La Zamora horizontal de Antonio Pedrero
El Museo Provincial y la Biblioteca Pública acogen dos muestras sobre la evolución del artista y su interpretación del Cerco a la ciudad en el 952 aniversario del episodio histórico
![El artista de Antonio Pedrero, junto a una de sus obras en la exposición sobre el Cerco de Zamora](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/16/pedrero-RffGFQpTDbDOuN0O2AUxijO-1200x840@diario_abc.jpg)
Su primer papel para dibujar era el de estraza, que se utilizaba para envolver los productos del mercado o las tiendas; su primer caballete, una de las sillas del bar-restaurante familiar que regentaban sus padres. Su primera materia para modelar era el ... barro del bosque de Valorio, y sus primeros murales fueron dibujados con tiza sobre el asfalto de la Plaza Mayor.
Hablamos de Antonio Pedrero Yéboles (Zamora, 1939), aquel niño de la posguerra que despertó temprano al arte. Así, con 11 años ingresaba en la Escuela de San Ildefonso bajo la tutela de los maestros Daniel Bedate y Chema Castilviejo, para entrar después, con apenas 14 años, en la Real Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, siendo hasta la fecha el alumno de menor edad en hacerlo y completar sus estudios.
La sala de exposiciones del Museo Provincial (plaza de Santa Lucía) y la Biblioteca Pública de Zamora (plaza de Claudio Moyano) acogen dos muestras organizadas por la Junta de Castilla y León que suponen un repaso por la obra del zamorano, uno de los artistas de aquella generación puntera que a finales de los años 50 puso a Zamora en la vanguardia del 'Arte' -en mayúsculas-, mientras España comenzaba a despertar a la vida.
La evolución
La exposición 'Zamora en la mirada' (que se clausura este domingo 16 de junio) conforma una pequeña antológica en el Museo Provincial de Zamora con una selección de obras -dibujos, tintas, óleos-, que ilustran la evolución del artista desde su infancia hasta la actualidad, desde sus dibujos infantiles en cuadernos y libretas sobre la Semana Santa zamorana hasta uno de sus últimos cuadros (diciembre de 2023), con el Lago de Sanabria, su querido lago, como fondo.
Un repaso a la mirada de aquel niño de 13 años que se autorretrataba con trazo ya inconfundible y firme mirándose al espejo. Ese espejo en el que se refleja toda Zamora, sus paisajes, sus gentes, el Duero, la muralla y sus torres románicas, su Zamora en horizontal. Nadie, nadie, la ha mirado, la ha retratado como él.
Otra mirada, su personal interpretación sobre el episodio histórico del Cerco de Zamora en su 952 aniversario, basada en los textos del historiador Cesáreo Fernández Duro (1880) es el eje vertebral de la exposición de la Biblioteca Pública, que desgrana los pormenores, estudios previos e interpretaciones posteriores al mural que se exhibe en la Subdelegación del Gobierno (1964), que supone el gran punto de inflexión en la vida del artista, un joven Pedrero con todo preparado para irse a Barcelona, sin saber que aquel enorme mural lo fijaría a Zamora ya para siempre, al comenzar a sucederse los encargos y cambiar de planes.
La muestra reúne 23 obras -algunas de gran formato- en lo que supone una ocasión única para contemplarla reunidas, ya que la mayoría se encuentran dispersas por la geografía nacional en colecciones privadas.
![La Zamora horizontal de Antonio Pedrero](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/16/Imagen%20pedrero-expo.jpg)
Con sus 85 años ya cumplidos, Antonio Pedrero ha disfrutado como un niño con zapatos nuevos de la instalación y selección para esta exposición, un espectáculo visual de fuertes colores con los inconfundibles trazos de su pintura, que contiene el 'ADN' zamorano, una reivindicación, una llamada a aquel espíritu rebelde que hizo resistir a la ciudad el terrible asedio del rey Sancho II.
Inaugurada a principios de mayo, la exposición permanecerá abierta hasta el 1 de julio y cuenta con la proyección de un vídeo en el que el propio Pedrero desgrana los pormenores de la obra, junto con el estudio histórico del historiador Florián Ferrero; la revisión de los textos del filólogo Fernando Hilario Silva (hijo del gran poeta Jesús Tundidor, quien tan amigo fue del pintor); y la revisión urbanística del arquitecto Daniel López Bragado, que recrea la Zamora de 1072, el escenario que Pedrero traslada a sus obras sobre El Cerco.
Un acontecimiento
Que Antonio Pedrero exponga su obra ya es un acontecimiento. El artista siempre ha sido un tanto reacio a las exposiciones y ha vivido alejado por propia voluntad de las galerías, el mercado y el mercadeo, madurando su obra en su estudio, un santuario en su casona palaciega junto al convento de Las Marinas, las campanas de San Ildefonso y el perfume de los tilos. Zamora ahora tiene la suerte de reconocerse en la mirada de este creador que siempre la ha contemplado de una forma global, íntima, desde dentro, como sólo se contempla, se mira o se pinta lo que se conoce, lo que se ama.
Y de eso, de amor por Zamora, Pedrero va sobrado. También de dolor, por ese museo colectivo que esta tierra ingrata debe a tantos artistas, amigos, compañeros que han ido muriendo sin disponer de un espacio donde la ciudad muestre al mundo su talento.
La mirada, la obra de Pedrero, es un paseo por la Zamora medieval y, también más allá, por la propia vida del artista, indefectiblemente ligado a sus cielos rosados, su tierra ocre, su río poderoso, el carácter románico, de piedra labrada y rosetones, de su gente. Y a mí me cabe el orgullo, la dicha, de ser sangre de su sangre.
Zamora y Pedrero; Pedrero y Zamora. Nadie, nadie, la ha mirado, la ha retratado, como él.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete