del partido. «Hay quien tiene la ambición personal de controlar la organización para hacérsela a medida», ha apuntado.

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