Artes & letras
Teresa Lanceta: «Para trabajar en el textil no tengo que estar inspirada. Me da libertad»
EXPOSICIONES
Recala en el Museo Patio Herreriano de Valladolid la más reciente Premio Nacional de las Artes Plásticas con un proyecto creado para su Capilla en el que 'teje' «un viaje por lo que fuimos y lo que somos», con el poder y la violencia como telón de fondo
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Cuando a Teresa Lanceta (Barcelona, 1951) se le pregunta si se considera historiadora, narradora o tejedora no sabe qué contestar. Incluso casi se sonroja. Recuerda que tuvo dos abuelas «muy buenas narradoras» y algo quedó en ella. Licenciada en Historia Moderna y Contemporánea, lleva toda ... la vida dedicada al tejido y al telar, un soporte que entiende como «un lenguaje para hablar de otras cosas». La más reciente Premio Nacional de las Artes Plásticas llega al Museo Patio Herreriano de Valladolid con 'El sueño de cólcedra', un proyecto de investigación en el que recupera el uso funerario de su espacio más noble, la Capilla de los Condes de Fuensaldaña, para ahondar en la historia de Castilla en el siglo XIII y hablar de «lo que fuimos» pero también de «lo que somos» en un relato en el que se cuelan el poder y la violencia.
Recibió el encargo del Patio Herreriano en 2022. ¿Tuvo claro desde el principio su proyecto?
Sí que quería que fuera en la Capilla de los Condes de Fuensaldaña, en el sentido de que no es una zona diáfana. Cuando entras en una capilla gótica ves un cristo, una virgen, velas, flores, sillas... Pero el espacio está siempre muy presente, nunca es eclipsado por lo que hay. Luego, este lugar del museo siempre se ha tratado desde el punto de vista del espacio y eso lo quería romper. Deseaba ver qué es lo que ocurre cuando lo llenas. Es una de las primeras ideas que tuve cuando acepté.
Su intervención tiene como punto de partida piezas textiles de la época medieval y hace referencia a personajes como el rey Alfonso VIII y nobles como Blanca de Borbón, Leonor de Guzmán y María de Padilla. ¿De qué manera le inspiraron?
Me costó definir qué quería decir. Como es una capilla funeraria pensé que debía tener muy presente esta cosa de la muerte. Luego comencé a indagar en los textiles que hacían las tres culturas que convivían entonces. Me di cuenta de que en el Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, en Burgos, la cuestión musulmana está totalmente representada en lo que ha quedado. En cuanto a los vestigios cristianos, los hallé en unas telas que se habían bordado a principios del siglo XIV en el Monasterio de Astudillo. Los judíos me costaron más. No quedan, o al menos no los he encontrado, de ahí que eligiera el tema de los tintoreros. Luego. el gran Pendón de las Navas conservado en las Huelgas -pieza cumbre de la tapicería hispano musulmana- me llevó a Alfonso VIII y con él me encontré con la guerra... -
¿Y por qué el título 'El sueño de cólcedra'?
Me imaginaba que cuando Alfonso VIII dormía soñaba con las conquistas. Al final, es hablar de las batallas y de cómo, en realidad, no hemos cambiado nada. La lucha por el territorio sigue estando en el origen de las grandes guerras, como se está viendo ahora en Ucrania o en otras tantas.- Desde el inicio de su etapa artística se fijó en los tejidos.
¿Qué le llevó a escoger este formato?
Fue una casualidad que me atrapó, una afición que poco a poco fue ocupando más mi tiempo.
Pero... ¿qué ventajas encuentra en el textil, a la hora de articular un relato, que no ve, por ejemplo, en la pintura?
Hay dos razones por las que no me acerco a la pintura. Primero, porque tiene una historia que no me interesa tanto; y segundo, porque soy malísima. Siempre he elegido el textil por el sentido del tiempo. Tejer impone un tiempo reposado, de tu vida... La pintura es más rápida, directa, enseguida ves lo que haces. En el textil trabajas muchos días sin ver lo que haces. Es muy lento. Además, no tengo que estar inspirada para hacerlo. Me da mucha libertad y me encanta. Siempre tejo primero y luego vienen los dibujos. Cuando llego a ellos ya sé lo que quiero decir. El textil me lleva a ello.
Ya que ha mencionado el dibujo. ¿De qué manera considera que se ayudan el textil y el dibujo en su obra?
Con la alfombra española del siglo XV me di cuenta de que eran los propios artistas españoles de la época quienes las pintaban. Lo vemos en Berruguete. No ocurría lo mismo con Holbein y otros ingleses, que se dedicaban a pintar tapices orientales. Pensé en ellos, y en que yo iba a ocupar todo con la alfombra en un lugar de como lo hacían ellos, pero iba a mantener los temas de aquella época, que en definitiva son los mismos que nos ocupan hoy: la huida a Egipto, la matanza de los inocentes...
¿Realiza un boceto previo?
No.
¿Cómo es su forma de trabajar, entonces?
Cuando en el proyecto que quiero hacer entran varios formatos siempre empiezo por el tapiz y es en el telar donde defino qué quiero hacer.
Esa manera de crear, sin un boceto, previo, podría decirse que es una metáfora de la vida...
Sí, la verdad es que un poco sí. Antes de todo, tejes y te dejas llevar...-
Historiadora, narradora, tejedora... ¿Cómo se define?
No sé. También es un poco fantasioso lo que hago, aunque me fije en hechos históricos... Es cierto que tuve dos abuelas muy buenas narradoras y eso imprimió en mí el deseo de la narración.
¿Qué fue lo más complicado del proyecto?
Disponer de poco tiempo. Veía imposible tenerlo en un año. Eso me ha producido bastante angustia y ha sido muy complejo. Al principio no sabía ni siquiera cuál iba a ser mi propuesta. Luego, el tema que escogí daba como mínimo para dos años de investigación.
¿Piensa, seguir investigando en él?
No, de momento. No obstante, la alfombra española la empecé a tocar en 2004, la volví a retomar en 2017. Quien sabe si de aquí a dos o tres años, o diez -si vivo- volveré a ello.
Y del Museo Patio Herreriano a Dallas, donde será artista invitada en el Meadows Museum. También está prevista una exposición suya en el Museo de Arte Moderno de Céret. ¿Es su año?
(Ríe). Espero que no. ¡Espero que sea el que viene!
¿Ha cambiado la manera de enfrentarse a sus proyectos con el paso del tiempo?
Sí, claro que evolucionas. Te haces más consciente, más crítica... Pero hay algo profundo, la raíz de uno mismo, que se mantiene.- Su obra siempre ha estado en el foco del debate de si es arte o artesanía.- Los debates son siempre interesantes porque se saca de ellos algún pensamiento, pero no pienso en ello. Es un debate impuesto.
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