Los martes, toros
Aquel mes de julio
Han pasado catorce años de aquel 28 de julio de 2010 y una resistencia infatigable de miles de aficionados sigue clamando por su libertad, sigue implorando por una ley que debería protegerles
Artículos de Ángel González Abad en ABC
![Protestas contra la prohibición de las corridas de toros en Barcelona, en agosto de 2010](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/07/23/image_20240723182424-RHi8quhpw9X2PI2KfANhHTI-1200x840@diario_abc.png)
Han pasado catorce años desde aquel mes de julio de 2010 cuando el Parlament culminó un enconado debate político con la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. El toros sí, toros no, llevaba un tiempo larvado dentro de un proceso milimétricamente urdido ... desde la llegada de Pujol a la Generalitat, el cerco impuesto a la Fiesta con un inequívoco cariz identitario: franquista y para turistas definían la tauromaquia desde posiciones nacionalistas.
En 2004, el Ayuntamiento de Barcelona declaró a la ciudad territorio antitaurino; antes, las prohibiciones para plazas portátiles y la entrada a menores de 14 años, fueron algunas de las decisiones que iban estrechando el cerco. Había que cerrarlo, y los convergentes dejaron la puntilla en manos de los más radicales. Desde ERC se tomó el relevo, se abrió el debate definitivo en aquella primavera de 2010, mientras en la Monumental se vivía desde unos años antes días de esplendor que había reverdecido la reaparición de José Tomás, el último ídolo de los aficionados catalanes.
Y llegaron los 68 votos frente a 55 y 9 abstenciones. Los 32 a favor de la abolición de los 48 que tenia entonces CiU, los 3 del PSC de los 37. Las corridas de toros prohibidas, y a la vez el blindaje de los 'correbous' por si había dudas sobre el posicionamiento político del nacionalismo. Después el recurso al Tribunal Constitucional, que hasta el 2016 no sentenció derogar la prohibición. Así estamos, las corridas de toros legales en Cataluña, pero con una prohibición empresarial que considera que no se dan las circunstancias políticas, sociales y económicas para volver a programar toros en la Monumental de Barcelona. Han pasado catorce años de aquel 28 de julio de 2010 y una resistencia infatigable de miles de aficionados sigue clamando por su libertad, sigue implorando por una ley que debería protegerles.
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