Tudanca se marca un Sánchez

Como el presidente del Gobierno, el burgalés se ha embarcado en una gira en busca de apoyos y con Ferraz en contra, apela a la militancia y se toma sus tiempos

Comienza en Burgos y León la ronda de contactos con militantes

Valladolid

20/10/2024
Actualizado 21/10/2024 a las 07:36h.

En 2017 Pedro Sánchez recorrió España a bordo de un Peugeot 407 –entre los acompañantes estaba el actual secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán– para convencer a los militantes socialistas de que él era la solución en un partido que le había ... defenestrado meses atrás. Así arrancó una campaña para las primarias, se enfrentó a Susana Díaz y la ganó. Siete años después, un socialista castellano y leonés, Luis Tudanca, cuestionado por la dirección nacional de su partido, emprende una gira (en este caso a bordo de un Renault Talismán, su vehículo de partido) con la que oficiosamente comienza su batalla para ganar en el proceso congresual del que saldrá el elegido para tomar las riendas del PSCL de los próximos años.

Una carrera, la de Sánchez, que le llevó a ganar las primarias y, de ahí, a la Moncloa años después y que ahora, salvando las distancias, inicia un Luis Tudanca que sigue sin confirmar si competirá por la secretaria general del PSCL pero que ha pasado a la acción con este objetivo. Y eso que de haberse ejecutado el calendario aprobado a instancias suyas por el Comité Autonómico que lidera y suspendido por la Federal, a estas alturas ya se habría conocido el nombre de los aspirantes, dado que el plazo para la presentación de candidaturas finalizaba el día 15 de octubre.

«Este lunes cojo mi coche y me pongo a recorrer de nuevo los rincones de España para escuchar a quienes no han sido escuchados», dijo a finales de 2016 un Pedro Sánchez, ya exsecretario general del partido, que poco después dejó su acta de diputado para convertirse en socialista sin galones. También Tudanca se pone en ruta con ese mismo fin: amarrar a las bases, aunque en este caso mantiene el poder que le acredita como líder del PSOE en la Comunidad. «Quiero debatir con toda honestidad sobre lo que ha sucedido y nuestro modelo de partido, en el que la voz de los militantes sea la que decida y no cuatro en un despacho de Madrid», dijo el miércoles cuando comenzó su gira en Burgos, su ciudad natal. Un día después estuvo en León, la provincia más fracturada, con más militantes y donde estará la clave para que la balanza se incline a un lado u otro. Es allí donde está su mayor oponente, el secretario provincial y diputado, Javier Alfonso Cendón.

Sánchez y Tudanca se levantaron contra el aparato del partido. El primero, contra la propia Ejecutiva Federal, de la que tuvo que dimitir tras oponerse a una abstención que llevaría a la Presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy. El segundo, contra la propia dirección nacional que le suspendió el calendario congresual mientras la suya, la autonómica, se rompe en dos: quienes apuestan por su continuidad y quienes quieren la renovación.

Como Sánchez argumentó en su momento, Tudanca busca el apoyo de la militancia que asegura defender y a quien «se ha robado la capacidad de decidir». En Castilla y León, el Comité Autonómico del PSOE aprobó el 1 de octubre el calendario congresual y con ello se desató la madre de todas las batallas por unas primarias hubieran arrancado el martes 8. Los críticos denunciaron que ni siquiera la Ejecutiva conocía esos planes y los oficialistas (aquí tudanquistas) defendieron que la propuesta se aprobó por una amplia mayoría (105 frente a 14). Pero a los opositores al burgalés, encabezados por el diputado Javier Alfonso Cendón y el senador Javier Izquierdo, se sumaron los once miembros de la Comisión Autonómica que reclamaron a la Federal y lograron que se anulasen las primarias.

Así que Tudanca decidió coger 'carretera y manta' para convencer a las bases de sus intenciones tras fracasar la maniobra que buscaba acelerar el congreso como, por cierto, ha hecho Sánchez al citar a los suyos en Sevilla para el fin de semana del 30 de noviembre cuando el cónclave no debería haber sido hasta finales del próximo año, dado que el último fue en octubre del 2021 en Valencia. Las prisas vienen dadas por el deseo de reforzar su liderazgo y renovar las direcciones autonómicas antes de los próximos ciclos electorales. Prisas que también tuvo el burgalés por elegir aspirante a las primarias, lo que hubiera impedido a sus oponentes armar una candidatura alternativa en la que ya están trabajando, hasta el punto de que, aseguran, tiene nombre y apellidos.

Otra de las coincidencias de los dos mandatarios socialistas ha sido sus tiempos de silencio. Sánchez paró las máquinas durante cinco días a finales de abril para «reflexionar» sobre la conveniencia de seguir o no al frente de la Presidencia del Gobierno cuando se vio acorralado por la investigación judicial a su esposa Begoña Gómez. También Tudanca optó por la retirada a sus cuarteles de otoño, aunque los motivos fueron bien distintos. Fue una semana, del 9 al 16 de octubre, sin comparencias públicas después de tres días de sobreexposición en medios nacionales y de cargar contra Santos Cerdán, al que culpa de las intrigas y desdichas que le afectan. Demasiada munición contra la dirección nacional del partido que, en definitiva, equivale a ir contra Pedro Sánchez, aunque el burgalés se ha cuidado muy mucho de decir algo en contra del líder. Al contrario, todo son alabanzas.

Precisamente, con él participó en uno de los primeros actos con los que arrancó su gira por España allá por febrero 2017 para recuperar la secretaria general del PSOE. Pedro Sánchez llegó a la Cúpula del Milenio de Valladolid arropado por Óscar Puente, Javier Izquierdo y Luis Tudanca. Los dos primeros siguen en el Peugeot y han dejado claro que no quieren saber nada de cambiar de marca.