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El trasvase a Portugal obliga a una nueva captación para que 48 pueblos tengan agua

Las localidades de Zamora que 'beben' de Almendra se suman a las voces críticas de los agricultores

Embalse de Almendra, ya en un nivel bajo a mediados de agosto ICAL

ALBERTO FERRERAS

Zamora

No es la guerra del agua, pero sí un conflicto desatado precisamente por lo que puede considerarse un acuerdo de paz entre España y Portugal para repartir el líquido que fluye por los ríos que comparten ambos países. El convenio de Albufeira, suscrito durante el primer mandato de Aznar en el Gobierno de España, levanta ampollas 24 años después de su rúbrica a cuenta del reparto en tiempos en los que no se puede desperdiciar ni una gota de agua. La sequía ya generó conflicto en el reparto en la cuenca del Tajo hace tres años y ahora vuelve hacerlo, esta vez en la del Duero.

El compromiso de caudales mínimos que deben llegar al país vecino ha obligado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a diseñar un plan de aportaciones que contempla que en poco más de un mes, hasta concluir el actual año hidrológico el 30 de septiembre, se hayan desembalsado 870 hectómetros cúbicos de agua para que fluyan hasta el Douro portugués. La medida, de obligado cumplimiento si se respeta el convenio, no ha estado exenta de polémica, ya que en época de escasez en la que están en juego cosechas, bebederos para el ganado, actividad económica asociada al agua de los embalses e incluso el abastecimiento de poblaciones, las voces que piden la revisión del convenio y su adecuación a las circunstancias actuales de cambio climático se multiplican.

Incluso el convenio de Albufeira ya ha hecho que el Gobierno haya tenido que habilitar por la vía de urgencia una partida de 1,65 millones de euros para asegurar el abastecimiento en 48 pueblos zamoranos de la mancomunidad Sayagua que toman su agua del embalse de Almendra, el cuarto más grande de España y el mayor de la Cuenca Hidrográfica del Duero, con 2.649 hectómetros cúbicos de capacidad. Ello se debe a que desde hace ya más de una semana y hasta el próximo viernes se habrán desembalsado de Almendra 400 hectómetros cúbicos para dejar el pantano al 18 por ciento de su capacidad.

Eso supone bajar la cota por debajo de la autorizada para la captación de la mancomunidad sayaguesa, por lo que el Ministerio ha habilitado una nueva toma de agua flotante situada en la parte central del cauce. Un sistema provisional de bombeo y 900 metros de tuberías hasta enganchar con la red de abastecimiento de Sayagua. La infraestructura se mantendrá durante un periodo máximo de seis meses si fuera necesario porque el pantano no recuperara su nivel.

Más movilizaciones

El presidente de la mancomunidad y alcalde de Fresno de Sayago, Carlos Vega, admite que en este caso la actuación no supondrá ningún coste a los vecinos ni se notará en el abastecimiento, aunque reconoce que lo ideal sería una modificación del convenio de Albufeira. Aún así, ese cambio «a una comarca como Sayago se nos escapa de las manos, ya que es un convenio internacional», admite.

Otro de los grandes embalses de producción hidroeléctrica, el de Ricobayo en Zamora, también se verá afectado y en esa zona el malestar lo han expresado los empresarios y autónomos que amenazan con convocar movilizaciones. Iberdrola, que gestiona la producción hidroeléctrica tanto en Almendra como en Ricobayo, asegura que la forma en la que se realizan esos desembalses para cumplir el tratado no es la mejor en la gestión de las grandes baterías que suponen esos pantanos. aunque en ese asunto se limita a cumplir las órdenes que le dicta la CHD, según admite el delegado de la compañía en Castilla y León, Miguel Calvo.

«El agua en estos momentos es un recurso muy escaso que tenemos que gestionar de la mejor manera posible», defiende la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, que sin embargo descarta cambios en los planes de desembalse del actual año hidrológico porque «el Estado español es un Estado serio que cumple los acuerdos y aquí no cabe ningún tipo de interpretación». Aunque a partir del 1 de octubre, con el inicio de un nuevo periodo hidrológico, se muestra dispuesta en nombre del Gobierno de España a abrir «un periodo de reflexión profunda», siempre «dentro del rigor y la seriedad» con el fin de ver la posibilidad de introducir modificaciones en el convenio de Albufeira. Barcones dice ser consciente y empatizar con el sufrimiento y el sentimiento de angustia de los agricultores y los que se dedican a cualquier tipo de actividad vinculada al agua en un año de extrema sequía, pero recuerda que en Portugal los usos para los que se requiere el agua de la cuenca del Duero son los mismos que en España y la situación que atraviesan en el país vecino es similar.

La petición de modificación de las reglas de juego del reparto de agua entre España y Portugal la planteó igualmente la Junta de Castilla y León a través de su portavoz, Carlos Fernández Carriedo, que mostró su apoyo a los agricultores e instó al Gobierno de España a que negocie con Portugal esos cambios sin esperar al 1 de octubre.

Los que ya han llevado a la calle sus protestas por el conflicto del agua que supone cumplir el convenio de Albufeira son los agricultores de León, donde los embalses del Porma y de Riaño, con uso de regadío, están también en las cuentas de la CHD para sumar los 870 hectómetros a trasvasar a Portugal. Un conflicto con 870.000 millones de litros de agua en juego.

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