Yacimientos: una ventana al pasado que puede generar riqueza
Cultura apuesta para estos enclaves arqueológicos por un modelo de gestión que aúne estudio, conservación y explotación con el fin de concienciar de su valor y convertirlos en «fuente de ingresos»
El yacimiento tartésico de Turuñuelo tendrá su propio museo

Hace poco más de un año, la maquinaria pesada con la que trabajaban en unas obras impulsadas por la mancomunidad La Cabrera-Valdería, en el término municipal leonés de Castrocalbón, causaba un daño irreparable en algo más de un kilómetro de calzada romana, uno ... de los principales vestigios en cuanto a vías de asentamiento del Imperio en la península ibérica, hace 2.000 años. El estropicio se repetía hace escasos tres meses en Padilla de Duero, en la provincia de Valladolid, cuando dos excavadoras destruían una parte sustancial de la ciudad vaccea de Pintia, una de las seis declaradas Bien de Interés Cultural de las sesenta que hubo, dando al traste con el trabajo de doce años de excavaciones.
Pese a que estos errores de bulto en estos enclaves se ven cosa del pasado y de esa idea de que 'nadie me va a decir a mí lo que puedo hacer con mi tierra', continúan repitiéndose, afortunadamente con poca frecuencia. Concienciar a los habitantes del entorno de la importancia de estos lugares únicos y generalmente protegidos, y que a la vez estos supongan una inyección económica para la zona, son los objetivos fundamentales de la vuelta de tuerca que la Consejería de Cultura y Turismo se ha propuesto dar al modelo de gestión de los bienes del patrimonio cultural. Entre estos se incluyen los yacimientos arqueológicos, algo más de 23.000 en la Comunidad, aunque de carácter «estratégico» se contabilizan cerca de 140.
«Llevamos años escuchando que es una fuente de ingresos económicos, pero hacemos poco y no porque no haya voluntad, sino porque no tenemos las instituciones, los profesionales y las herramientas para hacerlo», sostiene el director general de Patrimonio Cultural, Juan Carlos Prieto, quien ve necesario que las entidades que gestionan estos enclaves sean capaces de hacerlo de una manera «integral». Es decir, que se ocupen de «su estudio, su conservación y su explotación».
Para ello, han puesto en marcha un plan estratégico que se propone, por un lado, identificar aquellas entidades, asociaciones o fundaciones, etc... capaces de gestionar estos lugares de forma «integral» y, por otro, el lanzamiento de convocatorias de ayudas o subvenciones ya no destinadas a una parcela concreta -excavación, restauración...- sino a un proyecto completo «que al final aporte un valor añadido».«El conocimiento del patrimonio, su documentación e investigación es algo que desde hace tiempo está consolidado; sin embargo, su gestión no», coincide Miguel Ángel de la Iglesia, codirector del yacimiento arqueológico de Clunia y director del Máster de Formación Permanente en Habilidades para la Gestión del Patrimonio Cultural, que vuelve a ofertar la Universidad de Valladolid con el respaldo de la Junta tras ser interrumpido por la pandemia. El objeto del programa es dar a profesionales vinculados a estos sectores una formación que les permita «optimizar los recursos de estos sitios, encontrar mecanismos para obtener financiación externa y conocer experiencias excelentes tanto en el panorama nacional como internacional».
El nuevo modelo ya ha cuajado en los tres yacimientos que son Patrimonio Mundial -Las Médulas, Atapuerca y Siega Verde-. Luis Ballesteros, director de la Fundación al frente del enclave salmantino, impulsada hace dos años por los ayuntamientos de Villar de la Yegua, Villar de Argañán y Fuentes de Oñoro, destaca que en ese tiempo la cifra de visitantes ha crecido un 25% y en 2024 esperan hacerlo otro 30. Además, han conseguido mantener una plantilla fija durante todo el año frente a «los dos o tres empleados eventuales» que antes tenían sólo en agosto: «Somos cuatro personas, jóvenes y de la zona».
«Fe» en Siega Verde
Los resultados también se han comenzado a ver en los pueblos aledaños, con la apertura de negocios de hostelería, que estiman que sean más con el plan turístico que la Junta tiene previsto desarrollar en Ciudad Rodrigo, el Parque Arqueológico Villa Romana de Sahelices y el propio yacimiento, que el consejero Gonzalo Santonja presentará este lunes.
En el propósito de la Fundación está también conseguir que los vecinos «se crean» que están ante un entorno único en la península: «¡Esto es la catedral del arte paleolítico!». Es verdad que cuando se declaró Patrimonio de la Humanidad, allá por 2010, «hubo una ilusión en la zona lógica, pero con el paso de los años se quedó a medio camino». De ahí, el trabajo de divulgación «que estamos haciendo con profesionales locales para explicarles el potencial que tiene». «La persona que viene a ver Siega Verde desde Madrid o el extranjero ya sabe de su valor. Ahora queremos que la gente de aquí también tenga fe en él».
Quienes sí tienen interiorizado lo que Numancia significa no sólo para el entorno más próximo sino para toda la provincia son los vecinos de Garray. «Es importantísimo que la gente crea en su propio patrimonio y aquí ocurre», sostiene Alberto Santamaría, presidente de la Asociación Cultural Celtibérica Tierraquemada, que se ocupa de las visitas al yacimiento y de las recreaciones de las guerras numantinas. Cuenta con más de 20 años de historia y 700 socios, entre ellos empresarios de la zona. El enclave «tiene un gran calado social en el pueblo. Los vecinos lo ven como algo propio y si observan cualquier cosa rara enseguida están llamando a la Guardia Civil». Santamaría ve también fundamental algo por lo que apostaron hace tiempo, la «profesionalización de las visitas». En este yacimiento, los guías son los propios arqueólogos que antes han estado trabajando en las excavaciones, lo que redunda en la «satisfacción» del visitante y permite mantenerlo abierto los 365 días del año.



Numancia es un de los pocos yacimientos que quedan en propiedad del Estado, aunque la gestión corresponde a la Junta, explica el presidente de Tierraquemada, quien ve en el «sistema público-privado» lo que «realmente puede funcionar». Aún así, no dejan de ser reivindicativos con el Gobierno regional y creen que «la incorporación de las nuevas tecnologías y la realidad virtual» es algo fundamental para que el enclave ocupe el lugar que le corresponde.
La 'joya' de Burgos
Clunia es otro de los yacimientos romanos que tras sucesivas intervenciones ha conseguido ser referente. «Los directores científicos del equipo de investigación nos propusimos que se diera a conocer al público general», sostiene De la Iglesia, quien a la adecuada recuperación suma una buena gestión por parte de la Diputación de Burgos: «Es su joya». Los pasos dados, además de conseguir crear empleo fijo en la zona, ha derivado en que «la gente vaya a verlo y lo entienda, o que en verano pueda disfrutar de una noche de teatro» -ya son dieciséis ediciones de su festival-.
Carlos Sanz, director del yacimiento de Pintia y del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, vivió en primera persona su «momento dulce» en cuanto a visitantes, antes de la crisis económica: «Hacíamos muchas actividades, conciertos, representaciones teatrales en relación con el yacimiento». Ahora son otros tiempos. Coincide en que si la ciudadanía ve que un paraje de estas características «tiene rentabilidad económica y turística», crea en ella «un efecto inmediato de reconocimiento».
Está de acuerdo con la profesionalización de la gestión, pero teme que a las futuras convocatorias de ayudas sólo puedan acceder yacimientos «viables»: «Si entendemos el beneficio en términos sociales yo lo apruebo; si es en términos económicos lo desapruebo por completo».
Espera que «antes del verano» se pueda hacer la peritación para comprobar el alcance de los daños provocados por la zanja que un agricultor abrió el pasado enero en el enclave, pero a este experto le ronda otra preocupación de cara al futuro: la falta de relevo a su labor. Generalmente respaldado por estudiantes, cuando estos terminan su tesis o trabajos de fin de carrera, «vuelve el abismo. Es un empezar de cero continuo». Insiste, por ello: «Hay una infraestructura espectacular, construida con mucho esfuerzo y no quiero que se lo lleve el demonio».
Y es que campaña tras campaña, el enclave sigue dando 'frutos', como actualmente se puede ver en la exposición en el Museo de la Universidad de Valladolid sobre los principales hallazgos de vidrio de la Edad del Hierro recuperados en el yacimiento tras 40 años de trabajos de investigación.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete